Juan Domingo Aguilar

Esdrújula Ediciones. Granada, 2018. 84 páginas, 10 €

La poesía de Juan Domingo Aguilar (Jaén, 1993) templa un acero de fragilidad y fiereza, con un ritmo de sangre orquestado con rabia desde la melancolía de vivir. La chica de amarillo es un regreso a las ruinas de un fracaso sentimental, desde un punto de vista masculino que no oculta su sombra vulnerable y la sabe acoger, porque "antes del verano abrazarte en Granada era suficiente". No transparencia, sino nitidez de fulgor fotográfico entre los escombros de la cotidianeidad abolida.



"Las bibliotecas son como los tanatorios" o "Siglo XXI" son poemas de clave original y hondura de grieta; "Paternidad", desgarrado y doliente, sorprende por su herida en un hombre joven. Pero a partir del revelador "Primer mundo" nos abrimos a otros horizontes: el dolor abandona su pequeña intimidad biográfica y diluye fronteras. Un gran poema sobre el maltrato es el devastador "Todos los vestidos/ Todas las mujeres". "Escribo sobre lo que conozco", afirma. Poética y verdad, dolor, belleza.

Por error

Dos habitaciones separadas

Las paredes transparentes tú y yo

Encontrarnos en un concierto



Por la calle en una foto de Facebook



Un correo electrónico por error un

poema



Por error volver a llamar

por error la vida amigo y mejor que

te acostumbres