El poeta Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931), Premio Cervantes en 2006, atiende a El Cultural momentos antes de participar en una charla en el Círculo de Bellas Artes de Madrid junto al también poeta Raúl Zurita. Quien perteneciera por edad a llamada Generación de los Cincuenta (cuya existencia misma él niega) lee en esta entrevista un poema de Canción errónea, el último de sus poemarios, de 2012, que quedó finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León.

“Escribo poco, siempre poco”, nos dice el escritor, para quien la poesía es un modo de pensar el mundo; no en vano, si habla de lenguaje, Gamoneda coloca a su lado, siempre, la palabra pensamiento. Con una veintena de poemarios publicados, además de ensayos y libros de memorias, el poeta, que vive en León desde que tenía tres años, confiesa que los premios (ha recibido, además del Cervantes, el Nacional de Literatura en 1988 y el Premio Quijote en 2009, entre otros) le han traído constantes pérdidas de tiempo. “Uno tiene su vanidad”, dice, “pero los premios no me han hecho escribir mejor”.

En 2009 Gamoneda publicó el primer tomo de sus memorias, Un armario lleno de sombras, y desde entonces trabaja en una segunda entrega. Sin embargo, confiesa, no está seguro de que algún día logre terminarlas. “Llevaba 150 páginas escritas, pero al releerlas, pasado un tiempo, me he dado cuenta de que no me sirve ni una sola”.