La Semana Negra bate este año récords de participación de autores y de librerías presentes.

La Semana Negra de Gijón llega a su 23ª edición. Pocos hubieran vaticinado una trayectoria tan extensa cuando se echó a andar, en 1988. Todo comenzó tambaleándose. Literalmente. El día que iban hacer su presentación pública, en el puerto de El Musel, se levantó una galerna endemoniada. El tinglado que habían montado, con el escenario, el equipo de sonido y demás elementos técnicos, sufrió graves desperfectos. Superado este accidentado principio, el festival no ha dejado de crecer y ganar relevancia en el panorama literario español en sus más de dos décadas de existencia.

Este año, crisis a un lado, su apuesta por la literatura policíaca supera los años precedentes. Su fundador y director, Paco García Taibo II, viene a decir que, en cierto modo, han tirado la casa por la ventana: "Hemos aumentado el número de autores presentes en el festival, la cantidad de mesas redondas, charlas, tertulias, la cantidad de librerías en nuestra feria del libro, y se sostiene la calidad de los conciertos". La intención de los organizadores, auspiciados por el ayuntamiento gijonés y el gobierno asturiano, es "hacer bueno el concepto de que la literatura, la oferta cultural, gratuita, variada, crítica y abundante, es el gran balón de oxígeno de una sociedad que tiene que apretarse el cinturón".

El plantel de autores que este año se dan cita en la ciudad asturiana es muy amplio. Gran parte de ellos participan en un encuentro esta tarde en la Casa de América de Madrid (20.00 horas), que sirve como antesala del verdadero comienzo del festival este viernes. En este cónclave de literatos negros participan, entre otros, Carlos Salem, Fernando Marías, Laura Esquivel, Mario Cuenca Sandoval, Fabián Escalante, Santiago Gamboa, Elia Barceló... A la mañana siguiente tomarán el tren negro, con destino Gijón, donde se reunirán con Lorenzo Silva, Marta Sanz, Juan Madrid... Y muchos, muchos más, porque, la verdad, hay pocos festivales con una nómina de escritores invitados tan multitudinaria.

La música siempre ha sonado de fondo en la cita asturiana. Este año tocan La Shica, Haze, Sidecar, Los niños de los ojos rojos... Y aquellos que se acerquen a ella también podrán disfrutar de tres exposiciones: una dedicada a la guerra de los Boxers en China, otra de reproducción de piezas arqueológicas mesoamericanas y una tercera titulada Cien balas, con el trabajo gráfico de Eduardo Risso.

La Semana Negra, que en realidad dura diez días, hasta el domingo 18, vuelve a abrir un marco para la reflexión y para señalar con el dedo las fisuras abiertas en la sociedad, ahora mucho más flagrantes tras el impacto de la recesión económica. "En tiempos oscuros la literatura parece ser el único lugar donde se produce el pensamiento crítico y pensamiento utópico", remacha Taibo.