El escritor griego Petros Márkaris dirige el curso Cómo convertirse en escritor de novela negra en cinco pasos de la UIMP.

Pietros Márkaris (Estambul, 1937) ha dedicado los últimos años de su vida a levantar una trilogía de novela negra ambientada en la Grecia actual. Sin embargo, las investigaciones de su protagonista, el comisario Jarito, han traspasado los límites del ejercicio de género para acercar al público el sufrimiento de un pueblo que cada día pierde más y más la esperanza. Algo que para el autor resulta natural ya que, desde su punto de vista, "la novela negra se ha transformado en la nueva novela social".



La segunda entrega de esta serie, Liquidación final (Tusquet), ya hacía hincapié en este aspecto abordando los suicidios de las personas en una situación económica desesperada. Para Markaris "la gente en Grecia está sufriendo y vive sin ningún tipo de perspectivas", y opina que "la situación no mejora y no hay salida ya que la medicina que le están suministrando al país no es la adecuada".



El cierra de la trilogía, Pan, educación y libertad, que se publicará en otoño, abordará la insensatez de la generación responsable de la debacle. Generación de la que forman parte muchos políticos que siguen en activo. Aunque el autor se muestra "harto de vivir esta crisis y de escribir sobre ella" el broche final a su obra sobre la crisis griega lo pondrá una novela en cuya escritura se encuentra inmerso y que funcionará a modo de epílogo.



En cuanto al curso que dirige esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Cómo convertirse en escritor de novela negra en cinco pasos, Márkaris comenta que no todo el mundo vale para la novela negra pues "no es fácil levantarse por las mañanas y preguntarse: ¿a quién voy a matar hoy?". Sin embargo él está dispuesto a dar algunas pistas. "Ayuda tener una mente retorcida y estar acostumbrado al asesinato para crear el crimen perfecto y no decepcionar al lector", apunta el escritor griego que, además, reconoce preocuparse por cómo contar la historia y conectar con el público más que por la originalidad.



A pesar de todo, Márkaris, nacido en Turquía aunque griego de corazón, ve cierta esperanza en las manifestaciones que se están produciendo en su país de origen ya que considera que la gente se está levantando, harta de que le impongan un modo de vida.