Image: España y Alemania, dos modelos en defensa del libro

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Letras

España y Alemania, dos modelos en defensa del libro

Editores, libreros y bibliotecarios de ambos países diseccionan las semejanzas y disparidades de ambos mercados

31 mayo, 2011 02:00

Imagen de la Feria del Libro. Foto: Antonio Heredia.

El mercado del libro en España se ha medido esta mañana con el alemán. De entrada, las diferencias no son muy notables. Las hay, claro, pero se deben sobre todo a la diferencia demográfica. Las ventas en Alemania alcanzaron el año pasado los 10.000 millones de euros, mientras que en España se quedaron en los 3.000 millones. El canal de comercialización mayoritario en ambos países es el de las librerías (48% aquí y 52% allá). En el uso de internet para realizar las compras sí hay cierta separación: un 13% del total para ellos y tan sólo un 1% para nosotros. El avance del libro electrónico anda bastante lastrado en ambos lados: no llega al 1% en los dos casos. Y también en los dos los beneficios están de capa caída (Alemania acumula en sus ventas de 2011 un 6% de retroceso respecto al año anterior).

Estas cifras las ha puesto sobre la mesa el consultor Gerard Nahm, gran conocedor de ambos mercados, durante una mesa redonda celebrada esta mañana en el Pabellón del Círculo de Lectores de la Feria del Libro. El encuentro tenía por objetivo cotejar las peculiaridades nacionales de cada uno. Para ello, junto a Nahm, que ha ejercido de moderador, se encontraban dos representantes españoles (Juan Manuel Cruz, librero, responsable del área tecnológica de CEGAL y presidente de la Federación Andaluza de Libreros, y Manuel Gil, director comercial de Siruela) y dos alemanes (Wolf-Dietrich Eggert, presidente de la sección de libreros de la región de Baviera, Ulrike Mühlschlegel, responsable de la mayor biblioteca alemana sobre literatura iberoamericana).

Al hilo de sus intervenciones, sin embargo, también salieron a relucir alguna disparidad llamativa. Quizá la principal sea la manera de relacionarse entre los tres actores clave en este sector: libreros, editores y distribuidores. En España cada uno tiene sus asociaciones gremiales. En Alemania, en cambio, esas fronteras se encuentran diluidas en una gran agrupación en la que todos ellos intentan remar en la misma dirección. "Es algo hacia lo que tenemos que ir, a la creación de un congreso nacional del libro", afirma Manuel Gil, que considera "muy necesario" replantearse el vínculo que hasta ahora mantienen editores y libreros en España: "El modelo es insostenible. No tiene sentido hacer tiradas de 2.000 ejemplares cuando sabemos que el público potencial será como mucho de 300".

Wolf-Dietrich Eggert ha explicado las ventajas de que esta alianza triangular proporciona al sector del libro: "Podemos negociar con más fuerza la aplicación de un IVA reducido, coordinar políticas conjuntas de fomento de la lectura en colaboración con ayuntamientos, landers...". Y ahí está una de las claves: las piezas las mueven ellos por iniciativa propia, no esperan a que vengan los políticos a marcarles el camino. "En estas elecciones estudié los programas de los tres grandes partidos del país. En sólo uno de ellos había una pequeña referencia al mercado del libro, apenas una frase, y en los otros dos nada de nada", comenta Gil. "No debemos esperar, la política cultural la debemos hacer nosotros".

Otra de las grandes diferencias que se pueden encontrar entre ambos países atañe a la formación de los libreros. En Alemania hay titulaciones oficiales de formación profesional sobre esta específica profesión. En España la situación en este campo es un "drama" (palabra de Manuel Gil). No hay posibilidad de obtener una base formativa en este oficio, salvo a través de másters privados, que, en general, no tienen un plan lectivo ajustado a las necesidades de los libreros. En estas condiciones, la profesionalidad se adquiere sobre la marcha y a través de los cursos que, por ejemplo, CEGAL pone a disposición de sus asociados.