J. R. R. Tolkien



Tras la muerte de J. R. R. Tolkien en 1973, su hijo Christopher asumió la tarea de ordenar, corregir y editar el grueso de su obra, un trabajo casi hercúleo que abordaba un vastísimo universo mitológico y fantástico. En 2012 vio la luz el poema inédito La caída de Arturo, publicado ahora por Minotauro en una edición bilingüe con traducción de Eduardo Segura y Rafael Pascual. Concebido en verso aliterado germánico, aborda los últimos momentos de la vida del legendario monarca, sumido en lo que será su guerra final, contra su propio hijo, y acosado por el fantasma de la traición de Lancelot y Ginebra.



Cuenta Christopher Tolkien en el prólogo que sólo pudo hallar una única referencia de su padre sobre este inédito, en una carta en la que expresaba sus "esperanzas de terminar el largo poema sobre La caída de Arturo en el mismo metro". En una carta, R. W. Chambers, profesor de inglés en el University College de Londres y amigo del escritor, calificaba la composición de "sensacional" y "heroica". La había leído durante un viaje en tren, y aprovechó que el compartimento estaba vacío para declamarla como merecía. "En verdad, debes terminarlo", apremiaba. Pero Tolkien dejó la historia inconclusa. "Nunca tuvo tiempo suficiente; y puede ser, como me siento inclinado a creer, que el aliento de la inspiración, continuamente obstaculizado, pudiera marchitarse", justifica su hijo. José López Jara, editor de Minotauro, coincide: "Puso el listón muy alto, y después publicó El hobbit con éxito. Le siguió El señor de los anillos, y la última vez que mencionó el poema, reconoció que no tenía tiempo. Es una pena". Para Segura, uno de los mayores expertos en el autor en España, la creación de su obra cumbre resultaba "incompatible" con la continuidad del inédito, que hubiera tenido una longitud media de 3.000-4.000 versos. "Era un conflicto artístico", añade.



"Traducir a Tolkien es un desafío muy grande", explica Segura. "Dominaba veinte idiomas, y utilizaba un lenguaje muy arcaizante y elevado. Hemos intentado mantener la sonoridad, ya que no podíamos ser fieles a la métrica". Explica que fue él quien pidió que la edición fuera bilingüe, "por una cuestión de honestidad y humildad". Tanto él como López Jara coinciden en la extraordinaria calidad del poema. "Da la sensación de que algo poderoso está en marcha. Muestra la capacidad de congeniar dos tradiciones aparentemente dispares, es una obra de fusión entre la literatura europea de la temprana Edad Media con el pulso creativo de Tolkien", dice Segura. Se trata de su única incursión en la leyenda artúrica, en un contexto en el que la mitología inglesa se limitaba a la Materia de Bretaña, una recopilación de fábulas celtas, para más inri de origen francés. "Se toca una parte del mito muy interesante que entronca con el resto de su obra. La relación entre Lancelot y Ginebra tiene que ver con Lúthien y Beren en El Silmarillion, y la manera de tratar las batallas, lo épico, lo vemos en El señor de los anillos", comenta López Jara.



¿Pero por qué Tolkien sigue siendo tan fascinante cuarenta años después de su muerte? Ciertamente, las películas de Peter Jackson han contribuido en gran medida a que se extienda la fiebre por el autor británico. Recién publicado el trailer de la segunda parte de El hobbit, López Jara reconoce que las ventas se disparan con cada nuevo filme. "Bienvenido sea. Es una manera de que llegue a la gente joven", declara. "Es uno de esos escritores que se queda muy cerca de sus lectores. Consigue impactarles, y que siempre quieran saber algo más de él. Genera adicción". Segura se identifica. Filólogo y licenciado en Historia, hizo su tesis doctoral sobre El señor de los anillos. "En sus historias, Tolkien muestra como en un espejo las preguntas eternas que se formula el ser humano, y las convierte en accesibles, las ofrece de manera moderna. No pasará nunca de moda, porque las preguntas son siempre las mismas".



Extracto de La caída de Arturo

De cómo Arturo y Gawain marcharon a la guerra y cabalgaron al Este.

Arturo hacia el Este armado pretendía

hacer su guerra en las fronteras agrestes,

el mar surcando hasta tierras sajonas,

a defender de la ruina el reino romano.

A revertir las mareas del tiempo

y a los paganos postrar su esperanza lo urgía,

que de asaltar dejasen con esquifes saqueadores,

en busca de botín, las brillantes orillas

y las aguas someras de Bretaña meridional.

Como cuando la tierra mengua en los días del otoño

y raudo hacia su crepúsculo el sol declina

bajo la triste niebla, un hombre ansiará

trabajo y vida nómada mientras aún cálida fluya

la sangre prendida por el sol; así ardía su alma

por una gloria duradera tras un último intento

de orgullo y arrojo hacia la indomable,

inflexible voluntad en la guerra contra el destino.

Así los hilos malignos del destino lo impelieron,

y con malicia Mordred su pensamiento curtió,

tildando la guerra de sensata, y de sandez la espera.




Versión en inglés

How Arthur and Gawain went to war and rode into the East

Arthur eastward in arms purposed

his war to wage on the wild marches,

over seas sailing to Saxon lands,

from the Roman realm ruin defending.

Thus the tides of time to turn backward

and the heathen to humble, his hope urged him,

that with harrying ships they should hunt no more

on the shining shores and shallow waters

of South Britain, booty seeking.

As when the earth dwindles in autumn days

and soon to its setting the sun is waning

under mournful mist, then a man will lust

for work and wandering, while yet warm floweth

blood sun-kindled, so burned his soul

after long glory for a last assay

of pride and prowess, to the proof setting

will unyielding in war with fate.

So fate fell-woven forward drave him,

and with malice Mordred his mind hardened,

saying that war was wisdom and waiting folly.