John Higgs

El escritor británico propone en Historia alternativa del siglo XX (Taurus) un recorrido diferente por una época que se cerró con muchas lagunas y cuyos sorprendentes avances dieron forma a la realidad en la que vivimos hoy en día.

Multitud de libros, películas, fotografías o documentales, hacen del siglo XX el más conocido y analizado de la historia de la humanidad, por lo que podría parecer que ya poco queda por contar. Podría parecer. En contra de esta opinión se muestra el polifacético periodista y escritor británico John Higgs, que en su nuevo ensayo, Historia alternativa del siglo XX, afirma que "la gente todavía no ha entendido por completo el siglo pasado". Una época en la que se sucedieron a velocidad vertiginosa sucesivos cambios que irían conformando el devenir de la humanidad a nivel político, social, artístico o científico, como el derrumbamiento del imperialismo y el nacimiento del individualismo, la aparición de la ciencia ficción, la revolución sexual, las teorías de la Relatividad y del Caos, las vanguardias artísticas...



Cambios que tenían una clara voluntad rupturista, una voluntad de destruir lo que Higgs llama "ónfalos", esto es, los dogmas inamovibles que hasta finales del siglo XIX funcionaban como paradigmas morales en todos los ámbitos de la vida, y que nadie se cuestionaba. Pero "una vez destruidos, buena parte de la humanidad se quedó sin referentes mentales, a merced de las cada vez más complejas ideas que se iban sucediendo en todos los ámbitos". Para corregir eso nace el libro de Higgs, para contextualizar, huyendo de convencionalismos, una época que se cerró con muchas lagunas y cuyos sorprendentes avances dieron forma a la realidad en la que vivimos hoy en día.



Pregunta.- ¿Por qué necesitamos una revisión del siglo XX?

Respuesta.- Bueno, porque el siglo XX es el periodo de la Historia sobre el que, a priori, más sabemos. Conocemos todos los grandes hechos: la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial, Hiroshima, la Guerra Fría... Todos conocemos esa historia. Pero extrañamente, este conocimiento no nos introduce en el mundo actual. Por eso he intentado encontrar una historia diferente del siglo XX que contextualice esta sociedad de hoy en la que vivimos. En Inglaterra, si ojeas los libros sobre historia del siglo XX, todos tratan de política o sobre políticos antes que sobre los descubrimientos de Einstein o sobre internet, que han tenido mucho más impacto en nuestra vida y que han surgido de lugares tangenciales de la sociedad.



P.- ¿Cuáles son las claves para que todos esos conceptos, ideas y descubrimientos explotaran en ese determinado momento?

R.- Sí, es muy extraño. Los cambios ocurridos a lo largo del siglo XX supusieron la ruptura total con una serie de planteamientos fijos que permitían comprender todos los ámbitos de la vida y que rechazaron gente como Einstein o Picasso, pero también Amy Rand o Elsa von Freytag-Loringhoven. Los comienzos del siglo fueron todavía una época de emperatrices, zares y kaisers, una sociedad estática y colectiva donde los principios imperantes parecían inamovibles. No había ningún indicio de que la vida pudiera ser de otro modo y es justo acabada la Primera Guerra Mundial cuando todo cambió de golpe, en un abrir y cerrar de ojos. Y ya nada volvería a ser lo mismo. Poco a poco todos esos dogmas se van diluyendo, las clases se difuminan, surgen un montón de nuevas perspectivas y libertades y toda clase de individuos diferentes.



P.- En el libro habla precisamente de varias figuras poco comunes a las que señala como representativas de este tipo de movimientos o cambios, ¿por qué?

R.- Creo en la importancia de las personas para cambiar la historia. Uno de los temas fundamentales del libro y del pasado siglo es el individualismo, por lo que fui buscando los personajes que mejor ejemplificaran cada uno de los temas que quería tratar. En muchos casos son personas que están en los márgenes de la sociedad. Observándolos, uno podría pensar que están claramente locos, pero visto desde hoy, con perspectiva, se advierte que en su mayoría eran personas incomprendidas que marcaron el camino hacia la sociedad que tenemos en la actualidad.



P.- Sin embargo estos cambios tan trascendentales solo afectaron a una parte del planeta, ¿qué pasa con el resto?

R.- Esto es sobre todo una historia sobre Occidente, sobre cómo ha cambiado el Primer Mundo en el siglo XX. A principios de siglo, el centro de las innovaciones mundiales estaba en Alemania y en los países germano hablantes como Austria y Suiza, que producían los grandes filósofos, economistas, médicos... Después, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, ese progreso se movió a Estados Unidos. Obviamente enfocándola a nivel mundial habría sido muy diferente. En Oriente, es bastante diferente. El mundo islámico, por ejemplo, todavía tiene esos puntos fijos, esos dogmas, en la sociedad. La Meca es el ónfalo, y aún existen algunos elementos de esa edad jerárquica pre siglo XX en esa y en otras partes del mundo.



P.- Usted relata la progresiva caída de varios "ónfalos" o ideas que regían la sociedad, ¿una vuelta atrás es posible?

R.- No sé si es posible, pero creo firmemente que en la actualidad hemos rechazado esas ideas. Por ejemplo la de establecer el centro del mundo. En el siglo XIX hubo una gran convención internacional para que Greenwich fuera proclamado el punto cero global, de donde parten las longitudes, y para que su horario fuera el universal. Aún así no fue unánime. Y menos ahora, tras los descubrimientos de Einstein sobre el tiempo y el espacio. Ahora a nadie se le ocurriría siquiera plantear que un símbolo pudiera ser universalmente aceptado. Lo mismo pasa con el resto de conceptos que parecían inamovibles a inicios del siglo XX.



P.- Entonces, ¿se podría decir que hemos asimilado el siglo XX?

R.- Pienso que todavía estamos en proceso de hacerlo. Ayudar a ello es una de las motivaciones de este libro. Por ejemplo, si hablamos de las teorías de Einstein, de las que han pasado cien años, mucha gente ni siquiera las entiende. Son conceptos complejos, pero que son determinantes en nuestras vidas, y todavía nos estamos familiarizando con ellos. Han sido multitud de novedades y de ideas extrañas que se han sucedido a una velocidad vertiginosa en los estándares históricos.



P.- Si todavía estamos en proceso, ¿qué nos deparará el siglo XXI? ¿Viviremos cambios tan profundos como en el precedente?

R.- Ocurrirán cosas que no podemos predecir porque si hay una regla de oro en la Historia es que es completamente imprevisible. ¿Quién podría haber predicho la Teoría de la Relatividad, la energía atómica o internet? Si miramos el mundo actual con honestidad vemos cosas terribles como el cambio climático, la desigualdad, las guerras... A veces es un tanto aterrador. Pero pienso que si hay una generación que puede acabar con esto es la llamada "generación del milenio", la que ya ha nacido con el siglo XX mucho más interiorizado. Creo que el libro muestra que las cosas realmente nuevas, inesperadas y radicales siguen llegando, y eso me da esperanza. Soy optimista frente al futuro, tengo fe.