Dos mujeres
Elvio E. Gandolfo
6 mayo, 2011 02:00Después de ese primer texto, piensa uno que Gandolfo sabe bordear los mundos de sus compatriotas Fogwill o Manguel sin alcanzar la potencia alucinógena del primero o el intenso pathos del que es capaz el segundo en historias tan fantasmales como "El regreso". Pero "Escamas, piel" desmiente esta clase de veredictos precipitados. En él se cuenta, desde el recuerdo, la historia de un encargado de ferretería, Berti, y el terrible vuelco que da su vida por la coincidencia diaria en una panadería con una misteriosa mujer de larga melena negra, Irene, estudiante de medicina. La lucha del personaje principal, el ascenso del deseo, la obsesión, el dilema entre caer o no caer, quedan poderosamente registrados en la narración de Gandolfo, un texto en el que nada parece faltar o sobrar y donde el erotismo es, desde el inicio, la nota dominante. Las dos historias que se cuentan en "Dos mujeres" comparten un aire de familia, pues ambas incluyen una deriva fantástica hacia transformaciones del cuerpo y del alma, mutaciones, miedos, terrores. Pero quizá de fondo quiera hablar el autor de la dificultad de las relaciones personales, del componente posesivo-destructivo de todo amor, de las heridas y huellas que nos quedan para siempre.