Image: Ymelda Navajo, en la parrilla de salida

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Letras

Ymelda Navajo, en la parrilla de salida

“Se necesita mucha humildad en el negocio del libro, porque uno se está equivocando siempre”

27 junio, 2001 02:00

La Esfera de los Libros acaba de presentarse en ese "loft" neoyorquino que ocupa en pleno Madrid, amparado por un abecedario de fotos y textos de escritores como Martín Gaite (A de Alegria), Umbral (J de Joder) o José Hierro (S de Siempre, de Silencio, de Sorpresa y de Sueño ). Y sí, hay muchas sorpresas y muchos sueños en este proyecto editorial cuyas claves desvela Ymelda Navajo. Después de Planeta, de dirigir doce editoriales y facturar cientos de miles de millones, vuelve a empezar. En otoño arranca con un ensayo sobre ETA de Carmen Gurruchaga, y ya tiene contratados 60 títulos más.

La ilusión y los nervios de Ymelda Navajo son tales que dice sentirse rejuvenecida, mientras desgrana proyectos y repite que "éste es un negocio para gente humilde".

-Cuando se es la persona más poderosa de la edición ¿no es una temeridad dejar un grupo como Planeta y volver a empezar?
-Fue una decisión muy meditada. Hay un momento en un proyecto, en una empresa, en el que comprendes que no puedes dar más, porque no tienes sintonía con tus verdaderos y profundos intereses y no dispones de la ilusión necesaria para luchar por aquello. La actividad editorial se levanta sobre un milagroso equilibrio entre la gestión y la creatividad, los números y lo intangible, los balances y el contacto humano. Si cualquiera de estos opuestos prima sobre el otro nada funciona. Por otro lado, no hay nada que me estimule más que empezar proyectos nuevos, desde cero. Es de las cosas más apasionantes de la vida.

El monstruo y la hormiga

-Durante años la han llamado la Thatcher de la edición. Creaba líneas editoriales que los demás intentaban imitar y frente a su grupo se alzaban editores a los que Herralde llama "mohicanos": ¿se siente ahora en la misma canoa?
-Todos tenemos siempre la tentación de pensar sobre opuestos. Lo grande y lo pequeño, el monstruo y la hormiga... pero no creo que tenga que haber siempre esta dualidad. El fenómeno de la concentración que se consolidó en los 90 ha traído pros y contras, pero también ha salvado de la muerte a muchos pequeños editores que no habían sabido adaptarse a los grandes cambios del mercado. Gracias también a los grandes grupos y sus técnicas de márketing y distribución se ha hecho llegar la lectura a gentes que nunca habían tenido acceso a ella. Se les acusa de bajar el nivel de lectura, pero es que no se puede hacer cultura para quinientos. El llamado editor independiente puede convivir con estos grupos, y la prueba es el surgimiento de algunas y muy buenas editoriales que están dando lecciones de creatividad y eficacia a los grandes sellos. En este sentido La Esfera... puede tener las ventajas de unos y otros.

-¿Cuáles? ¿Qué puede dar La Esfera que no tengan ya las demás?
-Ilusión, para empezar. Tenemos dos ventajas: somos pequeños, pero estamos en un gran grupo, lo que supone que podemos tener una atención más personal con el autor y, al mismo tiempo, podemos poner más énfasis en la parte empresarial y tecnológica, en márketing, distribución, promoción. Date cuenta de lo que supone contar con un grupo multimedia como Unedisa, también como fuente de temas e ideas, o de que en este grupo participen Penguin o Rizzoli. Aunque ahora vamos a trabajar con autores españoles, con Rizzoli hemos contratado Cuentos de Moravia, y en el futuro habrá intercambio de autores.

Las reglas que nadie conoce

-¿Qué le está resultando más valioso, su experiencia en Planeta o su etapa en Estados Unidos?
-Mi experiencia profesional es mi más valioso bagaje. Para lo bueno y lo malo. Y esto es lo que quiero aportar en este nuevo proyecto. Un editor amigo me decía que este negocio se mueve bajo unas reglas fijas e inmutables que nadie conoce y creo que tenía mucha razón. La capacidad de entusiasmo ante lo imprevisible, las apuestas, la innovación, el trabajo en equipo, la relación con los autores... Todo ello es una mezcla de difícil explicación pero que funciona. Mis decepciones se derivan de la lógica de dejar un puesto como el que tenía, pero siempre he contado con eso, es la condición humana. En cambio, he tenido la gran satisfacción de contar con la confianza de quienes han creído en este proyecto.

-Desde hace años se dice que el mundo de la edición está en manos de ejecutivos y no de editores. Usted misma afirmaba que quería volver a tener trato directo con los autores y perder de vista los asuntos de gestión: ¿le ha sido posible o la industria impone siempre sus leyes?
-Hablábamos antes del equilibrio... Ya sean gestores o editores, en este negocio se necesita una gran sensibilidad. El libro no es un producto más. Y si esto se olvida se olvida la primera y más importante lección. No existen los milagros, aquí hay que tener mucha paciencia y perseverancia, las ideas de hoy fructifican a los dos o tres años, y se necesita mucha humildad porque uno se está equivocando siempre.
»Por otra parte, para mí el trato con el autor es el aspecto más fascinante de la edición, aunque esta relación puede resultar muy conflictiva. Los editores somos extraños personajes entre el lector y el escritor, y en el fondo nadie entiende cuál es nuestra verdadera función. Decía Umberto Eco que un autor debería ante todo intentar hundir a su editor y a nosotros no se nos oculta este aspecto, que se extiende a toda la cadena de personajes que intervienen en torno al libro. Aun así, no conozco a ningún editor que no esté enamorado de este trabajo.

-¿Hasta qué punto La Esfera... viene a cubrir un hueco en un mercado saturado? ¿Es la no ficción un nuevo "filón" editorial?
-Es cierto que el mercado está saturado. Es un negocio muy maduro, que no crece y donde se publican al año un número excesivo de títulos pero esto ocurre desde hace ya algunas décadas y aquí seguimos. La originalidad es muy difícil, pero siguen surgiendo fenómenos nuevos que no dejan de sorprendernos y que revitalizan el sector. Creo que la "no ficción" ofrece ahora mismo más oportunidades editoriales que la novela, sobre todo para un proyecto modesto como el nuestro, donde no podemos batirnos económicamente con los grandes.

Quizá por eso prefiere ser cauta. Apenas adelanta principales las líneas de la editorial: histórica ("será nuestra gran apuesta, junto a la de los libros de actualidad"), biografías y memorias ("las primeras, la de José Antonio Labordeta, las del Dúo Dinámico"); deportiva (en colaboración con Marca); narrativa, ensayo y poesía, y Biblioteca La Esfera, donde aparecerán el Cuaderno de Amor de Antonio Gala o Los Consejos Espirituales a los Jóvenes Samurais de Mishima. También confirma que la editorial se estrenará con un ensayo sobre ETA de Carmen Gurruchaga. A lo largo de este año se publicarán unos 15 ó 20 títulos más, y a partir del año 2002 la media anual será de 50 a 60. "Tenemos contratados cerca de 60 títulos y bastante buenos en general, dentro de nuestra modestia", subraya, "en la línea de la edición americana generalista, basada en los temas y no en colecciones y en editar libros para ser leídos".

--Herralde menciona en sus Opiniones mohicanas que antes existía una complicidad entre editores que se ha perdido: ¿cuál va a ser la relación con las editoriales ya existentes? ¿van a ir a por ustedes a cuchillo? ¿y ustedes por los autores?
-Creo que a Herralde no le falta razón. Las empresas editoriales hemos entrado en un terreno de juego muy competitivo y he dejado de existir ese fairplay. En La Esfera no queremos para nada entrar en esta dinámica ni contribuir a ella.

-¿Cuáles son las reglas del juego editorial, y por qué han cambiado tanto?
-Están cambiando constantemente. Este sector ha sufrido una transformación impresionante. La presión que hay hoy sobre los márgenes hace que haya que vigilar con sumo cuidado las inversiones. Presión sobre los anticipos, sobre el coste del producto, sobre los gastos en promoción, sobre los descuentos en distribución... Aquí las alegrías se pagan muy caras. Hay dos decisiones importantísimas aparte del autor y el título: el anticipo y la tirada. Una mala elección puede llevarte a perder mucho dinero.

-Acaba de mencionar los anticipos, una de las causas de la actual inflación editorial: ¿se siente responsable de haber contribuido a que el mercado se desmandara?

La inflación de los anticipos

-Los grandes grupos tienen bastante responsabilidad en el tema de la inflación de los anticipos, puesto que han tenido la capacidad de ofrecerlos, a pesar de los malos resultados. Los agentes no tienen la culpa de que los editores no conozcamos nuestros límites. La tendencia internacional es a parar este tema, pero siempre surge un editor nuevo que vuelve a inflacionar y a descabalar el mercado.

A pesar de que siempre se ha dicho que uno de sus problemas de Ymelda Navajo era que no creaba equipo, muchos de sus colaboradores de Planeta se han embarcado en esta aventura. "Me apasiona formar a gente joven y me precio de haber sido siempre generosa con ellos. Pero no es sólo mi grupo, todo se mueve, y cada vez se mueve más, ya sea la pareja o la edición.

-La relación entre su Esfera y El Cultural yo la veo clarísima: exactamente igual que con el resto de las editoriales. No creerá usted otra cosa, ¿verdad?
-No. A mí me gustaría que me trataseis por lo menos como tratáis a los otros editores del mercado, para bien o para mal , y que por el hecho de disimular que colaboramos en el mismo grupo no nos perjudiquéis. En ese sentido, sé que aunque quisiera imponer mis criterios no podría. Quienes no lo van a entender serán los autores.