Un proyecto arqueológico ha descubierto en el yacimiento iraquí de Lagash, una de las ciudades antiguas más grandes de la zona sur de Mesopotamia, una "taberna" de hace unos 5.000 años donde se alimentaban los habitantes de la urbe sumeria. A menos de medio metro bajo tierra, los investigadores de las universidades de Pensilvania (Estados Unidos) y Pisa (Italia) han documentado un complejo que disponía de horno, un refrigerador de barro que se denomina "zeer" y todavía se utiliza en la actualidad, bancos repartidos en un patio que actuaba como comedor y recipientes de almacenaje que todavía conservaban restos de pescado.
Estos hallazgos arrojan luz sobre el modo de vida durante el Periodo Dinástico Arcaico (2900-2300 a.C.) de un barrio urbano del asentamiento que no pertenecía a la élite, según valoran los arqueólogos. Lagash, ubicada hoy en día en una zona conocida con el nombre de Tell al-Hiba por el pueblo cercano y que está considerada como una de las primeras ciudades-estado del mundo, comprende unas dimensiones enormes —más de tres kilómetros de largo de norte a sur por casi dos de ancho en su extremo de mayor extensión—.
"Es un espacio público para comer que data alrededor del año 2700 a.C. Tiene un parte al aire libre y otra de cocina", ha explicado en un comunicado sobre el hallazgo de la taberna Holly Pittman, directora del Proyecto Arqueológico Lagash y profesora en la Universidad de Pensilvania. "Que haya un lugar de reunión comunitario donde la gente podía sentarse y comer un estofado de pescado indica que no estaban trabajando bajo la tiranía de los reyes. Esto nos ofrece una historia mucho más interesante de la ciudad", ha añadido en declaraciones al canal estadounidense CNN.
El proyecto de investigación se inició en 2019, aunque las prospecciones en el sitio se remontan a la década de 1930 y han estado condicionadas por las guerras que han golpeado a la región. En estas últimas campañas se han empleado metodologías modernas que incluyen fotografía con drones y magnetometría para identificar estructuras bajo tierra. Luego se han efectuado excavaciones microestratigráficas y se han recogido muestras de sedimentos para comprender el contexto ambiental de la ciudad y su desarrollo.
Los trabajos arqueológicos se han centrado en áreas donde se cree que no residió la élite para recabar datos sobre el resto de habitantes de la urbe. "No vamos a los grandes montículos esperando encontrar un templo antiguo. Usamos nuestras técnicas y luego, según la prioridad científica, buscamos lo que creemos que proporcionará información importante para rellenar las brechas de lo que conocemos", ha señalado Zaid Alrawi, otro de los directores del proyecto.
[Los hallazgos que arrojan luz sobre la destrucción de los reinos bíblicos de Israel y Judá]
Durante las últimas campañas también se han descubierto una vivienda doméstica que disponía de un baño, una cocina y una piedra de moler y un área con cerca de una decena de hornos para fabricar recipientes de cerámica que contaba con bancos y una mesa.
"Con más de 450 hectáreas, Lagash fue uno de los asentamientos más grandes en el sur de Irak durante el III milenio a.C. El sitio fue muy importante a nivel político, económico y religioso. Sin embargo, también pensamos que fue un importante núcleo de población con acceso a tierras fértiles y gente dedicada de forma intensiva a la producción artesanal", comenta la arqueóloga Holly Pittman. En este sentido, Lagash, que estuvo ocupada desde el V milenio hasta mediados del II a.C., habría sido una capital, pero también una destacada "ciudad industrial".