José Rizal.

La vida de José Rizal tiene una extensión muy corta: 35 años. Un plazo mínimo para cualquier persona. Pero no para él. En ese tiempo protagonizó una peripecia vital de intensidad difícilmente igualable. Estudió medicina y filosofía y letras, escribió novela, poesía y ensayo, aprendió más de 10 idiomas (alemán, francés, español, alemán, tagalo...), recorrió medio mundo, ejerció como corresponsal y... lideró el movimiento independentista de Filipinas.



Esto último fue lo que le mató (mejor dicho: por lo que le mataron). El 30 de diciembre de 1896 un pelotón de fusilamiento (formado por soldados filipinos bajo amenaza española) le ejecutó. A pesar de que le colocaron de espaldas, como a un traidor, terminó volteándose, mientras las balas agujereaban su piel, hasta encararse con los ejecutores. Un gesto y un instante que compendia una vida de coraje y rebeldía.



Ésta, su vida, había empezado en 1861, en la ciudad de Calamba. Así que este año 2011 se ha cumplido, por tanto, el 150 aniversario de su nacimiento (el sesquicentenario, que diría la RAE). Justo la mitad de los que cumple la Biblioteca Nacional, institución que ahora cumple 300 años y que, entre sus actividades de celebración, incluye una muestra en su propia sede dedicada al escritor y político filipino.



La muestra intenta transmitir esa disparidad de facetas que conformaron la identidad y la actitud de Rizal. Son diversos los ejes temáticos que se abordan: su juventud en un entorno rural, su formación académica, en Madrid, París y Heidelberg, la Filipinas mestiza y de profunda religiosidad, la lucha política en pos de la emancipación de su patria.



Pero quizá la faceta que más se ensalza en la exposición de la Biblioteca Nacional es la de escritor. Muchos le llaman a Rizal el Galdós de los trópicos. Y no es del todo exagerado. Sus dos novelas, Noli me tangere (1887), y El filibusterismo (1891), ofrecen un retrato costumbrista de Filipinas, en la que costumbres, folklore e indiosincrasia local se entrelazan con la experiencia biográfica del propio autor.



"Fue un destacado literato de la lengua española. Sin embargo, la importancia de su dimensión política y social ha oscurecido la relevancia de su labor literaria", explica María Dolores Elizalde, comisaria de la muestra. La reedición de Noli me tangere por parte de la Agencia Española de Cooperación Internacional, aprovechando la efeméride, tiene esta misma intención reivindicativa.



Beatriz Álvarez Tardío, doctora en literatura hispano-filipina, afirma que "Rizal sigue siendo un referente literario y artístico fundamental en Filipinas y el sureste asiático. Su influencia se extiende a autores como el gran escritor indonesio Pramoedya Ananta Toer". Y remacha: "Fue un gran escritor, que todavía no ha encontrado un lugar en las historias de la literatura en lengua española".