Image: Álvaro García: Intento hipnotizar al lector

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Letras

Álvaro García: "Intento hipnotizar al lector"

El poeta malagueño gana el Premio Loewe de Poesía con Canción en blanco, un poema largo y único que combina amor y tragedia.

8 noviembre, 2011 01:00

Álvaro García

"La muerte tendrá dentro memoria de un sol vivo". Así cierra el telón el poema único de Álvaro García Canción en blanco, con el que se ha proclamado ganador de la XXIV edición del Premio Loewe de Poesía, lo que supone embolsarse 20.000 euros y asegurarse la publicación del libro por la editorial Visor. Motivos sobrados para estar satisfecho. "Es la recompensa al final de un pensamiento", ha sido la cita de Valery que el poeta malagueño ha empleado para explicar lo que supone para él este galardón. En ese verso final se condensa la esencia de su nueva propuesta poética: el contraste entre la tragedia y el pesimismo con el festejo y regocijo de los regalos de la vida, en particular el amor.

El pensamiento lo venía rumiando desde hace cuatro o cinco años. Su intención era escribir un poema largo y único (un poema-poemario). ¿La aspiración? El absoluto, nada menos. Pero sin petulancia, eso sí: "No es un propósito marcado por la ambición; al contrario: aspirar a lo absoluto es un ejercicio de humildad. Yo me quito de en medio para que las cosas canten". El milagro lo obra el amor, desencadenante y leit motiv de Canción en blanco. En el poema una pareja, hombre y mujer, celebran durante la noche su intimidad en la habitación de un hotel. Entre tanto, un grupo de músicos se escucha al otro lado de la ventana, una nota se cuela bajo la rendija de la puerta, la lluvia mece las hojas de los árboles y la tele, encendida, les muestra el horror del mundo: los informativos dan cuenta de la invasión militar de un país.

"He intentado poner muchas realidades cotidianas a convivir en el poema. Por un lado, los amantes disfrutan del momento de armonía que viven, pero las noticias se cuelan para mostrarles el drama. Me interesaba plasmar ese contraste", ha explicado a elcultural.com el escritor andaluz. El poema está trabado por un argumento; un argumento que se recita a través de salmos, como un canto solemne que tiene como intención "hipnotizarme a mí mismo y, ojalá también, a los lectores". "Eso es lo que intento". Álvaro García recuerda que otro de los impulsos que le llevaron a plantearse una escritura de este tipo fue unos monjes indígenas colombianos que escuchó en el Festival de Literatura de Medellín: "A través de su cantos, que podían prolongarse durante horas, ponían en contacto a la gente con el misterio. Y eso es también lo que yo he intentado".

Canción en blanco es la última piedra de una trilogía, que se inició con Caída y continuó con Río de agua (ambos publicados por Pre-Textos). En la fórmula escogida por el poeta malagueño, Luis Antonio de Villena ve dos influencias básicas: "Por un lado, el El cementerio marino, de Paul Valery, por las raíces filosóficas que ahí bajo el poema, y por otro, Razón de amor, de Pedro Salinas, porque se centra más en la categoría amorosa que en las anécdotas". Por su parte, Antonio Colinas, ha destacado en este "poema de poemas" "la combinación equilibrada de meditación reposada y una emoción contenida".

Junto a Colinas y Villena, han compuesto el jurado del premio Carlos Bousoño (presidente de honor), Víctor García de la Concha (presidente), Francisco Brines, Caballero Bonald, Jaime Siles, Pablo García Baena y Joaquín Pérez Azaústre (ganador de la edición anterior). Este año han vuelto a dejar desierta la categoría de Creación Joven. En total han sido 957 aspirantes los que han optado al galardón.

Heredero de la poesía de Juan Ramón Jiménez, Álvaro García (Málaga, 1965) ha publicado hasta la fecha los poemarios La noche junto al álbum (Premio Hiperión, 1989), Intemperie (Pre-Textos, 1995), Para lo que no existe (Pre-Textos, 1999), Caída (Pre-Textos, 2002) y El río de agua (Pre-Textos, 2005). Con Poesía sin estatua. Ser y no ser en poética (Pre-Textos, 2005) inaugura su andadura como ensayista lietario. Ha traducido libros de Larkin, Auden, Atwood, Kipling y Kenneth White, entre otros.

Fragmento de Canción en blanco

(...) como sonó el violín del barco hundido:

música: simulacro de una salvación.

El amor y la música

reordenan el mundo

mientras parece que lo desordenan.

La avenida respira ondas del aire,

cambios donde no hay sitio,

la música incendiada,

el tiempo sin final.

El futuro, sin ser, es armonía

que abre la puerta a ser,

contra el sobrentendido,

contra la paz culpable,

contra el lugar y el tiempo

que son sólo un lugar y sólo un tiempo.