El director de la Real Academia de la Historia, Gonzalo Anes, junto a los primeros 25 tomos del Diccionario biográfico español. Foto: El Mundo

La historia no son fuerzas ciegas, son las vidas de los hombres y mujeres que pasaron por ella. Y la materia de esas vidas, la que puede hacerlas imperecederas, decía Dilthey, se nutre de una conjunción de determinismo, condicionamiento y azar. ¿Qué vidas habitan la Historia de España? ¿Por qué esas? Si las estudiamos en orden alfabético, Abad Alonso es el primero de nuestros ilustres; cronológicamente, los personajes de la España prerromana de los que se tienen conocimientos fidedignos ocupan las primeras páginas; Jovellanos, Isabel la Católica, Velázquez o Carlos III son, en cambio, algunos de los más atractivos a ojos de los historiadores. Todos ellos se pierden en una ordenada cordillera de nombres, los más de 40.000 que componen la magna obra que es el Diccionario Biográfico Español, que la Real Academia de la Historia ha presentado este jueves en un acto presidido por los Reyes y en el también han participado John Elliot, Stanley Payne y Joseph Pérez. Hoy empiezan a comercializarse sus primeros 25 tomos, de 50 que tendrá en total. "El Diccionario muestra cómo nuestro país ha contribuido a la configuración de Europa, de Iberoamérica, del Mediterráneo y del mundo. Recoge también el papel de tantos otros Estados y pueblos, que enriquecieron nuestro recorrido con su propio acervo", ha destacado el Rey durante el acto.



Bajo el mismo paraguas que cobija a Cervantes y a Góngora figura el nombre de Gonzalo Anes, director de la Academia de la Historia, uno de esos miles de biografiados y, además, uno de los mayores responsables de que al fin la obra haya visto la luz. Para él, el gran avance del proyecto es poder disponer al fin de un diccionario con los personajes más importantes de nuestra Historia (hasta los nacidos en el año 50 con excepciones como los Príncipes de Asturias y miembros del Gobierno), que puede equipararse a obras similares como el de Oxford. Y más aún porque, se aventura a decir el académico, España es "el país con la historia más rica de Europa: si no, piense en los emperadores romanos nacidos en Hispania, por no hablar del Siglo de Oro, con Cervantes, Lope, Quevedo y, en general, pintores, novelistas, artistas de todo género, todos en un libro que incluye también tonadilleras, toreros... con el Diccionario Biográfico España se coloca en el lugar de primera importancia que debe ocupar", comieza.



En opinión de Anes, el nuevo Diccionario es una obra fundamental para investigadores, pero también para el público culto e inculto, que con sus páginas "puede serlo menos". A este respecto, Joseph Pérez, uno de los historiadores que participará en el acto de presentación y autor de las biografías de los jefes comuneros (Bravo, Padilla, Maldonado...) y del rey José Bonaparte, apunta: "Es una obra sumamente útil para el público ilustrado que quiera profundizar sus conocimientos históricos. Es el último brote - tal vez el más logrado- de una larga tradición de erudición que es honra de España".



Preguntado por el creciente interés por el género biográfico, el director de la Academia de Historia distingue: "Las biografías novelescas no tienen cabida en el diccionario, aquí no hay ficción, sino hechos ciertos y comprobados, narrados sin adjetivaciones innecesarias, para dar el conocimiento estricto e informar con la mayor exactitud". Estas características que la convierten en una obra científica no le restan, en cambio, y según manifiesta la académica Carmen Iglesias, una de los más de 5.000 especialistas participantes en la obra, un cierto carácter lúdico, de texto no sólo de consulta sino también de lectura: "Es también un divertimento, porque uno puede aprender cosas muy curiosas de personajes que en la memoria no existían más que como la lejana referencia de un nombre". Asimismo, la historiadora considera que si bien el género biográfico está muy ligado al mundo anglosajón, también es cierto que conocer lo que hicieron nuestros semejantes es una querencia internacional, "es lo que más nos gusta", de ahí el atractivo de la colección.



En el proceso de selección de esta apabullante letanía de vidas los expertos han tenido dificultad a la hora de decidir si incluir personajes de los que se tenían pocos datos, aquellos nombres históricos de los que se ha tenido que averiguar quiénes fueron realmente y qué actividad desarrollaron. Porque la Historia de España, confirma Anes, está llena de secundarios de lujo, como en el cine, célebres algunos, ignotos otros. Él mismo ha sido autor de los perfiles de muchas de estas figuras accesorias, aunque también ha firmado, por ejemplo, la vida de Jovellanos. "Todas las he escrito con mucho interés y cariño por los personajes, lo que no implica que uno no sea crítico cuando su conducta lo propicia", señala, aunque reconoce que nunca se les juzga: "Para condenar ya está la otra vida y aquí lo que se hace es informar", zanja.



No obstante, sí hubo cierta polémica a la hora de decidir si se incluían personajes vivos o no. Contraria a la opción ganadora era Carmen Iglesias, aunque ahora se muestra más conforme: "Ganaron ellos y seguramente con razón, porque es atractivo incluir gentes de generaciones cuyas biografías aún no han terminado, y además ahora tenemos elementos técnicos que nos permiten corregir, ampliar e incluso borrar".



Con esos elementos alude la historiadora y presidenta de Unidad Editorial a la firme vocación de la Academia de, en lo venidero y vendida la edición, subir el Diccionario a internet. En este sentido, hay que recordar que el precio total de la obra en papel, cuya producción ha costado 5,6 millones, asciende a 3.500 euros. Anes va más allá y anuncia que entre los objetivos está también colgarlo traducido al inglés. ¿Cuándo? Pues no puede saberse, y aquí viene la crítica: "Para cuando consigamos los recursos necesarios, que ascienden a dos millones de euros, cifras por lo visto astronómicas para una obra que mejora la imagen de España fuera pero que se emplean cada poco en la construcción de un kilómetro de autopista que luego tienen que cerrar porque no tiene tráfico. Y otros gastos de despilfarro y que espero que un Gobierno sensato sepa corregir. También tengo mucha confianza en la financiación de los particulares que vean la riqueza de la obra", concluye Anes, que ha contado para la impresión con la financiación de la Fundación Emilio Botín.



Un esfuerzo por recuperar a las mujeres de la Historia

Carmen Iglesias, especialista en Historia Moderna, es aquí autora de las biografías de varias mujeres ilustradas del XVIII, como la condesa de Benavente, pero también de las vidas de varios de sus maestros y de algún personaje de la época borbónica. Y, sin embargo, ha disfrutado mucho rastreando a las damas: "No sé si hay paridad en la historia de España, pero hemos puesto amor y cuidado en que no nos faltaran mujeres de todas las épocas que estaban oscurecidas. Hemos tenido la ventaja de que los últimos 15 ó 20 años ha habido grandes sectores de investigación sobre mujeres que habían pasado desapercibidas, no sólo reinas y consortes sino también escritoras y pioneras en todos los ámbitos".