El pasado 24 de marzo, cuando daban las 12 del mediodía, el escritor y columnista Raúl del Pozo subía en el ascensor de El Corte Inglés de Serrano sabiéndose ya ganador del Premio Primavera de Novela, que hoy recibe. "Estoy acojonado", declaraba a su acompañante. Y decía con razón, porque el columnista se considera "un veterano en los premios periodísticos -los tiene todos- y un completo novato en los literarios". De hecho, este de la editorial Espasa, dotado con 200.000 euros, es el primero que le otorgan, y lo ha merecido por El reclamo, una novela sobre la posguerra que tiene una relación directa con su propia biografía: "Es un libro escrito con el corazón, una catarsis en la que he sacado los demonios y también los ángeles".



Según Ángel Basanta, miembro del jurado se trata de una obra "llena de ternura y poesía" que va ganando en interés conforme se avanza en su lectura, a través de la que van sucediéndose "los encuentros y desencuentros de unas vidas de soledades compartidas". Por su parte, Ana María Matute, presidenta del jurado, elogia la agudeza y el humor de del Pozo, mientras que Antonio Soler define el libro como una narración "brillante, llena de reflexión y de actualidad", porque aborda el tema de la posguerra desde el presente, a través de la peripecia de un antiguo guerrillero que, animado por un historiador, se inicia en un periplo que le llevará a Varsovia, Saint Denis y finalmente a su pasado, la serranía de Teruel, donde investigarán sobre la desaparición de un compañero durante la posguerra.



Preguntado por el título del libro y por la abundancia de novelas que emplean la guerra civil y la posguerra como "reclamo", el escritor y columnista ha declarado a elcultural.es que el término sólo tiene relación con el mundo de las perdices, ampliando que la novela es ajena a maniqueísmos: "Mi intención es mirar a una posguerra en la que ni los maquis ni los guardias son buenos o malos, en la que no se sabe si uno es un héroe o un traidor". En ese sentido, abunda, El reclamo bucea en las vidas de unos hombres que "se vieron sorprendidos porque la historia pasaba por allí". Los miembros del jurado reseñan la pluma brillante de del Pozo y la profundidad psicológica con la que ha retratado a un grupo de guerrilleros que se mueve por una región que, en palabras de Soler, recuerda por su crudeza a la de Benet.



El ganador ha ampliado que muchos de esos personajes forman parte de su propia biografía y también de la historia de España. "Es una novela sobre el regreso a la niñez, a su río y a su sierra". En este caso, el río de esa biografía es el Júcar, retratado aquí casi como un personaje. Si la novela de José Luis Sampedro era El río que nos lleva, esta premiada propone "una vuelta al río, a ese río por el que pasó un conflicto en el que los campesinos de la zona se vieron envueltos sin saber qué era aquello", expone del Pozo, que insiste en que El reclamo huye de dogmatismos: "La memoria histórica aparece en el libro, pero no desde un punto de vista de partido ni de hurgar en los fantasmas y en los huesos".



En cuanto al estilo, descrito por el jurado como "crepuscular, evocador y emocionado", el autor confiesa la dificultad que entraña huir del tono de la columna diaria, con la que ha compaginado su escritura: "Hay que tener dos frecuencias, son dos herramientas diferentes, pero mis lectores del periódico me van a reconocer en las páginas del libro".



La novela finalista, El alma del mundo, dotada con 30.000 euros, está firmada por Alejandro Palomas (Barcelona, 1967). En ella se propone una inmersión en la naturaleza humana, en el sufrimiento y en la felicidad a lo largo de una trama que recrea las vidas de Clea y Otto, dos ancianos que se conocen al ingresar en un asilo y "cuando ya no tienen nada que perder", resume el autor. Además, ha confesado que su libro es "muy cinematográfico y poco cerebral" porque habla de cosas que a él mismo le gustaría experimentar: "Es un libro invocador, de historias que me gustaría que a mí me pasaran por ser emocionales. El tema es el amor entre personas pero también por lo que haces, por lo que pudiste tener...".



Ana María Matute presidió un jurado compuesto, además de por Basanta y Soler, por Ramón Pernas, Ana Rosa Semprún y Miryam Galaz (como secretaria sin voto). A la presente edición se han presentado un total de 354 originales procedentes de 24 países: España, Argentina, República Dominicana, El Salvador, Costa Rica, México, Cuba, Estados Unidos, Colombia, Perú, Uruguay, Francia, Venezuela, Alemania, Ecuador, Japón, Italia, Reino Unido, Chile, Suiza, Albania y Corea.