Luis Alberto de Cuenca
"Me van a entregar el premio el día de los difuntos", se queja burlonamente Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950). Se refiere al Antonio de Sancha, el premio que concede la Asociación de Editores de Madrid y que desde hoy tendrá que hacerse un hueco en la abarrotada estantería del escritor, entre el Premio Nacional de la Crítica por La caja de plata (1986), el Premio Nacional de Traducción por El cantar de Valtario (1989), el Premio Nacional de Literatura por Cuaderno de Vacaciones (2015) y el Premio Julián Marías de Investigación en Humanidades, por citar solo algunos de los que ha recibido en su dilatada carrera. Poeta, traductor, ensayista, filólogo, investigador, político y hasta cliente habitual del Rock-ola en los años 80, a Luis Alberto de Cuenca nada de lo humano le es ajeno, como explicaba Jesús Nieto Jurado en su sección Fuera de Horma de El Cultural. Hablamos con él sobre Miguel de Cervantes, Bob Dylan, poesía, sectarismos, nostalgias y de cómo acabar con la corrección política.Pregunta.- ¿Qué significa para usted que le otorguen un premio como el Antonio de Sancha?
Respuesta.- Mi vida ha girado en torno a los libros y todo lo que se relacione con ellos es muy importante para mí. Soy un enamorado de los libros y el papel y que se reconozca mi pasión no solo lo valoro sino que me entusiasma.
P.- El premio es un reconocimiento a su tarea como investigador de la literatura clásica, a su labor como poeta y traductor y a su empeño por divulgar el pensamiento y la cultura…
R.- Yo creo que la parte que ha influido más para que me dieran el premio es la última, pero en mi caso podrían haber sustituido cultura por mundo del libro y hubiera dado el mismo resultado. En cuanto a lo demás, es mi profesión y simplemente intento cumplir con ella.
P.- El premio lleva el nombre de Antonio de Sancha…
R.- Grandísimo editor e impresor del siglo XVIII.
P.- Uno de sus últimos trabajos, la adaptación de El cerco de Numancia para el montaje de Pérez de la Fuente, le une de manera directa a Antonio de Sancha…
R.- Sí, Sancha fue quien publicó por primera vez Numancia. Por entonces andaba inédita, estaba en fase manuscrita todavía, y él la editó impresa a finales del siglo XVIII, en la década de los 80.
P.- ¿Cómo vivió la experiencia de adaptar a Cervantes?
R.- Fue una experiencia maravillosa porque trabajé con Juan Carlos Pérez de la Fuente y con Alicia Mariño. Ya habíamos colaborado en otras adaptaciones y nos entendemos muy bien. Juan Carlos tiene una idea del teatro paralela a la que tenemos Alicia y yo. Fueron unos meses de trabajo muy duros pero muy agradables. El resultado es, desde mi punto de vista, una adaptación muy valiente, muy creativa y al mismo tiempo muy fiel al espíritu de Cervantes.
P.- ¿Qué le ha parecido la salida de Pérez de la Fuente del Teatro Español?No tengo ningún problema en abrazar tanto lo intelectual como lo popular porque son la misma cosa para mí"
R.- Un auténtico escándalo, algo verdaderamente tremendo. No concibo como el sectarismo puede llegar a límites tan insospechados. Ahora el Ayuntamiento de Madrid ha reconocido que el despido fue improcedente simplemente para evitar males mayores. Si fue improcedente evidentemente fue una decisión política, ideológica… Y es injusto porque Juan Carlos Pérez de la Fuente solo tiene una ideología y esa ideología es el teatro. Los que creyeron que era un peligroso conservador que había que eliminar de la faz de la tierra estaban equivocados. Estoy escandalizado, alarmado e indignado.
P.- ¿Qué le ha parecido el año Cervantes?
R.- Me parece que se podía haber hecho más. Ha sido una pena que coincidiera con un momento crítico de la economía española porque supongo que no ha habido una dotación extraordinaria para el año Cervantes. En cualquier caso las cosas que se han hecho están bien, por ejemplo la exposición de la Biblioteca Nacional sobre Miguel de Cervantes y su vida ha sido estupenda y ha tenido muchos visitantes… Lo que ocurre es que no nos damos cuenta de hasta qué punto es importante Cervantes, es como el logotipo de nuestro país, y hasta el año 2116 no habrá otra efeméride similar por lo que todo lo que se haga es poco. En México, que al fin y al cabo es el vivero de hispanohablantes más importante del mundo con más de 100 millones de habitantes, hablaba con Rafael Tovar y de Teresa, actual ministro de Cultura, y me decía que se habían triplicado los actos y las efemérides cervantinas. En el mundo hispánico viven a Cervantes con la misma ilusión y a veces incluso con mayor ilusión que nosotros.
P.- Sancha también editó el Parnaso español…
R.- Si, precisamente lo tengo en casa.
P.- ¿Aspira a ese tipo de trascendencia? ¿Le gustaría aparecer en una antología como esa pero de su época?
R.- En esa antología están los grandes pero también hay alguno que no lo es tanto así que no pierdo la esperanza.
P.- En su obra hay un tránsito, de ida y vuelta, entre lo intelectual y lo vulgar o popular. ¿Le siguen interesando por igual ambas facetas o con los años está ganando peso alguna de ellas?
R.- Para mí son lo mismo, es imposible que entren en colisión. No lo han hecho desde que tengo uso de razón y no lo van a hacer ahora con sesenta y tantos. No tengo ningún problema en abrazar tanto lo intelectual como lo popular porque son la misma cosa para mí. El término vulgar me gusta menos porque, aunque el vulgo es la gente, tiene una connotación negativa. Lo importante es la calidad. Hay literatura de género buena y mala, pero lo mismo ocurre con la alta literatura. La calidad es el único metro para medir en concreto estas creaciones literarias del género humano.
Los que creyeron que Pérez de la Fuente era un peligroso conservador que había que eliminar de la faz de la tierra estaban equivocados"
R.- Me parece fatal. Si lees las letras de Bob Dylan exentas de la música no tienen la calidad como para obtener un Premio Nobel. Pero la Academia Sueca siempre ha alternado los aciertos con los errores y este es un error. El inventor de la dinamita tuvo que inventarse también un premio Nobel de la música y se lo hubiera merecido con toda justicia nuestro amigo Dylan, que es un gran músico.
P.- Muchos de los que defienden el premio a Dylan hablan del origen musical de la poesía…
R.- Sí, pero para eso hay que remontarse al siglo VI antes de Cristo, ahora poesía y música ya no están unidas, llevan siglos separadas. En cualquier caso la Academia sueca tiene un premio de Literatura y no creo que se haya hecho una operación conceptual para lavar ese nombre y sustituirlo por otro.
P.- Sabe que ha vuelto a abrir el Rock-ola en Madrid, aunque en otro lugar…
R.- Rock-ola estaba en una bocacalle por Avenida de América. En los años 80 fui muchísimas veces… Me parece muy bien. Además me da la impresión de que las chicas jóvenes de ahora se maquillan y se visten como en aquella época. En cierto modo los 80 están volviendo y me parece divertido el 'revival'.
P.- ¿Por qué cree que la nostalgia tiene tanto peso hoy en día como reclamo?
R.- La nostalgia siempre ha sido un componente fundamental del espíritu humano. La etimología es curiosa. Nostalgia significa dolor del regreso, incluye siempre cierta melancolía. No es solo el volver a lo antiguo por el placer y la diversión que experimentamos entonces sino que hay un componente doliente, melancólico, en toda nostalgia. Es connatural al hombre, no creo que ahora seamos más nostálgicos.
P.- ¿Existe alguna receta contra esa corrección política de la sociedad que tanto le preocupa?
R.- La resistencia individual. No hay ningún partido en este momento en el panorama español que defienda la incorrección política o que se alce de una manera decidida contra la corrección política. La rebelión contra ese horror, contra ese totalitarismo atroz de nuestros días, es una respuesta individual y doméstica, en nuestro círculo familiar o amistoso. La peor tiranía que ha habido nunca es la de la corrección política.
P.- ¿Le sigue interesando la política?
R.- No, ha dejado de interesarme. Sería muy frívolo decir que nunca me interesó del todo porque intente hacerlo lo mejor posible y curré como un poseso… Pero no es uno de mis temas favoritos.
@JavierYusteTosi