Foto: SIELE

En el capitalismo global nada escapa al análisis mercantil; tampoco un "activo intangible" como la lengua. "Al principio algunos descreyeron que la lengua fuera susceptible de estudiarse desde una perspectiva económica", señala el economista José Luis García Delgado, pionero en el análisis del valor económico del español y responsable de una serie de estudios que, a pesar de aquellas reticencias iniciales por parte de algunos lingüistas, han dado como resultado nada menos que 14 monografías hasta la fecha, patrocinadas por la Fundación Telefónica y publicadas por Ariel.



García Delgado, exrector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y exvicerrector de la Complutense, ha inaugurado este lunes en El Escorial el curso de verano "El español en el mundo: un activo económico sostenible", organizado por la universidad madrileña y el Instituto Cervantes. Como explicó al comienzo de la primera jornada Juan Manuel Bonet, director de la institución que promueve el español en el plano internacional, durante los tres días que dura el curso una veintena de expertos disertará sobre el presente y el futuro de la enseñanza de nuestro idioma como lengua extranjera, sobre los dos exámenes de nivel oficiales -el DELE y el recién implantado SIELE-, sobre la presencia y el uso del español en los medios, sobre los retos del idioma en la era digital, sobre el mundo editorial y sobre el turismo lingüístico, ante una veintena de alumnos acreditados, tanto estudiantes como profesionales de la enseñanza de español.



"El español es nuestra más preciada marca España", sostiene García Delgado, y celebra el auge del español, que actualmente cuenta con unos 567 millones de hablantes, de los que 472 son nativos, mientras que hace veinte años la cifra era de 300. El profesor atribuye este éxito a dos factores: en primer lugar, la normativización de la lengua, ya que gracias a ASALE (la Asociación de Academias de la Lengua Española) "hemos conseguido ponernos de acuerdo para fijar la ortografía, la gramática y incluso un diccionario consensuado", un consenso académico que no existe en otras lenguas y que otorga una gran cohesión al español en los 21 países hispanohablantes, al mismo tiempo que respeta su diversidad.



El segundo factor decisivo, según García Delgado, ha sido "la escalada del español en Estados Unidos", donde ya hay 50 millones de hispanohablantes (un 12% de la población estadounidense), cifra que supera ya a la población de España. Un ejemplo de esta evolución demográfica: "En las elecciones que ganó Kennedy, varios cientos de miles de hispanos tenían derecho a voto. Sin embargo cuando ganó Obama había 23 millones". Concretamente, entre 2001 y 2011 -años en los que se han hecho los últimos censos de población en el país norteamericano- la comunidad hispanohablante creció un 43%, no solo por la inmigración sino por el nacimiento de estadounidenses hispanos de segunda generación que heredan el español como lengua materna. No obstante, los datos muestran que solo un tercio de esos hablantes domina realmente el español, mientras que la segunda y tercera generaciones tienen un conocimiento limitado del idioma.



Entre las fortalezas del español, García Delgado celebra que "ahora que el peso económico está basculando hacia el eje Asia-Pacífico", haya cuatro países hispanohablantes fuertes en la costa americana del Pacífico: Chile, Perú, Colombia y México.



Aunque nuestro idioma es el tercero más hablado del mundo y el segundo como lengua de comunicación internacional, "el español no tiene el futuro ganado": "Hemos tenido una suerte enorme. Lo hemos fiado todo a la demografía, hemos procreado más que los hablantes de otras lenguas, pero la demografía va a ir cayendo. La española ya es regresiva y la de Latinoamérica empezará a serlo en 20 años".



Por este motivo señala la importancia de que el español mire de frente a los retos. Uno de ellos se encuentra en el ámbito científico. "El español no es una lengua de circulación de conocimiento. Si un economista hace un buen hallazgo y quiere que se conozca fuera de su ámbito más cercano, o lo comunica en inglés o no existe". Pone por caso, sin ir más lejos, el de los estudios sobre el valor económico del español que dirige. "Hasta que no lo hemos publicado en inglés no hemos empezado a ser citados", asegura. Según los datos expuestos en la siguiente conferencia por el director académico del Instituto Cervantes, Richard Bueno Hudson, el español es la undécima lengua más utilizada en el ámbito científico, mientras que es la tercera más usada del mundo y en internet y también en número de traducciones y la cuarta en el plano institucional.



Hay poco que hacer desde el punto de vista lingüístico para mejorar la posición del español como lengua de conocimiento, puesto que su mala calificación -en comparación con otros indicadores- se debe sencillamente a la falta de inversión en investigación científica en España y el resto de Hispanoamérica, reconoce Bueno. En la misma línea, García Delgado opina que el prestigio de un idioma en el plano internacional está fuertemente ligado a cuestiones extralingüísticas como la fortaleza económica, militar, cultural, institucional y democrática de los países en los que es lengua oficial.



Un activo intangible de coste cero

En opinión de García Delgado, un idioma es un activo económico muy rentable porque no tiene coste de producción, tiene un coste de acceso pero es único, ya que no hay que pagar por él cada vez que se usa, no se agota al ser usado, no se deprecia a medida que aumenta el número de usuarios, no es apropiable por parte de quienes acceden a su uso y sus hablantes forman parte de un club que es todo lo contrario a una asociación elitista, ya que el club vale más cuantos más miembros tiene.



El profesor ha destacado algunos datos macroeconómicos del español: los países hispanohablantes representan el 7 % de la población mundial pero generan el 10 % del PIB mundial, ya que tienen una renta per cápita superior a la media global. Asimismo, estudios estadísticos complejos han permitido estimar al equipo de investigadores que participa en los informes sobre el valor económico del castellano que el idioma genera el 15 % del PIB de España (y de otros países hispanohablantes como Colombia, Perú o Chile). Para hacer el cálculo se otorga un porcentaje de incidencia del idioma a cada sector de actividad, colocando a las industrias culturales en la parte más alta de la tabla y a actividades industriales como la siderurgia al final, ya que el uso de la lengua apenas interviene en el proceso productivo.



@FDQuijano