Marcos Ana
El escritor y poeta fue uno de los presos políticos que más tiempo cumplió condena durante el franquismo.
Nacido en enero de 1920 en la pedanía de San Vicente, en el municipio salmantino de Alconada, en el seno de una familia de origen humilde, Fernando Macarro Castillo pasó durante el franquismo 23 años de cárcel, los últimos 16 en la prisión de Burgos, de la que salió en 1962. Perdió la libertad a los 19 años acusado de tres asesinatos en Alcalá de Henares por los que ya habían rendido cuentas otros presos con su vida. Además tuvo que vivir con la espada de Damocles cerniéndose sobre su cabeza en todo momento ya que le habían condenado a dos penas de muerte aunque finalmente le conmutaron la pena.
Fue entre las cuatro paredes de su celda donde empezó a escribir sus primeros poemas bajo el pseudónimo de 'Marcos Ana', conformado por los nombres de su padre y de su madre. En ellos, este militante comunista animaba a combatir la dictadura a través de la palabra y le sirvieron para labrarse una fama como símbolo de la cultura y el compromiso social. Fue poeta de formación autodidacta y el tiempo en prisión lo empleo en dar clases y organizar tertulias literarias, además de a la elaboración de un periódico clandestino, Juventud.
Tras su liberación, huyó a Francia y no regresó a España hasta la aprobación de la amnistía de 1976. Fue combatiente activo en defensa de la República, comisario político de la 44 Brigada Mixta y muy conocido por su papel en la solidaridad internacional con los presos durante el franquismo, dirigió desde Paris el Centro de Información y Solidaridad (CISE) con Pablo Picasso de Presidente de Honor.
Su obra como escritor y poeta está compuesta por obras como Poemas desde la cárcel, publicado en Brasil en 1960, España a tres voces, publicado en Argentina en 1963, o Las soledades del muro. En 2007 publicó sus memorias, con el título Decidme cómo es un árbol, que fueron adquiridas por Pedro Almodóvar para una posible adaptación al cine. Su labor literaria fue reconocida en su tiempo por poetas como Pablo Neruda o Rafael Alberti.
El Gobierno de España le concedió las medallas de oro al Mérito de Trabajo (2009) y al Mérito de Bellas Artes (2011). Además, fue reconocido en 2010 con el Premio René Cassin de Derechos Humanos que concede el Gobierno Vasco por su actitud al salir de prisión, al defender "la paz y el diálogo" y rechazar "cualquier deseo de venganza".