Image: Guadalajara, capital del español durante nueve días

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Letras

Guadalajara, capital del español durante nueve días

Arranca la Feria Internacional del Libro de la ciudad mexicana, a la que acuden empresas de 43 países y más de 600 escritores | Nubia Macías, su directora, repasa con El Cultural las claves de esta edición

23 noviembre, 2012 01:00

En la edición anterior a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara acudieron 657.000 personas.


A lo largo de los años se ha establecido un consenso (sujeto a discrepancias y matices, como todos) según el cual las tres ferias de libros más importantes del mundo son las de Madrid, Frankfurt y Guadalajara. Y que en la capital de España los protagonistas son los lectores, que inundan el Paseo de Coches del Retiro durante tres semanas (el lado lúdico). Que en la ciudad alemana son los editores los que llevan las riendas, en un auténtico mercado en el que se compran y se venden derechos de autores (el lado económico). Y, por último, que en la urbe tapatía son los escritores los entronizados, a los que se les da la palabra en infinidad de púlpitos (lado intelectual).

Esa perspectiva obedece a razones objetivas y fundadas pero Nubia Macías, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara desde 2003, que arranca este sábado y se prolongará hasta el domingo 2 de diciembre, tiene algunas cosas que decir al respecto, porque no le convence del todo esa manera de encasillar a la FIL. "Yo conozco bien las ferias de Frankfurt y las de Madrid. En la primera estuve formándome durante seis meses. Y en Madrid he vivido durante ocho años, cuando trabajaba como corresponsal de Radio Centro y el Instituto Mexicano de la Radio. Es un acontecimiento gozoso, que se celebra en un espacio precioso para el paseo". Hasta ahí de acuerdo con el consenso apuntado, pero... "En la FIL trabajamos todos esos ámbitos, con el mayor de nuestros esfuerzos. Representantes de toda la cadena del negocio están presentes en la feria: libreros, editores, scouts [ojeadores de talentos]...".

Pero también los lectores afluyen en masa al recinto ferial. El año pasado, sin ir más lejos, el contador de visitas se paró en la cifra de 657.000. Es público que paga, poco pero paga. "La entrada para un día son 20 pesos, que viene a ser un poquito más de un euro. Los niños pagan menos. En la edición anterior fueron unos 150.000 los que se acercaron hasta la FIL. Además, los adolescentes de 16 y 17 años reciben en sus propios institutos a escritores que están leyendo a lo largo del año, para poder platicar con ellos de sus propios libros, cara a cara". Y qué decir de los autores: "Este año acudirán más de 600, y habrá 657 presentaciones de libros". Nada menos.

De este último contingente, un poco más de 100 llegarán desde Chile, el país invitado en esta ocasión a la feria. "Su oferta era tan buena que no la pudimos rechazar. La literatura chilena, tras ir cerrando las heridas de del régimen dictatorial, atraviesa un magnífico momento. Tendremos una representación de todas las generaciones de sus escritores contemporáneos". Estarán Jorge Edwards, Raúl Zurita, Alejandro Zambra... La vocación latinoamericana sigue siendo un sello irrenunciable de la feria. Hay una sección, Latinoamérica viva, que pretende poner en el escaparate los jóvenes valores literarios de esta área geográfica. Nubia Macías lo explica en términos muy claros: "Ahora a Latinoamérica le corresponde jalar de la carreta. Debemos dejar de ser adolescentes con nuestra literatura y asumir algunas responsabilidades. No puede ser que nuestros autores sean publicados sólo porque un crítico norteamericano les dedica alabanzas. No podemos estar esperando a eso".

En términos de la lengua española, Guadalajara también es un nodo crucial para su expansión. Entre sus objetivos fundacionales, explica Nubia Macías, estaba llegar a los millones de hispanos que viven en los Estados Unidos y que son la punta de lanza para que el español siga expandiéndose territorial y demográficamente (de hecho, ya no quedan zonas donde algo así sea posible). También lo es para el negocio de comercializar libros, en particular en la coyuntura actual en que España, por las razones que todos conocemos, ha perdido fuelle, a pesar de que la industria del libro ha sido tradicionalmente muy fuerte en nuestro país. América Latina, el 90% de nuestro idioma, es un territorio en el que se concitan muchas esperanzas y la repercusión de que goza la FIL, tras 26 ediciones en constante crescendo ("aquí llegan compañías de 43 países", advierte Macías), la convierten en una plaza crucial para cualquier agente integrante de la galaxia de los libros. La principal organizadora sigue siendo la Universidad de Guadalajara, algo que, según Nubia Macías, les brinda "una gran independencia, al no de depender de la cadena industrial del libro. Por eso tenemos mucho margen para hacer travesuras y experimentos". Aunque ahora son un entramado de microempresas las que se reparten la titularidad de la feria, algo que redunda, dice, en un incremento de su "autonomía financiera".

La FIL, sin embargo, ha arrancado con lo que para muchos ha sido un traspié. Traspié o no, el caso es que la decisión otorgar el premio FIL de Literatura a las Lenguas Romances a Bryce Echenique, imprescindible autor pero enredado desde hace unos años en diversos pleitos por plagio, ha envuelto la feria en la polémica. "Como directora, a mí me toca quedarme callada. El galardón se otorga por una Sociedad Civil compuesta por 12 instituciones, públicas y privadas, que designa un comité de selección que a su vez nombra un jurado. Está compuesto por siete críticos y académicos de gran prestigio y su decisión es inapelable. Yo he intentado pasar página para concentrarme en el ingente trabajo de preparar todos los detalles de la feria pero es cierto que ha sido una situación muy complicada".

El pistoletazo de salida este sábado honrará a un autor capital en las letras mexicanas del siglo XX, Carlos Fuentes, miembro con honores del boom y fallecido hace escasos meses. Cinco mesas redondas disertarán sobre los diversos ángulos de este gigante de la literatura, "que siempre se mostró muy cercano con la FIL". Y el domingo será Jonathan Franzen, el artífice de Libertad y Más afuera, el encargado de abrir el Salón Literario, sancta sanctorum de la Feria.