Image: De cómo Montero Glez descubrió 'al' Camarón

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Letras

De cómo Montero Glez descubrió 'al' Camarón

El escritor madrileño rememora el día que escuchó por primera vez La leyenda del tiempo

29 octubre, 2009 01:00

Portada de La leyenda del tiempo.

Al igual que ocurre con los mitos, el Camarón de la Isla tuvo que morir para convertirse en leyenda. A pocos artistas les sucede algo parecido. Cuando mueren, mueren también para su público. Sin embargo, con el Camarón ha pasado lo contrario.

Años después de su muerte, sigue arrastrando tras de sí una montonera de aficionados que se amplía a medida que el tiempo sucede. Yo soy uno de tantos. Puedo poner que el Camarón de la Isla es una de mis referencias, junto con Hemingway, Shakespeare, Lorca, Francisco de Goya y la Naturaleza. Descubrí su voz gracias al disco titulado La leyenda del tiempo, a principios de los años ochenta.

Recuerdo que compré el disco por casualidad, o como se llame eso. He de confesar que en aquellos días yo andaba ocupado en aporrear las puertas del cielo. Entonces escuchaba a Bob Dylan y aún no sabía que las puertas de las últimas habitaciones de la sangre me quedaban más cerca, por ser a las que llamaba Federico García Lorca para emborracharse de cante jondo.

Me encandiló la portada; una foto a blanco y negro, una instantánea cazada al vuelo de la luz escueta; la imagen del perfil concentrado de un gitano con el cigarrillo entre los labios; la sombra de una barba rubia que parecía respirar sobre el fondo gris, de plata callada y mucho grano. El de la tienda me dijo que lo tenía "en oferta" porque no se vendía bien. Y eso remató mi decisión a la hora de comprarlo.

Cuando llegué a casa y saqué el vinilo de la funda y me puse a escuchar, entonces caí en la cuenta: aquella voz no sonaba por sonar, sino por el gusto de ser voz. Luego estaba la instrumentación, desde un tema caribeño que parecía tocado en la cocina de una casa, hasta unas nanas acompañadas de sitar hindú. Y también estaba el gusto a la hora de elegir las letras; Fernando Villalón, Omar Khayam o Federico García, Lorca a quien el disco debía su título: La leyenda del tiempo.

Aquel trabajo abarcaba el mundo, conteniendo todas sus músicas habidas y por haber. Para mí fue la llave, el interruptor de una luz que alumbró rincones que hasta entonces permanecían ocultos. Pero no vine aquí a hablar sobre mí, sino del documental que se ha marcado el realizador José Sánchez-Montes a partir del disco de marras.

Un trabajo que inaugura la VII edición del festival In-Edit y donde Sánchez-Montes ha reunido a los participantes de aquel trabajo. Tomatito, Gualberto, Kiko Veneno, Ricardo Pachón, Raimundo Amador y Rubem Dantas son algunos de ellos. Imágenes inéditas del Camarón junto con el recuerdo de sus participantes. Hoy se estrena Tiempo de leyenda y a mí sólo me queda desear al equipo "mucha mierda", que dicen los del teatro.