Image: Secreciones, excreciones y desatinos

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Letras

Secreciones, excreciones y desatinos

Rubem Fonseca

19 febrero, 2004 01:00

Rubem Fonseca. Foto: Guillermo Arias

Traducción de Basilio Losada. Seix Barral. Barcelona, 2003. 160 páginas, 15 euros

Rubem Fonseca (1925) es uno de los escritores brasileños contemporáneos más divulgados, dada su calidad. Tras su paso por la novela, el guión cinematográfico y alcanzar premios como el Camões 2003 (equivalente lusófono de nuestro Cervantes) ha retornado al relato. Provocador, atento al cuerpo humano, con cuyas "secreciones, excreciones y desatinos" configura sus argumentos, sus cuentos descienden a un infierno poblado por personajes caracterizados por sus extravagantes comportamientos. La organización del libro es circular. Se inicia con un maníaco de sus heces, que las observa como un "criptograma, y yo había descubierto sus códigos y podía descifrarlo". Interviene también la figura femenina de Anita, quien acaba por compartir parecidas ideas, aunque el protagonista las extiende al ámbito de los augures. Y el libro se cierra en el mismo orden escatológico con "Vida", la historia de un matrimonio que ha perdido un hijo, experiencia que vive dramáticamente, pero el hombre sufre incontinencia de ventosidades. "Coincidencias" revela el comportamiento paranoico del protagonista, quien coincide con una mujer, Carlota, a la que acabará asesinando.

En "La Naturaleza, en oposición a la gracia" describe a un personaje al que un viejo aconseja que debe comer sangre de toro. Lo que aleja a los dos seres de Fonseca de lo sobrenatural -el vampirismo, por ejemplo- es la cotidianeidad del relato. "Mujeres y hombres enamorados" nos sitúa en el ambiente brasileño de la magia. Más compleja será la historia de "El jorobado y la Venus de Botticelli", aunque en realidad se trate de un jorobado y de una joven a la que éste conoce bajo la lluvia. Constituye un auténtico tratado de seducción y la actuación de un personaje que, pese a su defecto físico, resulta un atormentado Don Juan.

Fonseca posee el don de articular cualquier relato corto inscribiéndolo en un retazo de vida. Su libro no esquiva, antes busca, los temas más difíciles. Llega hasta el límite del mal gusto sin caer en él. La claridad narrativa, el fácil diálogo, un cierto toque machista, el humor negro, el tratamiento psicológico de los personajes y su estilo ágil convierten el libro en un modelo de heterodoxia. La diversidad y la rareza de las situaciones debe entenderse como un desafío que supera y hace atractivos los relatos, cuya síntesis, sin las complejas modulaciones de su tratamiento artístico, resultarían de poco interés.