Lo tuyo soy yo
Elena Santiago
11 marzo, 2004 01:00
Lo suyo, lo de Elena Santiago, leonesa (1941), escritora distinguida con numerosos premios, entregada de lleno a la literatura es esto: escribir emociones, desnudar vivencias íntimas; acotar el mundo sensible, sus motivos, sus presencias. Con un estilo intenso, con una voz que defiende, casi siempre en primera persona, la realidad percibida desde su perspectiva, la de una mujer que busca tomarle a la vida su pulso emocional para tratar de detenerse en el territorio de lo afectivo, explorarlo y ofrecerlo vertebrado en historias que multiplican sus matices.
Por eso cuando habla de amor enfoca todos sus recodos: el deseo, la culpa, la pasión; y cuenta, con una elocuencia que intimida, su plenitud, su ausencia; cuando rompe, cuando trae la fatiga, el desencanto, los celos. Eso constituye la materia de este libro, Lo tuyo soy yo: "17 relatos -dice la contrasolapa- de amor y ausencia, de amor que llega o amor indebido. Son vida donde el sentimiento como latido, salva". Relatos cortos, cada uno captado en toda su intensidad por la ilustración que le acompaña, obra del pintor Pablo Ransa, que pone el énfasis preciso, precioso, en un ejercicio de imaginería poética que ensancha el sentido de cada historia.
"Lo tuyo soy yo" es el título que abre la serie, el que sugiere el tema y el tono del libro, pero no el más acertado, quizá porque la temperatura crece a medida que avanza el libro, y alcanza sus máximas en títulos como "El murmullo", "La corrosión", "El miedo", "El delirio", habitados por presencias humanas conmovedoras, resueltos en escenas evocadoras, acordes con el estilo de su autora: intenso y rico, más logrado en el tono que en la resolución argumental. En cualquier caso corrobora que lo suyo, lo de Elena Santiago, es la prosa, siempre poética.
Por eso cuando habla de amor enfoca todos sus recodos: el deseo, la culpa, la pasión; y cuenta, con una elocuencia que intimida, su plenitud, su ausencia; cuando rompe, cuando trae la fatiga, el desencanto, los celos. Eso constituye la materia de este libro, Lo tuyo soy yo: "17 relatos -dice la contrasolapa- de amor y ausencia, de amor que llega o amor indebido. Son vida donde el sentimiento como latido, salva". Relatos cortos, cada uno captado en toda su intensidad por la ilustración que le acompaña, obra del pintor Pablo Ransa, que pone el énfasis preciso, precioso, en un ejercicio de imaginería poética que ensancha el sentido de cada historia.
"Lo tuyo soy yo" es el título que abre la serie, el que sugiere el tema y el tono del libro, pero no el más acertado, quizá porque la temperatura crece a medida que avanza el libro, y alcanza sus máximas en títulos como "El murmullo", "La corrosión", "El miedo", "El delirio", habitados por presencias humanas conmovedoras, resueltos en escenas evocadoras, acordes con el estilo de su autora: intenso y rico, más logrado en el tono que en la resolución argumental. En cualquier caso corrobora que lo suyo, lo de Elena Santiago, es la prosa, siempre poética.
