Letras

Robert Graves

Ca N’Alluny abre sus puertas

29 junio, 2006 02:00

Fachada de Ca N’Alluny

El pueblo mallorquín de Deià es noticia, y no porque la batería del grupo The Corrs lo haya escogido como segunda residencia. Tampoco porque el compositor Andrew Lloyd Weber, autor de míticos éxitos, desde Jesucristo Superstar a El Fantasma de la ópera, haya sido visto tomando un té en la tasca del pueblo, o porque Pierce Brosnan se esté construyendo allí una casa. Ni siquiera es noticia porque se haya anunciado que el encuentro literario "The Guardian-Hay Festival" no se celebrará este año.

Deià es noticia porque el próximo día 2 de julio, el Govern Balear inaugurará en este pueblo de la sierra de Tramuntana mallorquina la casa museo de Robert Graves, Ca N’Alluny, "la casa de lejos", como la bautizara el escritor inglés. Robert Graves (Wimbledon, 1895), autor de Yo, Claudio, hizo construir esta casa a las afueras del pueblo de Deià, en la carretera hacia Sóller, en 1932, y allí vivió hasta su muerte en 1985, exceptuando el paréntesis de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. El poeta y prestigioso divulgador de la Antigöedad clásica, sobre todo a través de sus novelas Yo, Claudio, La hija de Homero y El vellocino de oro, escribió la mayor parte de su obra en esta austera casa de piedra de estilo mallorquín, sobre una curva de la carretera con vistas al mar, en un pequeño terreno que gozaba, en invierno, de unas cuantas horas extra de sol, todo un lujo en este rincón de la isla condenado a la sombra del imponente monte Teix.

Deià ha tenido desde 1985 el reclamo de la visita a la tumba de Graves, en su pequeño y privilegiado cementerio. A partir de ahora los admiradores del escritor podrán acercarse también al auténtico despacho de Graves, conocer la sencilla casa en la que trabajó tantos años, pasear por el jardín y el olivar, y el rústico anfiteatro romano en el que la familia organizaba íntimas representaciones. Pasar por la casa de Graves será saborear un especial espectáculo, el de la perfecta simbiosis de dos mundos, porque en Canellún (así lo escribía el poeta) confluyeron los hábitos de vida ingleses y el substrato de su tierra de acogida. Al visitante le sorprenderá encontrar en pleno campo mallorquín un auténtico ambiente inglés de los años treinta, hasta el punto de que se preguntará si no ha entrado en realidad en una casa de Bloomsbury.

La editorial Seizin Press
Beryl, la viuda de Robert, falleció en octubre de 2003. Había vivido casi veinte años más que el escritor conservando la casa intacta, sin acomodarla a la calidad de vida de los nuevos tiempos. El Gobierno de las Islas Baleares creó la Fundación Robert Graves, que adquirió el inmueble y lo ha sometido a una restauración mínima, adecuándolo a los requisitos de una casa-museo. El único cambio se ha producido en la planta alta, donde se ha habilitado un espacio expositivo con objetos personales del escritor, joyas como el antiquísimo ejemplar de las Geórgicas de Virgilio inundado de las firmas de sus amigos. En la baja, junto al pequeño cubículo donde trabajaba Graves, encontramos otra joya: la vieja imprenta Albion que Graves trajo de Inglaterra, para continuar la aventura editorial de Seizin Press, que dirigía con su pareja de entonces, la poetisa Laura Riding. Se trataba de una editorial similar a la que fundaron Leonard y Virginia Wolf, dedicada a las ediciones limitadas de poesía para un público selecto. Roto su matrimonio con su primera mujer, Nancy Nicholson, Graves huyó de Inglaterra tras el escándalo que Riding protagonizó con su fallido intento de suicidio. Cuando llegaron ambos a Deià en 1929, gracias a la recomendación de Gertrude Stein, Graves corrigió las galeradas de su conocida autobiografía Adiós a todo eso y empezó una nueva vida. La historia de Deià iba a estar vinculada a Don Roberto en adelante.

Fue Laura Riding quien diseñó la casa. Por eso se ha conservado su despacho, en el piso superior. También está impecable el despacho de Beryl, la segunda mujer de Graves, traductora del ruso, que aprendió el español con El Quijote: la mujer que salvó a un atribulado Robert tras el fin turbulento de su relación con Riding.

La imprenta, auténtica pieza de museo, fue primero instalada en la primera vivienda de Graves en Deià, Ca Sa Salerosa, al otro lado del pueblo. En Ca N’Alluny se podrán contemplar algunas de las primeras ediciones de Seizin Press, con las preciosas cubiertas del diseñador Len Lye, colaborador de Graves que dejó su impronta en varios rincones de la casa. La Fundación Robert Graves prevé poner a punto la imprenta. El logotipo de la casa museo, obra del dibujante Max, Premio Nacional de Ilustración y director de la revista de cómic "Nosotros somos los muertos", ha integrado el tipo de letra Garamond de la Seizin Press. En el celebrado logotipo, el perfil de Robert Graves, la piedra y los olivos se alían para dar la imagen justa de Deià y su artista más universal.

La transformación de un pueblo
Graves volvió a Deià en 1946, acabada la guerra mundial, con una nueva familia. Encontró la casa tal como la había dejado diez años atrás. Ahora terminaría de escribir La diosa blanca, y luego vendrían Los mitos griegos y Los mitos hebreos, además de traducciones de tantos clásicos, Apuleyo, Suetonio, Lucano, etc. Es sabido que Graves siempre se consideró ante todo poeta, y que escribía novelas para alimentar a la poesía. Su éxito Yo, Claudio, lo había escrito en Deià en el 34 para poder pagar la carretera del pueblo a la cala, en la que poseía algunos terrenos. Graves iba a traer algunas transformaciones al pueblo además de esta. Es famoso su encuentro con Fraga, en el que le pidió que dotara al pueblo de una red eléctrica decente. Pero la mayor transformación no sería intencionada. Deià, con la figura del poeta al fondo ejerciendo de imán, iba a convertirse en hervidero de artistas y bohemios. Graves había venido a un pueblo rural y autosuficiente a vivir porque era barato. Hoy ya es casi sólo un pueblo de postal, residencia de millonarios de todo el mundo. En cierto hotel del pueblo, una habitación media cuesta 600 euros al día. La apertura de Ca N’Alluny servirá de testimonio de un mundo perdido, de un estilo de vida austero, como la cocina AGA de carbón en la que Beryl horneaba los bizcochos. Pero Deià no sólo era barato. Era tranquilo, un lugar perfecto para el trabajo intelectual. En 1953 unos periodistas de la revista Picture Post visitaron a Graves y publicaron un reportaje sobre la vida bucólica de este escritor inglés escondido en Mallorca. Don Roberto, con sus dos metros de altura, se pasea por el pueblo y sus calles sin asfaltar, o por el centro de Palma con las manos en los bolsillos. La cámara fotográfica de Daniel Farson lo pudo inmortalizar. En el 54, publicaba en Harper’s Bazaar el texto Mallorca, isla afortunada, en el que confiesa haber encontrado en Deià todo lo que necesitaba para trabajar: "Sol, mar, montañas, manantiales, árboles frondosos, la ausencia de política y unos cuantos lujos de la civilización". Este texto, junto a las fotografías de Darson, propiedad ahora de la Fundación Getty, se recogen en el libro de inminente aparición Una semana con Robert Graves en Mallorca, editado por la Fundación, junto a una selección de relatos y poemas del escritor.

Un documental sobre su mundo
La visita a la casa se ha programado con la proyección inicial de un documental de catorce minutos, con guión de Guillem Graves, hijo y albacea del autor de La diosa blanca. En el documental vemos a Graves en su despacho, rodeado de los objetos antiguos que acostumbraba a sobar para transportarse mediante la "analepsis" a las épocas cuyos misterios pretendía desentrañar. Algunos de ellos, (hachas de sílex de dos hojas, tanagras, un collar de semillas…) tienen su hueco asegurado en las vitrinas del espacio expositivo, junto a un libro de poemas de Graves convertido en hucha, la hoja del Times que dio en falso en la Primera Guerra Mundial la noticia de su muerte, o el contrato de la BBC para llevar Yo, Claudio a la pequeña pantalla. Un extraordinario montaje que deleitará a fans y despertará la admiración de los legos.


Dos días después de la apertura de Ca N’Alluny, el 4 de julio, se celebrará en Mallorca durante cinco días el VII Congreso organizado por Robert Graves Society y St. John’s College Robert Graves Trust, dedicado a "Graves y el arte de la colaboración", con ponencias de expertos sobre el escritor de todo el mundo y la presencia de la última musa del poeta, la bailarina Julie Simonne. El único hijo de Graves nacido en Mallorca, Tomás, que rescató la labor editora de su padre con la New Seizin Press, será uno de los muchos participantes.