Cartas de la guerra
António Lobo Antunes
Debate. Barcelona, 2006. 29 páginas, 22 euros.
Qué es Cartas de la guerra? ¿La aventura de un hombre que vive y relata el fin de un período de la historia de su país, el fin sangriento y trágico de la guerra de sublevación de las colonias (Angola) y de la lucha por su independencia? ¿Una página de la historia que cambió el rumbo de la historia de Portugal, que precipitó la Revolución de los Claveles y marcó a toda una generación de intelectuales y de escritores lusos en la misma línea que Vietnam hirió las conciencias de la intelectualidad norteamericana? Es cierto que Angola y Mozambique fueron heridas abiertas en la conciencia del pueblo portugués que invitaban a la derrota, a ver a Portugal como un pueblo pobre y perdido en un extremo de la península ibérica pero Lobo Antunes no nos habla de la inhumanidad de todo aquello, sino del tedio y la tristeza de la retaguardia. Las cartas, que fueron enviadas a su mujer una vez que Lobo Antunes partió para Africa el día de Reyes de 1971, son un documento poco excepcional para conocer las condiciones en que se desarrolló aquella guerra y para comprender ese sentimiento de pérdida y de sinrazón que encontramos en otros autores portugueses.
Cartas de la guerra es, sobre todo, un epistolario de amor, es el epistolario de un hombre que soporta todo aquello escribiendo cartas de amor a la mujer con la que había contraído matrimonio unos meses antes. Y como todas las cartas de amor tienen el mismo fondo de sentimentalidad mezclada con sentimentalismo y de osadía mezclada con sueños, sobre todo cuando se confiesa la dimensión del deseo, a veces expresado con imágenes de andar por casa: “Nadie - le escribe el 4 de abril de 1971- me recuerda tanto el sexo como tú, y escribo esto con una enorme excitación sexual: tengo un mástil con bandera alzada en la barriga.¡ Quiero oír gritos! ¡ Quiero gritar encima de ti! Te pondrás unas medias negras [...]. Soy tu hombre y te amo”. Cartas que, como él dice, tienen algo de ortopédico, algo que sirve para sustituir a la vida que falta.
Además Cartas de la guerra es un documento para conocer al escritor en ciernes que era Lobo Antunes. Porque la literatura, en medio de la guerra, intentaba ser otro motivo de salvación personal. Un libro, en fin, poco significativo en muchos aspectos. Hay en él algo que le impide alcanzar una grandeza literaria y es el modo en que no aparece (sino como retazos) la tragedia que se vivía a su alrededor. Ahí estaba la aventura que nos hubiera gustado leer, la dramática poesía de aquellos momentos que un verdadero poeta hubiera convertido en una obra más valiosa.