El poeta chileno Nicanor Parra gana el Premio Cervantes 2011
De 97 años, el creador de la llamada antipoesía ha realizado una incansable búsqueda en las fronteras de la literatura
1 diciembre, 2011 01:00Nicanor Parra.
Dotado con 125.000 euros, el galardón reconoce la figura de un escritor que con el conjunto de su obra haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico. Un año más se ha cumplido la ley no escrita por la que, tras haberlo ganado una española el año pasado, Ana María Matute, era el turno ahora para un autor de América Latina. Entre los favoritos de esta edición también figuraban Ernesto Cardenal, Eduardo Galeano, José Manuel Caballero Bonald, los hermanos Juan y Luis Goytisolo y Fina García Marruz.
Único superviviente del trío más famoso de poetas chilenos, junto a Pablo Neruda y Vicente Huidobro, Nicanor Parra no se ha conformado con ser el creador de la antipoesía, sino que ha sabido abordar nuevas opciones creativas y obtener grandes frutos de esa búsqueda infatigable. El resultado es una trayectoria coherente y siempre en movimiento. Nacido en 1914, en una familia de reconocidos artistas chilenos (es hermano de la mítica folclorista Violeta Parra), el escritor estudió Ciencias Exactas y Físicas por la Universidad de Chile. Se especializó en Mecánica Avanzada en la Universidad de Brown de Rhode Island (Estados Unidos) y amplió su formación en Oxford. Entre 1945 y 1996 fue profesor de Mecánica Teórica en la Universidad de Santiago de Chile, donde fundó el Instituto de Estudios Humanísticos de la Facultad de Ingeniería, junto con el poeta Enrique Lihn.
Ha sido, además, profesor visitante de las universidades de Lousiana y Nueva York. En 1968 participó en el Frente Amplio de Intelectuales por el No, que se constituyó con motivo del plebiscito de reafirmación convocado por el dictador Augusto Pinochet. En 2001, presentó por primera vez en España Artefactos visuales, una exposición en la que, mediante la mezcla de palabra, imagen y objetos, realiza una crítica a la cultura consumista de Occidente.
Considerado uno de los antisistema del universo poético, su obra ha tenido una gran influencia en la literatura hispanoamericana. A él se le atribuye el término antipoesía, expresión literaria que rompe con los cánones tradicionales de este género, utilizando un lenguaje cotidiano y directo. Esta nueva poesía de vanguardia incluye entre sus elementos humor, ironía, sarcasmo y personajes antiheroicos. En 1937 publicó su primer poemario, Cancionero sin nombre, galardonado con el Premio Municipal de Santiago. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas y, entre ellas, destacan Poemas y antipoemas (1954); La cueca larga (1958), Versos de salón (1962), Canciones rusas (1967), La camisa de fuerza (1968), Antipoemas (1972), Artefactos (1972), Coplas de Navidad (1983), Poesía política (1983), Hojas de parra (1985), la antología Páginas en blanco y Discursos de sobremesa (2006), entre otras. Parra ha traducido del inglés obras literarias como el Rey Lear, de Shakespeare, y científicas como Fundamentos de la física (1957) de Robert Bruce Lendsay y Henry Margenau.
Honorari Fellow por la Universidad de Oxford y Honoris Causa por la Universidad de Brown y las universidades chilenas de Concepción y Bío-Bío, es miembro de la Fundación Gabriela Mistral. Entre los galardones que ha obtenido destacan el Premio de Poesía Juan Said de la Sociedad de Escritores de Chile (1953) y el Concurso Nacional de Poesía del Sindicato de Escritores de este país (1954). En 1969 obtuvo el Premio Nacional de Literatura de Chile por toda su obra y por el libro Obra gruesa, publicado ese mismo año. Así mismo, ha sido galardonado con el Premio Juan Rulfo (México, 1991), el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2001) y el Premio Bicentenario de la Corporación Cultural de Chile y la Universidad de Chile (2001). Es Hijo Ilustre de Chillán y ha sido condecorado con la medalla Gabriela Mistral del Gobierno de Chile, la medalla Abate Molina de la Universidad de Talca y la medalla Rectoral de la Universidad de Chile.
El jurado ha estado compuesto por Margarita Salas, designada por la Real Academia Española, presidenta del jurado; Gerardo Piña-Rosales, por la Academia Norteamericana de la Lengua Española; José Mª Micó Juan, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Olvido García Valdés, por el Instituto Cervantes; Rosa Regás, por la ministra de Cultura; Francisco Giménez Alemán, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE); Marta Rojas, por la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP); Ruth Viviana Fine, por la Asociación Internacional de Hispanistas. Ha actuado como secretario con voz pero sin voto el director general de Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, y como secretaria de actas con voz pero sin voto la subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Mónica Fernández. Autores como Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela, Juan Carlos Onetti (Uruguay), Ernesto Sábato (Argentina), Francisco Ayala, Carlos Fuentes (México), Miguel Delibes, Álvaro Mutis (Colombia), José Jiménez Lozano, Guillermo Cabrera Infante (Cuba), Francisco Umbral, Rafael Sánchez Ferlosio, Sergio Pitol (México) o Juan Marsé figuran en la nómina de premiados de este galardón.
Será el próximo 23 de abril, fecha de la muerte de Miguel de Cervantes (1547-1616), cuando como cada año, el Rey entregue el galardón al premiado, en la tradicional ceremonia que alberga el Aula de la Universidad de Alcalá de Henares, la localidad en la que nació el autor de 'El Quijote'.
Autorretrato
Considerad, muchachos,
Este gabán de fraile mendicante:
Soy profesor en un liceo obscuro,
He perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
Hago cuarenta horas semanales).
¿Qué les dice mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué les sugieren estos zapatos de cura
Que envejecieron sin arte ni parte.
En materia de ojos, a tres metros
No reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -¡Nada!
Me los he arruinado haciendo claes:
La mala luz, el sol,
La venenosa luna miserable.
Y todo ¡para qué!
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con olor y con sabor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
Si nos dan una muerte de animales!
Por el exceso de trabajo, a veces
Veo formas extrañas en el aire,
Oigo carreras locas,
Risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
Y estas mejillas blancas de cadáver,
Estos escasos pelos que me quedan.
¡Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales,
Soñé fundiendo el cobre
Y limando las caras del diamante:
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.