Image: El último Festival de Otoño

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Teatro

El último Festival de Otoño

La cita teatral madrileña se traslada a la primavera

29 octubre, 2009 01:00
El próximo 4 de noviembre comienza la que será la última edición del Festival de Otoño. Tras 26 ediciones, la Comunidad de Madrid decidió trasladarlo al mes de mayo, de forma que dentro de seis meses la ciudad acogerá el Festival de Primavera. Para esta despedida se han reunido 35 espectáculos de teatro, danza, música, circo, performance, teatro musical y gestual que se escenificarán en once teatros de la capital y diez pueblos de la CAM. Junto a las compañías consagradas habituales del certamen (Pina Bausch, Piccolo, Veronese, Lepage...), figuran sorpresas e hitos de la escena jamás vistos en Madrid (Rosas, de Anne Teresa de Keersmaeker o Isabellas’s Room de Jan Lauwers &Needcompany).

Este adiós del Festival de Otoño resulta más bien un hasta luego. Desde hace 26 años la Comunidad de Madrid ha venido ofreciendo lo mejor de la escena internacional con la organización del Festival de Otoño, pero la presión de los empresarios privados de teatro -que llevaban años quejándose de la competencia mediática que suponía el evento- llevó a las autoridades autonómicas a considerar sus argumentos y trasladar el Festival a la primavera. La CAM, para mostrar su voluntad de seguir con el evento, se comprometió a organizarlo del 10 de mayo próximo al 6 de junio, apenas seis meses después de que se haya finiquitado la última edición del Festival de Otoño. Los críticos con esta decisión hablan de la pérdida que supone para Madrid un Festival ya consolidado en el circuito internacional.

En realidad, salvo las fechas, no parece que vaya a haber muchos cambios. Ariel Goldenberg (que lleva ya una decena de años al frente del de Otoño) dirigirá la primera edición del de Primavera, con la ayuda de Paula Foulkes, su adjunta en Madrid. Eso sí, habrá que ver cómo responde el público a la nueva cita (el de Otoño tiene una media de 80.000 espectadores) en unas fechas en las que Madrid celebra la Feria de San Isidro y es una incógnita cómo opera el buen tiempo en las costumbres de sus moradores.

La selección de compañías es muy atractiva para esta última edición. No se ha inventado nada nuevo, sino que como siempre se ha jugado a ofrecer espectáculos exquisitos de las compañías y artistas internacionales más afamados, pero también a desvelar la pequeña joya escénica de ese artista ignoto al que se le augura un largo recorrido.

Los clásicos del Festival
Como en ediciones anteriores hay un puñado de grupos a los que podemos considerar "habituales" del Festival, grandes nombres de la escena que han sido invitados en otras ediciones anteriores. Son, por ejemplo, la compañía de la coreógrafa fallecida este año, Pina Bausch, que inaugura el Festival el día 4 en los Teatros del Canal con Kontakthof (algo así como Casa de citas). Bausch estrenó con los bailarines de Tanztheater Wuppertal esta pieza en 1978, pero la retomó en 2000 con bailarines sin experiencia, -de hecho los reclutó mediante un anuncio de prensa-, y de más de 60 años. Una pieza que trata de la realidad y del teatro, a ritmo de músicas de Charles Chaplin, Anton Karas, Juan Llossas, Nino Rota y Jean Sibelius.

Vuelven también los argentinos Daniel Veronese y Claudio Tolcachir y la compañía italiana Scimone Sframeli, integrada por dos únicos actores (Francesco Sframeli y Spiro Scimone) y que ya estuvieron presentes en la pasada edición del Festival. Ahora acuden con dos espectáculos. En Nunzio interpretan a dos hombres encerrados en un cocina que hablan en el dialecto de Mesina (Cuarta Pared, días 10 y 11). Es la ópera prima de Scimone, que tiene también su su versión cinematográfica: Due amici, (dirigida e interpretada por la pareja) que se alzó en 2002 con el León de Oro a la Mejor Opera Prima de la Mostra de Venecia. Bar es la otra obra, e insiste en presentarnos a dos personajes ocultos del mundo y de sí mismos, que habitan la trastienda de un bar (Cuarta Pared, días 12 y 13).

Les Ballets C de la B son un colectivo fundado en Gante hace 25 años en el que colaboran un buen número de coreógrafos. Muchos de ellos han presentado trabajos en Madrid desde esta plataforma. En 2007 fueron invitados con un fascinante espectáculo Import-Export, y el pasado año, Alain Platel, el fundador de la compañía, también estuvo presente. Ashes es obra de Koen Augustijnen, que ha reunido en escena a los bailarines, músicos y cantantes para tratar el tema de la fugacidad y mutabilidad. Teatros del Canal, del 12 al 14). Y procedente de esta plataforma de Gante es también Sidi Larbi Cherkoui, quien se ha unido a la flamenca María Pagés para crear Dunas, un coproducción del Festival. Se trata de una colaboración que ha despertado muchas expectativas (Teatros del Canal, del 18 al 21).Otra de nuestras artistas, representante de la corriente de teatro-danza, Marta Carrasco se ha lanzado a adaptar a la escena el Réquiem en re menor de Mozart. Coproducido por el Festival, el elenco está integrado por bailarines y actores de Madrid y Barcelona. (La Abadía, del 18 al 21).

Y no podía faltar uno de los grandes de la escena internacional, el canadiense Robert Lepage, descubierto para el público español precisamente por este Festival, cuando presentó en 1997 su mítico Elsinor. Viene con The Blue Dragon, epílogo de su Trilogía de los Dragones (que también ofreció el Festival en 2003), una narración escénica épica en la que a lo largo de seis horas contaba el devenir de una familia de inmigrantes chinos en Canadá. Ahora, uno de los superviviente de aquella familia, Pierre Lamontage, emprende el viaje inverso a China (Teatro de Madrid, del 20 al 23).

Presente también está el Piccolo Teatro de Milán, con una puesta en escena de lactor Toni Servillo de la Triloigia della Villggiatura, de Goldoni (Teatros del Canal, del 25 al 28).

El Festival va a permitir disfrutar de dos joyas escénicas muy célebres que jamás se han representado en Madrid. La compañía de danza de la coreógrafa belga Anne Teresa de Keersmaeker bailará Rosas danst Rosas, una pieza bellísima que concibió en 1983 y que todavía figura en el repertorio de la compañía, la cual tomó el nombre precisamente de la coreografía. Una obra que juega con movimientos contrastados y que ya es un clásico de la danza contemporánea (Teatros del Canal, del 10 al 12). Igualmente, Rosas presentará su último trabajo, The song, mucho más experimental, en la que los bailarines prescinde casi de la música (Teatros del Canal, 14 y 15). El otro espectáculo emblemático es Isabella’s Room, del coreógrafo belga Jan Lauwers y su compañía Needcompany. Se trata de un grupo que concibe la escena como una mezcla de lenguajes (teatro, danza, cine, artes plásticas..). Esta pieza, alegre y muy amena, protagonizada por la actriz Viviane de Muynck, parte de un episodio autobiográfico, los objetos arqueológicos que Lauwers heredó de su padre (Teatro Español, del 11 al 14).

Hay un buen número de sorpresas. El letón Alvis Hermanis vuelve con su compañía, Jaunais Rigas, con Sonja. Hemanis visitó Madrid en Escena Contemporánea con Long Life y fue una auténtica revelación. Su teatro, sin palabras, es un retrato de lo cotidiano contado desde una óptica barroca y del absurdo (Teatro de La Abadía, del 12 al 14). De Italia procede un extenso espectáculo, Proppio come se nulla fosse avvenuto, dirigido por el director de cine y teatro palermitano Roberto Andó. Un espectáculo que extiende una amplia escenografía compartimentada en la que se desarrolla una historia de inmigración (Naves del Español, 13 y 14). Original es la propuesta de Gisèle Vienne, que lleva a escena con títeres los crímentes perpetrados por el asesino en serie Dean Corll, quien con ayuda de dos adolescentes mató a una veintena de niños en Texas (Pradillo, del 17 al 20). Y en Cocorico encontramos un ejemplo representativo del teatro gestual. Patrice Thibaud y Philippe Leygnac ofrecen una exhibición de mimo con una obra trepidante y divertida (Instituto Francés, del 18 al 20). Y también de Francia procede la compañía Tera, dirigida por el armenio Simon Abkarian, colaborador de Mnochkine y Peter Brook y que presenta Pénélope ô Pénélope (Instituto Francés, del 24 al 26).

El de este año es el segundo intento de Rick Cluchey por venir a España, ya que una enfermedad le impidió actuar con La última cinta de Krapp hace un par de años. La obra es una de las primeras de Beckett que este ex-prisionero de San Quintin (San Francisco) lleva interpretando desde 1977, cuando la estrenó en Berlin dirigida por el mismo autor. Encarcelado en la cárcel californiana y sin experiencia teatral, Cluchey fundó The San Quintin Drama Workshop, único grupo que ha tenido al autor irlandés como mentor. Condenado a cadena perpetua, fue indultado y desde entonces se ha dedicado al teatro (Cuarta Pared, del 18 al 21). Y ejemplo de mixtura de géneros, el artista japonés Shiro Takatani que presenta La cámara lúcida. Fundador de Dumb Type, Takatani es conocido por sus instalaciones y trabajos multidisciplinares, que abarcan desde la arquitectura a la programación informática, las artes visuales y la composición musical. Ha colaborado con Sakamoto, que también actúa en el Festival (Circo Price, día 11) y con esta producción rinde homenaje a la obra homónima de Roland Barthes sobre la fotografía (Teatros del Canal, del 19 al 21).

De los Balcanes llegan una compañía bosnia de Sarajevo, Kamerni Teatar ‘55, con una pieza sobre el lado más tenebroso del espíritu humano, La noche de Helver (La Abadía, del 24 al 26), y otra serbia, la veterana Jugoslovensko Dramsko Pozoriste, una de las instituciones teatrales de Belgrado, fundada a finales de la II Guerra Mundial, y que presenta El amor de Fedra, de Sarah Kane (Teatro Fernán Gómez, del 27 al 29).

La presencia española es, como siempre, discreta: Angélica Liddel (La casa de la fuerza), Marina Bollaín (La ópera de tres peniques) e Israel Galván (El final de este estado de cosas).