Image: Instant books, un negocio con fecha de caducidad

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Letras

Instant books, un negocio con fecha de caducidad

13 mayo, 2016 02:00

Si un libro, con suerte, dura unas semanas en las librerías, ¿por qué no adaptar los titulares de la actualidad a los tiempos editoriales? Esto hacen los instant books, ensayos urgentes que, además de salvar las cuentas de algunas editoriales, explican lo que está pasando ahora mismo

La crisis económica, los desahucios y hasta la prima de riesgo. La guerra de Siria y la de Ucrania. La crisis institucional en Europa. La emergencia de los nuevos partidos. El virus del ébola. Bernie Sanders o Donald Trump. Aquello, en definitiva, de lo que todo el mundo habla, y que abre cada día los telediarios: este es el terreno de los instant books, libros nacidos al calor de la actualidad, con una vida cortísima en el ya de por sí voraz mercado editorial. Con la crisis vivieron un auge extraordinario: análisis rigurosos o desaliñados, breves o extensos, escritos por profesores, expertos o periodistas especializados. Hoy, con tantos frentes abiertos a nivel local y universal, resisten hasta el punto de haberse convertido en un pilar fundamental de muchos sellos editoriales.

En rigor, dicen los editores, un instant book sería un libro publicado a partir de un hecho muy concreto, por ejemplo unas elecciones, el fallecimiento de un personaje relevante o la información exclusiva de algún medio, que puede ser recopilada o ampliada en un ensayo (aún están calientes los papeles de Panamá y ya hay varios libros en marcha). Roger Domingo, director editorial de Ediciones Deusto, y Daniel Moreno, editor en Capitán Swing, coinciden en extraer del saco de los instant books a los relacionados con dos de los temas que ocupan las portadas hoy: la crisis de los refugiados y el terrorismo del ISIS. "Ambas situaciones han venido para instalarse -dice Moreno-. Así que puede haber un grado de intervención editorial más pausado, y conseguir así publicar algo de actualidad que a la vez esté meditado". Domingo incluye a los libros sobre los dos temas en la categoría de novedades puras de ensayo.

Lo malo no son las prisas, sino el sensacionalismo. Hay más información que análisis" Miguel Aguilar

El editor de Capitán Swing ha mencionado el verdadero problema de muchos de estos trabajos: la calidad, tantas veces reñida con las prisas. ¿Es posible que un libro se encargue o se contrate, se traduzca o se escriba, se edite y se lance al mercado dentro del plazo que impone la actualidad informativa? A menudo no quedan más que dos opciones algo descorazonadoras: acortar plazos o llegar tarde, con el fenómeno que propició el libro ya en decadencia. Miguel Aguilar, editor de Debate, dice que "lo malo no son las prisas, sino el sensacionalismo". Y añade: "Mientras no se caiga en el sensacionalismo, el lector sabe que lo que compra es más información que análisis". En la editorial que dirige Aguilar se han publicado algunos de los libros más representativos de análisis de actualidad política: Asaltar los cielos, en donde José Ignacio Torreblanca analiza la influencia del populismo latinoamericano en Podemos, y Alternativa naranja, en el que José María Albert de Paco e Iñaki Ellakurria hacen un recorrido periodístico de la gestación y el ascenso de Ciudadanos. Para ambos libros, el margen de rentabilidad (que, dependiendo de la editorial, puede estar en los 1.500-2.000 ejemplares) fue el mismo que el del resto del catálogo. Son libros que implican "un sobrefuerzo extra", dice Aguilar, que solo se verá recompensado si consigue ser algo más que mera coyuntura.

Mercedes Rivas, de la editorial Catarata, apunta al mercado, y dice no encontrar diferencias, en lo relativo al negocio, entre las novedades corrientes de ensayo y las más pegadas a la actualidad: "Hoy los libros tienen escasa vida en librerías; un libro sobre un tema de actualidad tiene la misma vida que cualquier otro", dice. Para Daniel Moreno, que vaya todo tan rápido obliga a discriminar, pues "el abanico de lo publicable, y de lo que puede tener cierto eco se ha abierto mucho".

Álvaro Palau, editor de Arpa, sello nacido a principios de año con una nítida vocación ensayística, arrima el instant book a los periódicos. Aunque su editorial, dice, "no hace periodismo", sí que publica análisis de temas de actualidad, como Las mil caras de Anonymous, pero son ensayos de más largo aliento. "En realidad, conjugar calidad y oportunidad es el objetivo de cualquier libro", explica, haciendo referencia al mandato de excelencia que dicen asumir todos los editores de libros de actualidad.

Cuando el libro ‘caduca'

Como ejemplo de inmediatez, y de obra periodística, está el libro de entrevistas. "Este género permite publicar con extrema celeridad -dado que el autor invierte apenas un par de horas, lo que dura la entrevista, en lugar de los varios meses que suele necesitar para armar un buen texto-, pero necesariamente y por ello mismo aporta menor profundidad de análisis", explica Roger Domingo.

Calidad y oportunidad son los objetivos de cualquier libro, no solo de los instant books" Álvaro Palau

Malcolm Otero Barral, editor de Malpaso, recuerda un instant book de finales de los noventa como ejemplo de lo que debe ser un libro de este tipo: Para entender el conflicto de Kosova, del profesor Carlos Taibo, autor de otros libros sobre el este de Europa. Otero Barral apuesta por que los libros aporten "algo más" de lo que leemos en la prensa diaria. Su sello acaba de publicar uno de Bernie Sanders: Discurso sobre la codicia de las grandes corporaciones y el declive de la clase media. Y al mismo tiempo Capitán Swing ha sacado una recopilación de discursos y entrevistas del líder demócrata. Ambos libros, dicen sus editores, buscan trascender el momento (de otro modo no los hubieran publicado sin conocer el resultado de las primarias), pues lo que dice el político, apunta Otero Barral, "aporta ideas al debate público y es importante más allá de la actualidad". En su caso, lo apoya el hecho de que el Discurso... se publicara en inglés antes de que Sanders presentase su candidatura. El riesgo de que un material se quede -como se dice en prensa- "viejo", es constante. Daniel Moreno recuerda el caso de La casta, de Gian Antonio Stella y Sergio Rizzo, que fue un best seller en Italia, y aquí no funcionó bien, pues cuando llegó a España el concepto estaba amortizado ya, a nivel político y editorial. A veces ocurre lo contrario, y un tema llega para quedarse, alargando la vida de los instant books: ocurrió con Hay vida después de la crisis, de José Carlos Díez (Plaza & Janés), que vendió 50.000 ejemplares.

Aguilar recomienda al editor estar preparado para que, durante el proceso de edición, su libro haya dejado de interesar. "Ocurre con temas de gran interés que pasan a no interesarle a nadie, o avances científicos que dejan obsoleta la bibliografía anterior. Aunque el riesgo principal es que los lectores consideren que ya saben suficiente a través de la prensa y que no necesitan comprar el libro". A esto, concluye, habría que añadir la capacidad que tienen hoy los lectores de informarse (a través de infinitas versiones) en internet.

@albertogordom