José Manuel Caballero Bonald
Europa Press
José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926) condensa su vida en el libro Entreguerras, compuesto por un único y largo poema que actúa como "compendio de últimas voluntades" porque es un recuento de hechos vividos, experiencias dispersas, recuerdos y libros leídos, explica el autor."Cuando miro atrás es como si me asomara a un pozo sin fondo" reconoce el poeta, para quien estos versos tienen algo de "testamento", de "acabamiento" y de "punto final" porque considera el porvenir "muy estrecho" y el futuro al que mira solo tiene la palabra "mañana". En este sentido, reconoce que no tiene en proyecto escribir ningún libro, salvo una recopilación de textos y comentarios de los libros leídos y admirados, de autores desde Cervantes a Cesar Vallejo y que publicará en 2012, también de la mano de Seix Barral.
Pero mientras tanto, Entreguerras o De la naturaleza de las cosas es la autobiografía poética de José Caballero Bonald en un sentido doble de vida contada y poesía revisitada; los hechos recordados y el eco de la propia obra son la geografía que habita el poeta.
Y en su 'patria' madrileña, rodeado de libros, alguna litografía de Miró e instrumentos de navegación, Caballero Bonald se muestra tranquilo y asegura que la poesía es un "estado de ánimo" y "un tono" que no se elige, producto de "estímulos" y "que te obligan a explicarte a ti mismo a través de los versos". "Esto sucede de pronto y de pronto, no hay posibilidad de hacerlo".
El flujo y el reflujo de la memoria
Y en este caso, Caballero Bonald ha querido explicarse con un largo poema, sin rima ni metro prefijados, y sin signos de puntuación, salvo exclamaciones e interrogaciones, en un intento por mostrar el "flujo y reflujo" de la memoria, tan selectiva y tan caprichosa, que puede hasta "inventar recuerdos", subraya.No obstante, comprende que estos versos puedan resultarle algo complicados al lector y reconoce que en el libro hay "zonas oscuras" al igual que las que aparecen en su propia vida y que reflejan la parte de vida "más interiorizada". "Me interesa la literatura como sustitución de la realidad, que pueda crear una nueva realidad; la realidad de la belleza del lenguaje", precisa.
En esta misma línea, señala que por las páginas de Entreguerras resuenan las voces de poetas como Virgilio, Góngora, Juan de la Cruz, Garcilaso, Juan Ramón Jiménez, Rimbaud, Bécquer, Cernuda, Ibn Arabi, Quevedo, Cesar Vallejo, Valente, Mallarmé, Gimferrer, Luis Rosales o Gonzalo Rojas.
"Siempre he tratado de ahondar en mi propia memoria en busca de explicaciones para intentar comprender esa oscuridad", reconoce José Caballero Bonald, quien ha recibido infinidad de premios, entre ellos el de las Letras (2005) y el Nacional de Poesía (2006).
Los placeres de la noche
Sus galardones, sus libros de memorias y los amigos fallecidos muestran una vida plena, de un autor abonado al hedonismo y a los "placeres cotidianos". "Lo que te ofrece la vida hay que aprovecharlo", exclama el autor, recordando los tiempos en que el alcohol y la nocturnidad guiaban su vida. "No me arrepiento de nada, e incluso lo tengo a gala", afirma. A este respecto, explica que tanto él como sus compañeros de generación usaban la noche como "una forma clandestina de vivir" en tiempos de censura, y la bebida se convertía en un elemento de "oposición al sistema" y a la dictadura franquista. "Era como una rebeldía personal", admite.De esas noches ya solo le quedan los recuerdos y asegura ser un "superviviente" de una generación que compartía conversaciones, bebida y textos literarios. De todos ellos, Caballero Bonald recuerda especialmente a Juan García Hortelano y Ángel González, "mis amigos del alma", reconoce.
También añora espacialmente su época en Bogotá donde escribió su primera novela y en donde conoció a Gabriel García Marquez y Juan Rulfo, y en donde también tuvo a su primer hijo. Pero de todos los autores de la otra orilla, Caballero Bonald señala especialmente a Juan Carlos Onetti, "el gran Cervantes del siglo XX".
Falta de compromiso
Respecto a la actualidad y a los compañeros intelectuales y escritores, Caballero Bonald señala que ya no se "implican" y que existe una actitud "acomodaticia, de no querer intervenir y de permanecer un poco al margen", explica. No obstante, destaca la "rebeldía" de los indignados y el movimiento 15M y denuncia los tiempos de "intranquilidad y alarma" y crisis universal que estamos viviendo. En este sentido señala el contraste entre la abundancia de ricos frente al crecimiento de pobres. "Me alarma, y creo que es un futuro poco apetecible".No obstante, advierte que las nuevas tecnologías y el libro electrónico, e incluso la crisis económica van a cambiar "el rumbo de la literatura". "Y En unos años aparecerá en la literatura el reflejo de esta situación anómala".
Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, Cádiz. 1926) es Licenciado en Filosofía y Letras, poeta, novelista y ensayista. Durante diez años ejerció la docencia en la Universidad Nacional de Colombia, donde impartió clase de Humanidades y de Literatura Española e Hispanoamericana.
Su primera obra, Las adivinaciones, data de 1952 y se incluye dentro de la generación poética del 50. Como poeta ha obtenido numerosos premios, entre ellos el Boscán, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el de la Crítica. Es autor también de Descrédito del héroe, Diario de Argónida, Somos el tiempo que nos queda o Manual de infractores.
Su entrada en la narrativa fue más tardía. Su primer trabajo, Dos días de septiembre, consiguió el premio Biblioteca Breve. Siguieron novelas como Ágata ojo de gato (que también fue Premio de la Crítica), Toda la noche oyeron pasar pájaros, En la casa del padre y Campo de Agramante.