Premios Princesa de Asturias contra el "desgénero humano"
Lledó, Coppola, Padura y el resto de premiados recogen sus galardones en la primera edición tras el cambio de nombre
23 octubre, 2015 02:00Este viernes ha tenido lugar la ceremonia de entrega de la 35ª edición de los Premios Princesa de Asturias, la segunda a la que el Rey Felipe asiste como monarca y la primera tras el cambio de nombre. Tras las formalidades iniciales, el primer galardonado en hablar desde el escenario del Teatro Campoamor de Oviedo fue Leonardo Padura. En su discurso confesó que tiene tres patrias: "Cuba, la lengua española y el trabajo". así lo declaró antes de recibir de manos del rey el premio en la categoría de las Letras.
"Con España tengo una impagable deuda de gratitud. Desde aquel verano de 1988 en que, como simple periodista, llegué precisamente a esta tierra de Asturias, para participar en la Primera Semana Negra de Gijón, este país me abrió puertas cuya transposición me ha permitido avanzar y estar donde estoy. A la literatura española que conocía por mis estudios y preferencias, se sumó la que encontré desde entonces y que mucho cambió mis percepciones. Luego, a un concurso literario español, el Premio Café Gijón de 1995, debo la posibilidad de haber podido crear el puente que condujo una de mis novelas hasta las manos de la directora de la prestigiosa editorial Tusquets, para iniciar una relación de amor y trabajo que hemos sostenido durante 20 años y ha permitido que mis libros hayan podido ser leídos en todo el ámbito de la lengua y, a partir de ahí, en otros más de veinte idiomas".
El autor de Aquello estaba deseando ocurrir acudió a la ceremonia con guayabera blanca, la prenda de etiqueta propia de su tierra caribeña, y en las manos una pelota de béisbol, una de sus grandes pasiones. Padura ha querido compartir la felicidad del momento "con el mismo espíritu impoluto con que compartía hace más de cincuenta años mi bate, mi guante y mi pelota de béisbol con aquellos amigos del barrio con los que aprendí a gozar la satisfacción del éxito, en un simple juego de pelota, en una calle de un barrio habanero llamado Mantilla, donde palpita el corazón de mis patrias".
El profesor Emilio Lledó, galardonado en la categoría de Comunicación y Humanidades, ha pronunciado un discurso profundamente filosófico, dedicado a la grandeza de las dos mayores invenciones del ser humano: los conceptos y del lenguaje. También ha defendido la importancia de las humanidades en la educación: "Las necesitamos para hacernos quienes somos, para saber qué somos y, sobre todo, para no cegarnos en lo que queremos, en lo que debemos ser".
El filósofo y académico, que ocupa el sillón L en la Real Academia Española, también ha aludido a los problemas de la actualidad. "El cielo ideal de las Humanidades está en la realidad lleno de nubarrones violentos. Basta abrir los periódicos o escuchar las noticias. Y esa oscuridad nos lleva a pensar si esa prodigiosa invención de las "humanidades" no se nos ha deteriorado y si, a pesar de los indudables progresos reales, el género humano no ha logrado superar la ignorancia y su inevitable compañía, la violencia, la crueldad. El "género humano", esa trivializada expresión, convertida en "desgénero humano", en una degeneración".
En su discurso, el Rey Felipe ha hecho mención en primer lugar Francis Ford Coppola, del que tanto él como la Reina Letizia son fervientes admiradores. "¿Quién no ha sentido una intensa emoción viendo sus películas? ¿Quién no ha quedado conmovido por ellas? La obra de Coppola poetiza la grandeza y el fracaso de los seres humanos; y, como solo ocurre en las obras de los creadores únicos y universales, tiende a horizontes -a menudo inalcanzables y escurridizos- de la dignidad y la belleza".
Por su parte, el cineasta ha recordado que hace casi 50 años, "en el mismísimo comienzo" de su carrera en el cine, ganó la Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián en 1967. "Así que estos dos hitos definen mi carrera creativa, y siempre en España". El director aseguró estar lleno de "muchas de las mismas emociones y ambiciones" que tenía entonces, a los 28 años. "Continúo deseando explorar las posibilidades futuras de esta forma absolutamente mágica de literatura: el cine. Comenzando, como lo hice, por las dos influencias de lo que se estaba haciendo en Hollywood y el apasionante cine de Europa y Japón de los 50. Otros de mi generación y yo estuvimos doblemente inspirados: la forma de hacer cine de Hollywood como la forma de entretenimiento más influyente del mundo -como en la obra de Wyler, Hitchcock, Wilder, Vidor y muchos otros grandes-, chocando con otra forma de cine que tiende más hacia la literatura, iluminando la vida contemporánea con autoría y arte y ampliando fronteras, como en la obra de Bergman, Kurosawa, Fellini, Rossellini y Buñuel... Esta mezcla de los dos extremos de la propuesta de cine inspiró a toda mi generación... e intentamos hacer las dos cosas. ¿Puede el arte también servir como entretenimiento según la definición de estas dos corrientes? Nosotros sentíamos que sí, sin duda. Esto siempre ha sido el objetivo".
Coppola ha dedicado unos minutos de su discurso a reflexionar sobre la evolución de las técnicas del cine, que "el cine en vivo, el cine en red y el cine de realidad virtual dará a los cineastas y artistas la oportunidad de experimentar dentro de estas nuevas fronteras de la era de la información, y los resultados -y en última instancia la literatura cinematográfica que nuestros bisnietos crearán- será todo lo diferente que pueda ser de lo que hacemos ahora, pero será de hecho una extensión de la misma. Ésta es la emoción verdadera de la especie humana; que cada generación de niños pueda correr más rápidamente, saltar más alto, tocar instrumentos musicales con una excelencia técnica asombrosa y soñar con expresiones cinematográficas nuevas que ni siquiera podemos sospechar".
En la categoría de Investigación científica y técnica, han sido galardonadas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, por su descubrimiento de un método para corregir genes defectuosos. Wikipedia, la enciclopedia colaborativa global, ha recibido el premio en la categoría de Cooperación Internacional y lo han recogido su fundador, Jimmy Wales, junto al presidente y la directora ejecutiva de la Fundación Wikimedia y tres editores voluntarios de la enciclopedia, procedentes de España, Irak e India.
Esther Duflo, la llamada "economista de los pobres", ha recibido el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales; y la Orden Hospitalaria San Juan de Dios ha obtenido el de la Concordia, "como reconocimiento a una ejemplar labor asistencial desarrollada a lo largo de cinco siglos".
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