El historiador más destacado del post franquismo, ministro de Cultura en 1980 con el Gobierno de la UCD, ha fallecido en Madrid a los 89 años de edad.
El historiador Ricardo de la Cierva y Hoces ha muerto en Madrid a los 89 años. Fue catedrático de Historia Contemporánea por la Universidad de Alcalá de Henares y ministro de Cultura durante ocho meses en 1980, con el Gobierno de UCD presidido por Adolfo Suárez.En sus numerosos libros trató de mostrar una cara amable del franquismo, presentándolo como un régimen prácticamente democrático y necesario para preparar la vuelta a una democracia plena con la Transición. Escribió también, desde su perspectiva franquista, sobre la Segunda República, la Guerra Civil y sus antecedentes, sobre el socialismo, la monarquía, la Teología de la Liberación y la masonería. Algunos de estos libros son Carrillo miente, La masonería invisible, Historia actualizada de la Segunda República y la guerra de España 1931-1939 , El mito de la sangre real o La hoz y la cruz. También escribió de personajes y cuestiones dispares como el nacionalismo vasco, Felipe II, Alfonso X y Rodríguez Zapatero. Bastante prolífico, publicó más de 60 libros entre 1966 y 2009.
Durante el franquismo fue nombrado jefe del Gabinete de Estudios sobre Historia en el Ministerio de Información y Turismo. En 1973 pasó a ser director general de Cultura Popular y presidente del Instituto Nacional del Libro Español. En la Transición fue elegido senador por Murcia y consejero del presidente del Gobierno para asuntos culturales, antes de ser nombrado ministro de Cultura. Tras la disolución de UCD, ingresó en Alianza Popular y ocupó el cargo de coordinador cultural del partido.
Ricardo de la Cierva era nieto de Juan de la Cierva y Peñafiel, ministro durante el reinado de Alfonso XIII, sobrino de Juan de la Cierva, inventor del autogiro, y su hermano Juan fue el primer español premiado con un Oscar. El padre de ambos, Ricardo de la Cierva y Codorniú, fue miembro de Falange y diputado en las Cortes durante la dictadura de Primo de Rivera, y fue asesinado en Paracuellos del Jarama en 1936, poco después del inicio de la Guerra Civil.