Fuera de horma. Vidas singulares, existencias que se salen de lo que el común de los lectores piensa de un escritor. Desde un ex futbolista a un músico de éxito, de un poeta que triunfa en los concursos televisivos a dos dramaturgos sobrepasados por la genialidad, en esta sección vamos a perfilar tipos singulares o malditos, cuyo nexo de unión es la literatura como vocación última y enfermiza. Jesús Nieto Jurado se mueve en la periferia sombría de la literatura para extraer las luces que se quedan fuera del foco del lector.
Luque, Chinarro, y las mil vidas
Surrealista en las letras, su narrativa es castiza y sarcástica. Lo cotidiano pasa por su tamiz y se convierte en magia o en esperpento. Siente lo mismo ante la prosa que ante la canción, aunque reconoce que a veces le llegan "melodías" frente al folio en blanco. Estudió algo de Agrónomos, y cuando no lee a Thomas Mann sale a correr por las playas de Málaga en las horas de niebla.
Las letras catódicas (y rentables) de David Leo García
Premio Hiperión en 2006, el poeta malagueño se ha convertido en un fijo en los concursos culturales de la televisión. Aunque vive actualmente en Barcelona, su casa natal en Málaga está a cincuenta pasos de la tumba de Jorge Guillén. Su vocación enciclopédica ha encontrado en televisión un cauce triunfante y lucrativo. ¿Se llevará estos días el bote del famoso concurso Pasapalabra?
Arrabal, en el nombre del padre y del número
Arrabal es una gloria en Francia y un capítulo entero en el anecdotario televisivo patrio por su intervención en el programa 'El mundo por montera'. Su vida y su producción en todos los géneros viene marcada por la desaparición de su padre y una obsesión por la matemática, el ajedrez, y una lógica tan extrema como irracional. Tan variada como coherente.
Leopoldo M. Panero: el desencanto, sí, y qué...
Leopoldo María Panero es poeta por familia y por herencia, pero es maldito. Hizo una épica de su genealogía familiar, y elevó un complejo de Edipo -repartido entre tres hermanos- a categoría histórica, fílmica y literaria (Michi mediante). Intentó digerir toda la heráldica y la locura de los genes y cuentan los papeles que, a pesar de su genio, jamás pudo lograrlo. Murió en 2014 internado en un psiquiátrico.
Luis Alberto de Cuenca, "su nombre es el de todos los saberes"
El poeta madrileño es un ejemplo de renacentista moderno. Como a Terencio, nada humano le es ajeno. Desde el cine a la cultura ‘pop’, desde la filología académica al rock. Fue una de las pocas figuras intelectuales de los 80. Ha compuesto letras para la Orquesta Mondragón o más recientemente para Loquillo, con quien conforma una extraña pareja refractaria al buenismo ñoño imperante en la creación.
Sabino Méndez. Del hombre y la sed
Sabino Méndez fue el artífice máximo del corazón de los grandes éxitos de Loquillo. Toda su obra es un proyecto memorialista a la manera de Pla, pero con la crónica descarnada de los sinsabores del éxito y la popularidad. Sus libros demuestran la extraordinaria variedad que hay en la literatura del "yo" porque en su escritura autobiográfica el lector se siente escocido ante tanta verdad.
Montero Glez, inquilino de los vientos
Desde que dejó Madrid y bajó a Cádiz, hizo suyo un universo propio y mitológico que coincide con las geografías del Estrecho de Gibraltar. Siempre mantiene una coherencia política y social con el mundo; una suerte de anarquismo amable que vive en comunión con la naturaleza del mar. A pesar de cierta imagen de ‘enfant terrible’ de las letras, le siguen lloviendo premios desde su ‘cercana lejanía’. El último, el Ateneo de Sevilla.
Miguel Pardeza. 'Bildungsroman' futbolero
El único integrante de la ‘quinta del Buitre’ que no triunfó en el Real Madrid se sale de horma en cada campo. Fue un futbolista excelso con inquietudes existenciales. Su inclusión en la literatura fue progresiva, y vino precedida del estudio y el academicismo. Es el mayor experto en la obra de González- Ruano, al que rescató, antologó y prologó. Su primer libro, TORNEO, explora en los terrenos de la ‘autoficción’.
Santiago Auserón o el son metafísico
El referente de Radio Futura se sale de la horma por personalidad, constancia, y sistematización de un pensamiento que pretende descubrir cuatro verdades innegables que vinculan al ritmo con el hombre, y al hombre con el pensamiento. Discípulo de Deleuze, sobresale como teórico, a su manera, de los cantes de ida y vuelta entre España y las américas.
Juan Carlos Aragón: pensador entre antifaces
El célebre autor gaditano de carnavales ha emprendido una intelectualización de la fiesta mayor a partir del estudio y la novela. Autor inconformista y profesor de Filosofía, ve en la comparsa literatura en estado puro, y en el Carnaval una mezcla de escuela y de periodismo cantado. A pesar de la vocación popular del público que gusta de su modalidad carnavalera, sólo la «chusma ilustrada» (como él llama a sus seguidores) es la razón de sus composiciones.
Miquel Silvestre: la musa en el kilometraje
El viajero dejó la comodidad del despacho para que su proyecto vital, sostenido también por un documental televisivo, cogiera cuerpo. Desde entonces ha encontrado 'su' horma literaria, precisamente, en el 'salirse de horma' encima de una motocicleta. A pesar de las obras publicadas en el terreno de la ficción, Silvestre sabe que su género es él mismo a dos ruedas.
Patricia Almarcegui: cuerpo, memoria y viaje
En el principio fueron los cuadernos de ruta, el descubrimiento del poeta Hafez de Shiraz en particular y de Irán en toda su grandeza oculta. Esta viajera solitaria, que ha conocido el páramo de Aragón y el de Asia Central, se recluye en Menorca y cree ver espejos de orientalismos en cada rincón de Ciudadela. Su vida guarda no pocas concomitancias con la célebre Lady Montagu en la huida -kilómetros mediante- de toda horma.
Luis Melgar: diplomacia, mirada, juventud
Luis Melgar, diplomático de profesión y nómina, no pierde la mirada del escritor infantil ni en el «avispero» de Venezuela, donde se halla destinado. Ha transitado por la novela de misterio y la narrativa infantil. Su último libro usa el humor como forma de conocimiento de un país lejano y no tan desconocido: Guinea Ecuatorial. Diplomacia y Literatura, confiesa, son dos disciplinas que se retroalimentan.
Juan Pedro Cosano: sobrepasar al abogado
Juan Pedro Cosano ha sido abogado de varios de los casos más mediáticos de los últimos años. Sin abandonar del todo su Jerez natal en sus argumentos, ha creado un personaje, el abogado de pobres, a través del cual entendemos la evolución en su escritura. A pesar de la retroalimentación entre la abogacía y la Literatura, escribe por huir de la árida prosa jurídica.
Almudena Villegas: con las musas en la masa
Almudena Villegas, gourmet de prestigio internacional, ha dedicado media vida al estudio de la alimentación como fuente de conocimiento historiográfico. Tras diversos ensayos, noveló la decadencia del Imperio Romano a la luz de la figura del gastrónomo Apicio. Villegas se sale de horma por cuanto gastrónoma que teoriza, por cuanto ensayista que va a la novela sin perder la gasolina de su inspiración: el asunto gastronómico.
Christian Gálvez: un rosco, la novela y el Renacimiento entero
El presentador de Pasapalabra se ha convertido en un especialista mundial en Leonardo. Escribe de madrugada, tras la grabación del programa y su primer héroe fue Superman, aunque con el Renacimiento descubrió que el heroísmo del Hombre está en la capacidad para simultanear saberes. Defiende que gracias a la investigación histórica ha llegado a la madurez de sus referentes.
Petón, fútbol y mil vidas
Petón es esa rara enciclopedia que en una misma parla mezcla el fútbol con el Madrid de los cafés de principios de siglo. Ex futbolista, periodista libérrimo y comentarista deportivo, ha ayudado a poner más luz sobre personalidades tan dispares como Primo de Rivera o Pepín Bello. Entiende la escritura como una forma de reivindicar a seres que también se salen de horma. A los libros sobre fútbol les añade un toque especial que tiene mucho de Historia vivida, de tiempo y carácter.
Mónica Fernández-Aceytuno: que hable el bosque
Sabe Mónica Fernández-Aceytuno que los pájaros duermen en el aire, que la "Literatura le entra entre los pies". Sabe también que entre la poesía y la contemplación activa de la Naturaleza discurre un largo caudal que empieza en Grecia- La bióloga y escritora gallega nació en el Sáhara español y hace greguería de todo bicho viviente. En su prosa no está el imponer, sino dejar que hable la Naturaleza y nos silencie: por lo que somos y lo que seremos.
José Pablo García: el novelista ilustrado
José Pablo García, que empezó en la historieta emulando a Ibáñez y a partir de ahí ya todo dibujo trajo una narración. O al revés. El delfín de la novela gráfica en España ha biografiado a Joselito o ha llevado al cómic toda la monumentalidad de La guerra civil española de Paul Preston. Ha inventado una tira gráfica basada en el palíndromo y la actualidad: 'la palindrotira'.
Almudena Cid: gimnasia y autoficción
La ex gimnasta vitoriana ha creado toda una saga a partir de su 'alter ego', la joven Olympia. La dureza de la gimnasia -pero también la vida que transcurre junto a ella- aparece reflejada en las aventuras de Olympia, una colección que va ya por su entrega 14. Pero Almudena Cid no ha abandonado el deporte, en tanto que enseña trucos a las gimnastas en el epílogo de cada libro.
Manuel Montalvo: el hombre que venció a la noche
Manuel Montalvo ha vivido en un tiempo y en un país, en una ciudad y en unas noches que quizá sean las más nuestras. Nuestro autor lleva tatuado en su cuerpo y en sus libros la realidad de qué crudo es vivir. Es un escritor que lo ha experimentado todo y lo cuenta, sin los remilgos de quien cree que la escritura como tal tiene que venir acompañada de virtudes redentoras.
Maite Pagaza: que la memoria disuelva la venganza
La escritora y política ha hecho de la paz y la palabra un modo de vida con el que sobrellevar la tragedia terrorista, que le golpeó tan de cerca. El conocimiento y la escritura son memoria, y el futuro se puede afrontar con buen humor. Del ensayo a la columna, Pagaza se nos sale de horma por su Operación Cochinillo, novela entre policíaca y berlanguiana ambientada en los estertores del zapaterismo.
Quico Taronjí: naufragar y contarlo
De presentador de televisión a náufrago en el Mediterráneo media un abismo y hay que salirse de varias hormas. Es lo que hizo Quico Taronjí a lomos de un kayak con velas y pedales con el que intentó unir Algeciras y Estambul. Hombre del tiempo, televisivo y lírico, su paso por la gran mayoría de las cadenas autonómicas le dio una plurirregionalidad que saludamos. Cerca de la quimera y de la muerte, su aventura sólo podría escribirse como un cuaderno lírico de bitácora.
Eloísa Gómez-Lucena: viajar con historia y retranca
Nuestra perfilada, documentalista concienzuda, ha optado por redescubrir América en la forma de los exploradores del siglo XVI. La documentación histórica que hace de cada viaje la complementa con la interacción directa con el paisaje y el paisanaje. Viaja, y lo cuenta, con las antenas del humor abiertas. Así el viaje es más viaje.
María Sánchez: el feminismo en el campo
Frente a un feminismo que se foguea en las redes sociales, María Sánchez sabe que fuera de las ciudades el agro es un apriorismo sin media reflexión. Le afecta la etiqueta publicitaria de "La España vacía", que ve como puro márketing de urbanitas de domingo. Es una heredera de Delibes que ha venido a darle voz al campo.
Daniel Fopiani: infantería negra y gaditana
Este sargento de Infantería de Marina, curtido como jefe de los Equipos Operativos de Seguridad de la Armada por coordenadas tan poco recomendables como el Golfo Pérsico o Irak ha hecho de la ciudad más antigua del Occidente, Cádiz, un escenario negro. Allí donde la mitología se enreda con los vientos, y las coplas y las historias están en el aire.
Álvaro García: fondo de pista
Es poeta y tenista, y el tenis figura en su obra y en su vida como una presencia recurrente sobre la cual baila, canta, escribe y resuena toda una leyenda literaria sostenida sobre una raqueta. García sabe divertir con la poesía, como los rockeros clásicos. Que los premios más prestigiosos lo avalen, que sea el dilecto de los Pombo, los Villena y así es lo de menos.
Valérie Tasso: el sexo hecho dietario
Desde que en las televisiones privadas empezó a hablarnos de sexo, la España que tenía aún los resquemores del landismo aprendió que antes de las suecas y la depilación estaba, por ejemplo, el Kamasutra. Con varias carreras, Tasso deja la horma y se presenta así: Valérie Tasso, escritora y sexóloga.
Pepe Bárcena: la musa y el mandil
Desde el lejano 1 de mayo de 1974 en que entró de camarero al Café Gijón y ha ido llevando una contabilidad literaria y memorialística de un establecimiento que es casi "el mejor teatro de Madrid". También destaca su incansable labor de escritor en géneros plurales, del artículo al aforismo, de la novela castiza a las memorias plurales. Bárcena -en singular- sigue al pie del cañón.
Lorena Franco: actriz con sangre en los libros
Actriz y modelo. Tiene esa belleza mediterránea de ojos grandes que ven el mundo del cine como un abecedario de mil vidas que, por qué no, nutren a la escritora que fue primero consagrada por Amazon. Era cuestión de tiempo que la poderosa industria del cine indio, eso que llaman Bollywood, tuviera en su reparto a esta escritora.
Alberto Martín-Aragón: filmar al maldito
Ganó un premio literario en el que el jurado lo creyó disléxico y argentino. En 2014 se dio cuenta de que con una inversión ridícula se podía hacer cine independiente. El escritor se salió de horma cuando en festivales de Los Ángeles o Calcuta empiezan a premiarle sus creaciones audiovisuales. Ahora se le ve con gabardina por su Madrid.
Pepe Mel: el míster letraherido
Su paso por un equipo como el Betis le dejó ese talante renacentista que impone el escudo verdiblanco: desde Sánchez Mejías a Joaquín, en el Betis son de dedicarse a actividades plurales. Mel es un apasionando de la Historia, y sus libros siempre tienen ese carácter de la Historia más oculta, que es la que más seguidores tiene.