Comba Editorial. Barcelona, 2015. 171 páginas, 16€

La narradora chilena de origen balcánico Andrea Jeftanovic se dio a conocer hace cinco años a los lectores de nuestro país con una estupenda novela, Escenario de guerra, publicada por un pequeño y efímero sello, Ediciones Baladí. Ahora debemos agradecerle a otra editorial independiente, Comba, que nos ofrezca este nuevo libro, un ciclo de once cuentos que giran en torno a los dos temas estrella de la literatura de su autora: la familia y la infancia.



Quienes tuvieron ocasión de leer a Jeftanovic percibirán en estos relatos ecos que conocen bien: hacen su aparición de nuevo las infancias traumatizadas, vulneradas, los personajes trastocados, el discurso entre el mundo infantil -nunca idílico, nunca amable- y el de los adultos: la perversión de la maternidad y la paternidad. También nos reencontramos con esa poderosa capacidad de la autora para explorar los vericuetos más oscuros de la psicología humana, para mostrar lo que hay de monstruoso en cualquiera de nosotros y para llevar al lector un paso más allá de lo que se nos está contando: al territorio de los miedos ancestrales. Todos los relatos son provocaciones al lector, todos rompen con lo establecido, todos presentan el conflicto entre lo individual-interior y lo social-exterior, todos están escritos con un estilo incisivo, descarnado, directo, todos suscitan preguntas incómodas. Aunque tomando temas de nuestra realidad cercana, que la autora conoce también gracias a su formación como socióloga. Por eso estos relatos son como mazazos: porque son verdad.



Merece la pena destacar "Arbol genealógico", una perturbadora historia de suplantación e incesto, y "Miopía", un descenso al infierno de los celos entre hermanos. El ciclo, sin embargo, es magnífico en su totalidad, no tiene textos superfluos, mantiene un nivel alto no sólo de calidad, también de tensión narrativa. Es una perla poco frecuente. Ojalá llegue a muchos lectores.