El Olivo Azul: un empeño andaluz por la Gran Literatura
Eduardo Moreno prosigue desde Córdoba una andadura editorial que suma ahora autores vivos en español a su ya esencial fondo de clásicos europeos inencontrables
10 noviembre, 2010 01:00Eduardo Moreno, responsable de la editorial El Olivo Azul.
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La flor de la editorial, su buque insignia es la colección Narrativas entre cuyos últimos títulos hallamos joyas como Las guerras de Artemisa, de Andres Sorel, La protesta, de Henry James, Historias de Nueva York, de Stephen Krane, La krakatita, de Karen Kapeck o Al final del mar, de Gabriel Sofer. En su otra colección, Errantes, centrada en viajes y viajantes, podemos hallar libros tan peculiares y fascinantes como El hombre que comía diez espárragos, de Leandro Fernández de Moratín, Maintenant, de Arthur Cravan o El paseante de las dos orillas, de Guillaume Apollinaire.
Cuando se le pregunta a Eduardo cuáles de sus libros han ido mejor se muestra confuso y escéptico: "Nada hay más ajeno a la idea clásica de justicia que la edición de un libro, o por lo menos la aceptación que pueda tener por parte del público lector. No se puede reducir a una fórmula, no es algo predecible y la mayor parte de las veces ni siquiera es comprensible. Hay libros que cumplen con los requisitos teóricos para venderse bien que no se venden casi nada, y hay otros por los que nadie salvo el tozudo editor apostaría que se convierten de repente en inesperados éxitos. El editorial resulta un mundo confuso y extraño".
Miembro orgulloso del Club de las Pequeñas Editoriales Independientes, Eduardo Moreno se explica su actual boom como "un síntoma: de los espacios que dejaban los grandes grupos, demasiado obcecados en la búsqueda del best seller y de la rentabilidad a corto plazo; de las posibilidades que ofrecían las nuevas tecnologías para editar de una manera eficiente y prácticamente autogestionada; de la incorporación de una generación bien formada y cosmopolita al mundo de la edición; pero sobre todo de la alegría y las ganas que había en este país hasta hace bien poco para emprender todo tipo de aventuras y quimeras".
Más allá de crisis que no cesan y lamentos inútiles, el impulsor de El Olivo Azul diagnostica que "se está dando un ajuste entre la oferta editorial -inmensa- y la demanda real de los lectores, bastante más limitada; esto además en un contexto en el que están desapareciendo las ayudas y subvenciones que sostenían artificialmente parte del sector. A los editores no nos queda otra que luchar por obtener el favor del lector... Y es justo que así sea. Ojalá que cuando acabe dicho ajuste sobreviva una cierta bibliodiversidad(y sobrevivan por lo tanto suficientes buenas librerías y editoriales)".