Alejandro Palomas. Foto: Antonio Moreno

El escritor catalán obtiene el galardón por su novela Un amor, una indagación en esas pequeñas emociones que componen nuestra vida en la que retoma la peculiar familia protagonista de sus anteriores narraciones.

Esta noche ha tenido lugar una de las últimas tradiciones navideñas de cada año, coincidente desde hace más de siete décadas con el Día de Reyes. Un año más, se ha fallado el Premio Nadal, el galardón literario más antiguo de nuestro país, tras la tradicional cena de Reyes organizada por la Editorial Destino en el Hotel Palace de Barcelona. Y de la propia ciudad condal es oriundo el ganador de esta 74ª edición, el escritor Alejandro Palomas (1967), que ha obtenido el galardón por su novela Un amor, una indagación en esas pequeñas emociones que componen nuestra vida en la que retoma la peculiar familia protagonista de sus anteriores narraciones. Palomas se embolsará 18.000 euros y contará con el privilegio de engrosar una lista de premiados entre los que se encuentran autores de la talla de Carmen Laforet, Miguel Delibes, Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio o Ana María Matute.



Presentada originalmente bajo el título Un país con tu nombre y firmada con el pseudónimo de Mara Salvador, la novela galardonada supone una nueva inmersión en el particular universo que Palomas ha ido trazando a lo largo de sus obras anteriores. De nuevo, los protagonistas son la peculiar familia conformada por Fer, sus hermanas Silvia y Emma y, por su supuesto, su madre Amelia, esa entrañable anciana cuya obsesión en la vida consiste en velar por sus tres hijos, que vuelve a ser un impagable generador de situaciones extravagantes. En esta ocasión, la hermana mediana, Emma, se va a casar ante el alborozo general y comprensible de toda la familia, pero la noche antes de la boda ocurre una funesta coincidencia que cae como una bomba sobre el mapa familiar resquebrajándolo. Palomas nos presenta en Un amor, con ese toque tan suyo caracterizado por cierto "realismo emocional", por centrarse en las emociones pequeñas que todos compartimos, a una familia unida por el amor y los problemas y describe con la máxima ternura y amargor como una madre siempre da todo por los suyos.



Precisamente con esa madre, Amalia, Palomas abrió la puerta a una trilogía con la que se ha ganado el favor de los lectores. "En el diseño del personaje de Amalia ha puesto Palomas una inobjetable habilidad narrativa, una variedad y riqueza de matices que la convierten en el centro de la historia", dijo en su día nuestro crítico Ricardo Senabre sobre la matriarca que hizo su aparición en la novela Una madre, en la que los "personajes sólo recobran su razón de ser mediante la presencia poderosa de la madre, una mujer de peculiar humor y con ribetes extravagantes en la que, sin embargo, encuentran sus hijos, aunque les cueste confesarlo, el alivio confortador que atenúa los contratiempos de su existencia". Después vendría Un hijo, donde el protagonista es Guille, el peculiar hijo de Fer, que le valió a Palomas el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.



La historia de esta familia estaba finiquitada hasta hoy con Un perro, donde era Rulfo, la mascota de Fer (y del escritor), el motor de los encuentros y desencuentros de la familia, cuya historia fue redondeada con el relato Las dos orillas, ilustrado por Fernando Vicente. Sobre esta exploración de la familia, Palomas explicaba a El Cultural cuando publicó esta última novela que "es curioso porque no es algo muy en boga, no es muy propio de 2016. La unidad familiar ya se percibe de maneras muy distintas. A mí no me gusta presentarla como algo estable en plan papá, mamá, hijos, comida en domingo... Para mí la familia es un ente que actúa cuando se necesita generar movimientos, un colectivo íntimo". Ya entonces el autor se mostraba partidario de seguir explorando este universo en más escritos, aunque es reticente a considerarlos una serie, pues en cada libro la óptica es distinta al igual que el momento que viven los personajes. He ido añadiendo piezas al puzzle que tenía en mente e igual se sigue formando a lo largo de los años", anticipaba antes de añadir porque decidió seguir mostrándolos. "Necesitaba explicar porque los personajes son exactamente como son. Faltaba mucho. En Una madre se muestra realmente muy poquito de ellos, cosas muy puntuales, lo que viene a ser la esencia. Pero han vivido muchas experiencias que se podían mostrar".



Además de las novelas citadas, de entre la obra de Palomas habría que destacar títulos como El tiempo del corazón, el alma del mundo, finalista del Premio Primavera, o El secreto de los Hoffman, finalista del Premio Ciudad de Torrevieja. Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Barcelona, el escritor se especializó en poesía en el New College de San Francisco, y ha publicado poemarios como Entre el ruido y la vida o Aunque no haya nadie, o neovelas de claro corte poético como Agua cerrada.



Palomas releva en el pódium del premio decano de las letras españolas a la también escritora catalana Care Santos, galardonada en la 73ª edición por su obra Media vida, un relato sobre el paso del tiempo, la culpa y el perdón que narra la historia de cinco mujeres que se reencuentran tras 30 años sin verse. Este año el jurado, formado por la propia Care Santos, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Clara Sánchez y Emili Rosales, ha tenido que escoger el texto premiado de entre 322 novelas originales procedentes en su mayor parte de España y de países sudamericanos con temáticas que reflejan la riqueza de registros de este género narrativo, pues oscilaban desde el relato intimista hasta el noir, pasando por las propuestas de corte histórico o con acento social, con presencia constante.



En este año en que persiste una situación políticamente complicada, no han estado en la entrega del premio, como es habitual, el presidente de la Generalitat ni el conseller de Cultura, al encontrarse los cargos cesados y haberlos asumido, respectivamente, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, cuya asistencia no estaba prevista. Por el contrario, si han acudido a la cena la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, el delegado del Gobierno en Catalunya Enric Millo, y la directora de la Institució de les Lletres Catalanes Laura Borràs. También se han personado en la tradicional velada figuras del mundo de las letras como Pere Gimferrer, Ignacio Vidal-Folch, Carme Riera, Use Lahoz, Llucia Ramis, Víctor del Árbol, Fernando Delgado, Victoria Combalía, Jesús Ulled, Jenn Díaz, Francisco Rico, Pilar Eyre, Marta Rebón o Sergio Vila-Sanjuán, entre otros.



Durante la velada también se ha dado a conocer el ganador de la 50ª edición del Premio Josep Pla de prosa en lengua catalana, que ha ido a parar a manos del periodista Antoni Bassas (Barcelona, 1961) por su libro de crónica periodística Bon dia, són les vuit, unas memorias que recogen sus años como presentador del programa estrella de la emisora Catalunya Ràdio, el histórico El Matí de Catalunya Ràdio, que mantuvo 14 años consecutivos (1995-2008) de liderazgo de audiencia en Cataluña, con puntas de casi medio millón de oyentes diarios. El jurado de este premio, dotado con 6.000 euros, lo han conformado Genís Sinca, Rosa Cabré, Antoni Pladevall, Àlex Susanna y Glòria Gasch, y el año pasado fue obtenido por el escritor, dramaturgo y poeta Xavier Theros (Barcelona, 1963) por su libro La fada negra, un thriller histórico ambientado en la Barcelona de 1843 que narra la historia de un antiguo capitán de barco reconvertido a policía que debe enfrentarse a una serie de asesinatos de niños. Además, este medio siglo de vida del galardón coincide con la publicación en catalán y castellano de la obra inédita de Josep Pla, Hacerse todas las ilusiones posibles.