Image: ¿Por qué estamos en guerra?

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Letras

¿Por qué estamos en guerra?

Norman Mailer

17 abril, 2003 02:00

Norman Mailer, por Gusi Bejer

Traducción de M. L. Rodríguez y J. Zulaika. Anagrama. Barcelona, 2003. 122 págs, 10 euros

Defiende Mailer que en último extremo lo que pretende Bush no es tanto desterrar el terrorismo o asegurarse el flujo de petróleo, sino que "el motivo fundamental sigue siendo el sueño esencial de George W. Bush: ¡el Imperio!"

A estas alturas nadie duda de que los atentados del 11 de septiembre del 2001 en los Estados Unidos marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad. Tal apreciación, por obvia, resulta casi una perogrullada de idéntica proporción a la de afirmar que las implicaciones de ello derivadas interesan todos y cada uno de los ámbitos de nuestra existencia. La literatura no podía permanecer ajena a tamaño acontecimiento, máxime en una nación con una riquísima tradición de literatura política. No en vano la literatura norteamericana del siglo XVIII que se enseña en las universidades se agrupa bajo el epígrafe de "literatura política".

Cuando todavía humeaban los restos de las Torres Gemelas, Don DeLillo publicó En las ruinas del futuro, donde podíamos leer frases del tipo "pero el Apocalipsis no tiene lógica, y ellos han traspasado los límites de cualquier desquite motivado por la pasión.[…] El hombre promete sumisión a Dios y medita sobre la sangre que habrá de derramarse."(pág.16).Resulta complicado aventurar hasta qué punto DeLillo era consciente de las dimensiones del horror que supondría "la sangre que habrá de derramarse." Si la publicación de aquella "obrita" supuso un record editorial de oportunismo -en el sentido neutro de la palabra- éste ha sido superado en el último título de Mailer, ¿Por qué estamos en guerra? El propio autor aclara que "El título de este libro fue decidido antes de que supiéramos si Estados Unidos estaría en guerra (pues) la guerra es tanto un estado de ánimo como una serie de sucesos marciales" (pág. 110). Sea como fuere, salta a la vista las reminiscencias de este título con su popular ¿Por qué estamos en Vietnam? (1967).

El volumen se divide en dos partes y concluye con un apéndice: "11 de septiembre", que reproduce la entrevista realizada por Dotson Rader para el "Sunday Times Magazine"; "¿Por qué estamos en guerra?" fue la conferencia pronunciada ante el Club de la Commonwealth en San Francisco el pasado 20 de febrero; y "Notas sobre un gran desasosiego incierto", en la que abunda sobre algunos temas tratados en la entrevista concedida al "The American Conservative" el 2 de diciembre del 2002.

Desde un punto de vista exclusivamente literario ¿Por qué estamos en guerra? se enmarcaría en la tradición iniciada por John Smith en The General History of Virginia (1624) en la que justificaba la guerra contra los indios -aunque Mailer se muestra contrario a ésta-; continuada por Thomas Paine en sus panfletos a favor de la guerra de independencia, especialmente "Common Sense" (1776 -resulta llamativo comprobar la similitud conceptual de sus argumentaciones-), y Thomas Jefferson en la Declaración de Independencia (1776) y que encontraría su máximo representante en el siglo XX con Ernest Hemingway y los artículos para el "Toronto Star", "Esquire" y "New Mases" (muchos de ellos, por desgracia no los mejores, sobre la Guerra Civil Española).

Pero este tipo de análisis resulta más propio de futuros profesores y críticos literarios. Con las imágenes de cuerpos mutilados todavía frescas en la retina, uno no puede sustraerse a la tentación de enfatizar el contenido ideológico de esta obra.
Entiende Mailer que el detonante de esta guerra se encuentra precisamente en los atentados del 11 de septiembre y analiza, con mayor profundidad que DeLillo, los motivos del ataque y el cúmulo de circunstancias, tanto de política interna como externa, que han debido coincidir para que la administración Bush se decidiera a atacar Iraq.

Defiende Norman Mailer que en último extremo lo que pretende Bush no es tanto desterrar el terrorismo o asegurarse el flujo de petróleo, que lo es, sino que "el motivo fundamental sigue siendo el sueño esencial de George W. Bush: ¡el Imperio!" (pág. 66). El peligro que se corre será un recorte en las libertades democráticas, a fin de cuentas "El fascismo es un estado más natural que la democracia. […] La democracia es un estado de gracia que sólo alcanzan los países que poseen gran cantidad de individuos dispuestos no sólo a gozar de la libertad, sino a trabajar duramente para mantenerla." (pág. 80).

Según Norman Mailer, George Bush fue el gran beneficiado de los atentados del 11 de septiembre; de no haber ocurrido "Bush habría vivido con la incomodidad permanente de tener una publicidad cada vez peor en los medios." (pág. 57) Probablemente sea así, pero uno hubiera agradecido que Mailer hubiera ampliado su campo de visión remontándose hasta "la ciudad en la montaña" de la que hablara Winthrop ya en el siglo XVII y que sin duda ha marcado la historia, para bien y para mal, de los estadounidenses.