El vómito lírico de Nick Cave
El cantautor australiano se desnuda en La canción de la bolsa para el mareo, un original libro a caballo entre el cuaderno de viaje, la epopeya y el autopsicoanálisis
29 abril, 2015 02:00Nick Cave en un fotograma de 20.000 days on Earth.
Nick Cave sueña a menudo con un niño (¿él?) que, en el centro de un puente ferroviario, contempla las oscuras aguas del río que pasa por debajo. A la izquierda, un pilote de hormigón; a la derecha, las ramas de un árbol a medio talar. En medio, un hueco de apenas un metro donde zambullirse. El tren se acerca a toda velocidad y el niño se queda paralizado por el miedo.La escena queda plasmada en una bolsa de papel, de esas que dan en los aviones para vomitar. Durante su gira norteamericana del verano de 2014 junto a su banda The Bad Seeds, el cantautor australiano (Warracknabeal, 1957) tuvo a su disposición muchas bolsas y mucho tiempo para plasmar ideas de todo tipo. Con ellas compuso La canción de la bolsa para el mareo, a caballo entre el cuaderno de viaje, la epopeya, la alegoría apocalíptica y el autopsicoanálisis. En palabras del propio Cave, el libro es "una mezcla de poema de carretera y relato de terror, como si se juntaran Carretera al infierno y el Libro de los salmos" y una larga lista de referencias de todo tipo -de la Odisea a PornHub- con las que el músico, escritor y actor intenta explicar(se) el sentido de esta extraña composición. El libro lo publica en España Sexto Piso, traducido por Mariano Peyrou y acompañado de imágenes de las bolsas originales manuscritas por Cave, que actuará en Barcelona y Madrid los próximos 21 y 22 de mayo.
Además del niño condenado a ser arrollado por el tren o engullido por las aguas, otras imágenes atraviesan con insistencia las páginas de La canción de la bolsa para el mareo, sobre todo cabezas cortadas, un dragón malherido y una joven con tendencias suicidas y minifalda estampada con barras y estrellas -cuando la gira transcurre por EEUU- u hojas de arce -en Canadá-. Todas estas visiones, enmarcadas en los grandes paisajes naturales y urbanos de Norteamérica, van llenando la gigantesca bolsa para el mareo de Cave. "¡Adelante! ¡Saltad dentro!", grita también a su público y a todas las influencias que el artista carga como Sísifo colina arriba: músicos como Johnny Cash, Bryan Ferry, Elvis Presley, Patti Smith, Bob Dylan, Leonard Cohen, John Lee Hooker, James Brown, Hank Williams y John Lee Hooker; y poetas como John Berryman, Gertrude Stein, Emily Dickinson, Philip Larkin y W.H. Auden.
La búsqueda de la propia identidad, el rescate de la memoria y el imperativo de crear son tres necesidades que impulsan la escritura de Cave. Y también el amor. Obligado por las musas a recorrer el mundo, el artista se muestra también en estas páginas como un Ulises contemporáneo que anhela volver junto a su esposa, Susie Bick, que le espera a miles de kilómetros, en su casa de Brighton (Reino Unido). Mientras tanto, este "pequeño dios de arcilla" se contempla extrañado en el espejo del baño de un hotel cualquiera, como hacía en 20.000 días en la Tierra, la película de Iain Forsyth que simula 24 horas en la vida del cantante, estrenada el año pasado.
En varias entrevistas a lo largo de su carrera, Cave ha declarado ser una persona religiosa a su manera y que pensar en una realidad divina le ayuda a escribir mejores canciones. En La canción de la bolsa para el mareo, la espiritualidad de Cave se manifiesta en la alusión constante a un escuadrón de ángeles que mitigan su profunda sensación de soledad, susurrándole: "Estamos contigo, pero tienes que dar el primer paso tú solo".
Las entrañas del proceso creativo
En La canción de la bolsa para el mareo, Cave no solo desnuda su mente y su alma, sino que también exhibe y reflexiona sobre su proceso creativo. A lo largo del libro aparecen ideas y bocetos para tres canciones: "King-size Nick Cave Blues" ("El blues king-size de Nick Cave"), "The Beekeeper's Wife" ("La mujer del colmenero") y "The Recruitment Officer" ("El oficial de reclutamiento"), que se pueden leer ya rematadas en las últimas páginas.En uno de los pasajes más interesantes del libro, Nick Cave enumera los "tormentos de la creatividad", clasificados en cuatro categorías. En la primera están:
"El aplazamiento debido al miedo.
El aplazamiento debido a la indecisión.
El aplazamiento debido al perfeccionismo.
El aplazamiento debido a que se espera la llegada de la inspiración.
El aplazamiento debido al caos y a la adversidad.
El aplazamiento debido a la enfermedad y al cansancio.
El aplazamiento debido a que se está criando una familia.
El aplazamiento debido a la superstición y a la religión.
El aplazamiento debido a la locura y al suicidio".
A continuación enuncia los nueve motivos secundarios que aplazan la creatividad, entre los que se encuentran a la vez Internet y la falta de Internet, así como la literatura de autoayuda y el sexo. El humor se va apoderando de la clasificación a medida que desciende de nivel. Así, en la lista de motivos terciarios encontramos la redacción de listas innecesarias, teñirse el pelo -"como el ala de un cuervo, oscuro y brillante"- y la HBO, la productora hegemónica de la teleficción estadounidense, responsable de series como Los Soprano, The Wire, True Detective y Juego de Tronos. Y en la cuarta categoría, el humor se tiñe también de negro: vampirismo, lobotomía, amputación de una mano...
Como hemos visto, este libro es un autorretrato impresionista a base de vivencias, reflexiones e invenciones, que nos permite contemplar a Nick Cave en su totalidad, y así lo expresa el autor:
"La canción de la bolsa para el mareo está llena de todo lo que amo y odio, y todo está en mi interior. ¡Ya está tan llena que va a explotar! ¡Llame a la azafata para que se lleve la bolsa! ¡Entonces puedo empezar de nuevo y mañana saltar de otra manera!"