Letras

Escritores ¿Libres de impuestos?

14 junio, 2000 02:00

Una semana. Apenas queda tiempo para rendir cuentas al fisco y el contribuyente siente, más que nunca, el acoso de las gentes de Rato. También los escritores, pero con una salvedad: pueden pasar cinco años preparando un libro sin que hasta hace poco existiera forma de que ese esfuerzo "cotizase". De la rebelión fiscal a la solidaridad, pasando por las sociedades anónimas y los autónomos, EL CULTURAL convoca a editores, escritores y agentes para que expliquen cómo afrontan, o aconsejan que afronten, los impuestos. Sus declaraciones son positivas, aunque todavía haya quien crea, con Marx (Groucho), que incluso en temas fiscales "el secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla, está hecho".

La "culpa" de las actuales ventajas fiscales la tiene Carmen Balcells. La aguerrida agente, acompañada de un puñado de "sus" escritores, se reunió con Ana Botella primero y con la Direccion General de Tributos después para plantear el problema básico: a la hora de tributar, Hacienda no tenía en cuenta el tiempo empleado en escribir un libro. Si además se obtenía un premio importante, el fisco caía sobre él sin piedad. Y no ha pasado tanto tiempo. Juan Manuel de Prada, premio Planeta en 1997, quiso cobrar los cincuenta millones. Hacienda se llevó la mitad.

El efecto Balcells

Hasta febrero de 1999 el escritor tributaba como uno más. Javier García Sánchez define la antigua situación como de "sangría". "Yo tengo suerte porque obtengo buenos anticipos, aunque no vendo mucho, el que mejor ha ido fue El Alpe d’Huez. Bueno, pues el adelanto fue de dos millones, de los que vi, gracias a Hacienda, 800.000. Tenga en cuenta que tardo al menos un lustro en cada libro, que tengo hijos. Cobraba el anticipo, pensaba que tenía unos años cubiertos y luego venía Hacienda con la clavada..."

Y en éstas llegó Carmen Balcells. Como explica la propia agencia "el Real Decreto de 5.II.99 aprueba el Reglamento del IRP. y en su artículo 6 apartado 3, establece para los derechos de autor que se devenguen a lo largo de varios años, la opción de imputar los adelantos a cuenta de derechos, a medida que éstos se vayan devengando. De esta forma, permite a los autores no tener que declarar como ingresos de un solo ejercicio los adelantos por una obra, sino que se van declarando progresivamente, en funcion de las ventas anuales que se vayan produciendo realmente". Como la ley es del 99, la aplicación de estas modificaciones se hace efectiva ahora por primera vez.

En cristiano: como dice García Sánchez, "ahora nos van a clavar por lo que vendamos realmente cada año y no por lo que cobremos por adelantado". Jorge Herralde, dueño y señor de la editorial Anagrama, lo tiene claro: "Carmen Balcells ha llevado a cabo la menos discutible de sus iniciativas". Porque el Estado no reconoce "en absoluto" el trabajo del escritor y a él le "parece absurdo que un autor pague los impuestos íntegros al publicar una novela, cuando suele exigir varios años de trabajo". Por su parte, Antonio López Lamadrid, responsable de Tusquets, reconoce que su editorial asesora a sus autores "siempre que lo desean, con nuestros abogados, pero cada caso es distinto." Y tanto. Lo cierto es que no todos los interesados parecen conocer la buena nueva, a pesar de que la agencia Balcells ha insertado en diversos periódicos y suplementos nacionales un anuncio en el que informa del Real Decreto, y agentes como ángeles Martín, Raquel de la Concha o Mónica Martín han avisado a sus clientes de los cambios. Javier Reverte reconoce que su mujer le comentó que había leído algo sobre el asunto en un periódico. "Soy autónomo. Y un desastre -confiesa-, pago, y pago mucho, y me alegro porque cuanto más pago, más he ganado". Y se alegra, por una cuestión "ética", puesto que "la gente que puede tiene la obligación moral de pagar más".

Tampoco Antonio Soler conoce los efectos del Decreto Balcells y se plantea hoy por hoy la posibilidad de convertirse en sociedad anónima, ante la inminencia de la declaración anual. El año pasado ganó los 25 millones del premio Primavera, y asegura que exigiría de los poderes públicos "que se tuviera en cuenta de verdad lo que supone el proceso creativo, pero no por una medida artística difícilmente ponderable sino por el tiempo real empleado. Porque no son conscientes de lo irregulares que son nuestros ingresos". El tener asesor fiscal no le impide "sentir un miedo kafkiano a que puedan encontrar algo, no sé, siempre es un sobresalto. A la hora de tributar, uno no puede evitar esa sensación de adentrarse en un territorio extraño y ajeno... y enemigo"

El escriba gubernamental

Raúl del Pozo dice recordar a uno "que se hizo escriba gubernamental por miedo a los inspectores". él, que tributa "como persona física", reclama para el escritor un trato "especial porque en un año se puede ganar algo y al siguiente nada". Por eso, si se le pregunta si el Estado reconoce el trabajo del creador, comenta socarrón eso de que "el Estado es un monstruo frío". A pesar de lo cual ni ha tenido malas experiencias con Hacienda ni se sumaría a ninguna rebelión. Por su parte, Gabriel Albiac confirma que afronta estas horas "con mala leche y cabreado, como todo el mundo. Como funcionario, tributo como cualquier ciudadano. Y como autor debo hacer una declaración trimestral, pero me llevan los diablos cuando pienso que Hacienda se lleva una cuarta parte de todos mis ingresos".

Felipe Benítez Reyes se enfrenta a la declaración con una actitud clara y "mejor que en años precedentes. La nueva norma fiscal que afecta a los escritores (poder declarar los anticipos en varios ejercicios) tiene su germen en una reunión de varios autores andaluces con dirigentes de la UGT, Cándido Méndez entre ellos. Hay que decir que la Administración acogió nuestra propuesta de inmediato, quizá por tratarse de una propuesta lógica que reparaba una situación no sólo injusta, sino un tanto descabellada. Declaro todos mis ingresos, en parte porque no me entusiasman las malas experiencias y, según tengo entendido, un choque con Hacienda puede parecerse mucho a un mal viaje de ácido".

Benjamín Prado admite que deja todo en manos de su asesor -"me lo recomendó Almudena Grandes"- y de su esposa, "que, como buena danesa va reuniendo todas las facturas..." Para él, que asegura ser "lo más legal del planeta, me encuentro una peseta y la declaro", la situación fiscal del escritor ofrece un gran agravio comparativo. "Deberíamos tener una fiscalidad especial. Es una barbaridad que debamos tributar un 18 por ciento, teniendo en cuenta lo inseguro de nuestro trabajo. Somos como equilibristas. Por eso creo que necesitamos una fiscalidad especial. Porque hay quien gana ochenta millones con un libro y quien gana 80.000..." Con todo, quienes viven exclusivamente de su obra de creación, como Horacio Vázquez Rial, cuentan al tributar con más ventajas: "Para empezar, no tenemos IVA y estamos exentos del pago fraccionado".

Lo cierto es que, a la hora de rendir cuentas al fisco los autores cuentan hoy con grandes ventajas. Pueden constituirse en sociedades anónimas o aceptar un sueldo fijo de una editorial, como hacen Gala, Umbral (Planeta) o Gómez Rufo (Ediciones B), fórmula esta última que algunas agentes reconocen no recomendar a sus clientes, porque lo mejor es que "el propio autor administre sus recursos, sin establecer una relación de dependencia con su editor". Por eso, sugieren que se hagan autónomos y que no abandonen su trabajo. Tentación a la que estuvo a punto de sucumbir Fernando Royuela, flamante premio Ojo Crítico, al que dicen que su agente debió convencer para que no renunciase a su trabajo como abogado. En cambio, Lorenzo Siva, último premio Nadal, no piensa renunciar al suyo en una compañía eléctrica, pues le garantiza la independencia necesaria para poder escribir.

En manos del asesor fiscal

La agente ángeles Martín suele aconsejar a sus clientes "que se hagan autónomos para desgravar, que paguen la Seguridad Social, y que se aprovechen del decreto Balcells". Eso, además, permite olvidar casos tan sangrantes como los de tantos escritores -Alfonso Grosso, Gabriel Celaya, Lauro Olmo, José Luis Cano- que acabaron sus días malvendiendo sus libros por no haber cotizado jamás. Como le ocurrió a Agustín García Calvo hace ya diez años. Todo empezó a comienzos de los 90 con un artículo, siguió con una multa de Hacienda de más de diez millones y con un anuncio pagado por el propio García Calvo invitando "a mis lectores, especialmente si entre ellos había algún potentado, para que me ayudaran a aquel pago". No hubo potentado alguno "pero unos cuantos cientos de personas me ayudaron a pagar casi la mitad de la multa. Lo importante es que aquello dio lugar a muchas indignaciones que nacían del hecho de que cometiera una infracción a las normas de separación entre vida privada y vida pública... Ahora ánimas caritativas me ayudan a desentenderme de las cosas de Hacienda, pero el sentido de la protesta y guerra, que es al fin la guerra de la gente (no las Personas) contra el Poder, sigue siendo la misma".

En estos momentos la agencia Balcells, "dada la rápida y positiva respuesta obtenida en nuestras conversaciones con la Dirección General de Tributos, tiene la intención de establecer nuevas conversaciones, para adecuar la tributación de este colectivo a la realidad". También la Asociación Colegial de Escritores piensa seguir batallando. Andrés Sorel, secretario de la ACE, comenta cómo hasta el año 98 el escritor "tenía la obligación de estar dado de alta en Hacienda como profesional independiente y cotizar a la seguridad social como autónomo. Es decir, pagar algo más de 30.000 pesetas al mes a la seguridad social y el Impuesto de Actividades Económicas, unas 20.000 al año. Gracias a la ACE conseguimos que se nos declarara exentos del pago del IVA. Ahora exigiríamos una simplificación de los trámites burocráticos, insistiremos en que las retenciones se practiquen en función de la cuantía de las facturas y que se atienda de una vez por todas la existencia específica del escritor". Y es que, como dijo Marx (de nuevo Groucho), "hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero ¡Pero cuestan tanto!"