Image: James Ellroy

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Letras

James Ellroy

"Llevo 30 años sin leer un libro"

8 noviembre, 2012 01:00

James Ellroy. Foto: Paco Toledo.

El autor de 'L.A Confidential' visita Madrid para disertar sobre la relación entre literatura negra y coches | El Cultural aprovecha su paso para recorrer su universo creativo, tan convulso y a la vez tan celebrado

La jornada que sus compatriotas acudían a votar para elegir presidente, James Ellroy (Los Ángeles, 1948) volaba encapsulado en un avión hacia España. Venía hacia aquí porque la Fundación Barreiros le había invitado a un ciclo de conferencias sobre la relación entre literatura y coches (para quien lo desconozca: Eduardo Barreiros fue un alquimista de motores, capaz de adaptar los de gasolina a diésel, hallazgo crucial en la España subdesarrollada de los años 50, por el ahorro que significó). Poco le importa a Ellroy este detalle. Y muy poco le importaba también lo que estaba pasando en su país mientras cruzaba el Atlántico entre nubes y turbulencias. "Yo no hablo de política, queda claro. No me interesa, no pienso en ello. Y no he venido aquí para eso", silabea despacio las palabras, como si estuviera desafiando al periodista. Hay que decir en su descargo que es la enésima entrevista que concede esta mañana lluviosa en Madrid. Y que la pregunta sobre los comicios en su país le habrá caído, sin excepción, en todas.

Bien, queda claro, Mr. Ellroy. Alguien dijo, con tino, que la política es una conversación impropia entre caballeros. En fin, una bajeza, sobre todo cuando se puede hablar de literatura con un escritor que, en el género negro, el que disecciona los bajos fondos que oculta toda sociedad, es uno de sus más conspicuos representantes mundiales. Con su firma reluce la tetralogía que él bautizó L.A Quartet (La Dalia Negra, adaptada por Brian de Palma; El gran desierto; L.A Confidential, llevada al cine, con enorme éxito, por Curtis Hanson; y Jazz blanco). También The Underworld USA Trilogy (Trilogía americana), compuesta por América, Seis de los grandes y Sangre vagabunda. Nada menos. Aunque, en su cargo, también hay que decir que, cuando le hierve la sangre, sí habla de política, y en términos nada templados: Obama no le gusta, ni los matrimonios homosexuales, ni los que criticaban la guerra de Irak ("unos traidores", en su opinión).

En fin, no hay problema, Mr. Ellroy. Cambiamos el tercio. El autor norteamericano lleva entre manos en los últimos años una segunda parte L.A Quartet. "El primer volumen, bastante grueso, saldrá publicado el año que viene. Está ambientada en la II Guerra Mundial. Arranca, de hecho, en diciembre de 1941, cuando Pearl Harbor fue bombardeado. En esta nueva serie aparecen personajes tanto de The Underworld USA Trilogy y L.A Quartet. Ahora los veremos en su periodo juvenil". Una especie pues de flash back en las tramas que ya desarrolló y que servirá para apuntalar la construcción de personajes, en su ya característico estilo staccato, en el que el fraseo se comprime a sus más esenciales formas para que la narración trepide hacia adelante, sin que haya margen para la desconexión.

La desconexión se la reserva para él. Dice que no tiene ni televisión, ni móvil, ni ordenador... Escribe a mano. "No es por miedo a que me cambie el estilo, lo hago porque funciona y me gusta, nada más". No ha visto series como The Wire, ni lee a sus contemporáneos. "Lo cierto es que llevo 30 años sin leer un libro". ¿Y se puede ser escritor así? "Soy un escritor autorreferencial. Me basto y me sobró a mí mismo para sacar adelante mis historias. Además, ya leí mucho de joven, lo hacía compulsivamente". Por supuesto, devoró también a sus mayores en esto de escribir novelas oscuras, incluso negras. "De Chandler no soy muy fan. En sus novelas proyecta el hombre que quería ser y que estaba muy lejos del que era en realidad. Hammet sí me convence más". Aunque, quien de verás convence plenamente a Ellroy es Ellroy. Por ahí (revistas, periódicos, coloquios...) se va vanagloriando de ser "a la novela negra lo que Tolstoi fue a la novela rusa o Beethoven a la música". ¿Tan seguro está de su talento? "Pues sí, porque la comunidad de lectores internacional así lo ha ratificado, y resulta que sí, que así es". No parece tener abuela este hombre altísimo, calvo, de gafas redonditas y andares desmedrados, que suele enfundarse con camisas hawaianas, incluso días como hoy, muy probablemente el que más agua ha caído en Madrid durante todo el año.

Lo que no tuvo, desde los 10 años, fue madre. La perdió en un crimen que nunca se esclareció. "Fue investigado concienzudamente pero nunca se encontraros indicios válidos". Él también intentó desarrollar sus pesquisas por su cuenta pero pronto arrojó la toalla: "Lo que encontraba no conducía a nada". A su madre le ha dedicado algún libro, pero la escritura no ha aplacado el infierno que fue para él despedirse tan pronto. "Un trauma así se te queda grabado para siempre. Todavía hablo con mi madre muchas noches". Aquel palo dejó al joven Ellroy desnortado. En los años siguientes llegaron las adiciones (al alcohol y algunos fármacos), los robos en tiendas, el voyeurismo clandestino de sus vecinas desnudas en las alcobas...

-¿Le salvo a usted la literatura?

-No, fue Dios, pero la literatura puso su parte.

Ellroy sale del centro comercial cercano al Bernabeu donde se ha desarrollado la entrevista. Enfila General Perón hacia el impresionante Mercedes con chófer que le ha ofrendado la Fundación Barreiros, mientras llueve y el mediodía semeja por momentos un atardecer de invierno. Algunos viandantes se vuelven para observarlo por detrás: ¿Quién diablos es ese tipo? Pues un pedazo de escritor de novela negra. Aunque eso no hace falta que nadie se lo diga. Ya conocemos la canción: "Me basto y me sobro...".