Aún queda mucho material inédito de Ortega y Gasset, perteneciente sobre todo a la correspondencia que mantuvo con otros intelectuales importantes y que aportan valiosa información sobre el mundo cultural y científico de su época. El Centro de Estudios Orteguianos de la Fundación Ortega-Marañón lidera desde hace unos años una intensa labor de investigación en torno a estos epistolarios del célebre filósofo y principal exponente de la Generación del 14, con el objetivo de completarlos, recatalogarlos y darlos a conocer.
La mayor parte de las cartas estudiadas se conservan en el archivo de la fundación y están disponibles para su estudio por parte de la comunidad académica, aunque la mayoría (16.000) son cartas recibidas por Ortega, frente a 2.000 escritas por él, ya que no siempre guardaba copias o borradores de sus cartas. Otras misivas incluidas en la investigación proceden de las universidades y centros de investigación donde trabajaban sus interlocutores o de las fundaciones que conservan su legado, gracias a lo cual se han podido localizar y estudiar muchas cartas enviadas por Ortega. Durante el jueves 4 de febrero y el viernes 5, investigadores de la fundación, de varias universidades y de otros centros de Portugal, Italia, Polonia, Brasil y Argentina, expondrá los días 4 y 5 de febrero las últimas novedades en la materia en el congreso internacional Los epistolarios de Ortega y las redes culturales europeas y americanas. El título pone de relieve el papel fundamental que desempeñó Ortega en la conexión cultural e intelectual de España con el exterior en la primera mitad del siglo XX, asunto que abordó también el año pasado la exposición Redes internacionales de la cultura española 1914-1939 organizada en la Residencia de Estudiantes de Madrid.
En las ponencias, los expertos disertarán sobre los epistolarios -no todos inéditos- de Ortega con Unamuno, Baroja y Azorín; con su amigo y colega Fernando Vela; con su traductora alemana, Helene Weyl; con intelectuales portugueses con los que trabó amistad en la etapa en que residió en Lisboa, desde 1942, año en que regresa de Argentina, hasta su muerte, en 1955; o la correspondencia que mantuvo con sus condiscípulos de la Escuela de Marburgo, en Alemania, entre los que se encontraba el destacado filósofo Martin Heidegger.
El director del Centro de Estudios Orteguianos y del congreso, Javier Zamora -que se encargó de la parte dedicada a Ortega en la exposición mencionada-, anuncia a El Cultural la intención de publicar en los próximos años algunos de los epistolarios inéditos. En ellos, asegura, podemos comprobar cómo Ortega invitaba a muchos de sus colegas a participar en sus proyectos y publicaciones, como el diario El Sol, con el que colaboraba desde 1917, o la Revista de Occidente, que fundó y dirigió desde 1923 hasta 1936. No en vano, Juan Ramón Jiménez lo llamaba "imán de horizontes".
Entre los epistolarios inéditos, Zamora destaca el que mantuvo con María de Maeztu, que había sido alumna suya y sentía por él una profunda admiración. "Es un epistolario muy interesante. Además de tratar cuestiones personales, conversaban sobre la Residencia de Señoritas que ella dirigía y el modelo pedagógico que debía tener, basado en los principios de la Institución Libre de Enseñanza. También en ellos se ve cómo María hacía de mediadora entre su hermano Ramiro y Ortega, cuya relación era difícil". En la misma línea, las cartas que intercambió con Victoria Ocampo muestran sus consejos para la fundación de la revista Sur por parte de la intelectual argentina.
También se presentarán en el congreso las novedades en la investigación de la correspondencia que el filósofo mantuvo con sus discípulas. "Ortega tiene fama de machista, seguramente con razón, pero en estas cartas se puede apreciar cómo alentó la carrera de discípulas como María Zambrano, Maruja Mallo o Rosa Chacel", explica Zamora, que es autor de una destacada biografía de Ortega y coordinó la publicación de sus Obras completas, compuestas por diez tomos, en la editorial Taurus. Él, que lleva toda su vida académica estudiando al autor de La rebelión de las masas, se sorprendió al coordinar este proyecto, de la ingente cantidad de inéditos que atesoraba la fundación. "En los últimos tomos de la colección, publicamos más de cien inéditos", recuerda.
En el caso de sus epistolarios, menciona los dos motivos principales por los que aún queda tanto por publicar: "Por una parte, el contenido de las cartas a menudo es delicado para su familia. Por ejemplo, algún comentario sobre sus amigos Baroja y Azorín. Son cosas a las que hoy no daríamos importancia, pero para ellos podría resultar incómodo por su relación con las familias de estos autores. En segundo lugar, publicar todas esas cartas inéditas requiere una enorme labor de investigación y en España hay poca cultura de trabajo en equipo. Lo normal es que un catedrático controle los archivos y vaya publicando lo que le interese. En cambio, en el Centro de Estudios Orteguianos, hemos querido poner los materiales a disposición de la comunidad académica y nuestra intención es editar de manera sistemática lo más relevante. Pero para eso necesitamos más recursos y un buen equipo de documentalistas", explica Zamora. Por el momento, aunque es a todas luces insuficiente, han conseguido un becario gracias a que el Ministerio de Economía subvenciona el proyecto en el que se enmarca esta investigación y el congreso que se celebra estos días.