Axel Voss, ponente de la reforma europea de los derechos de autor
Pocos segundos después de las 13 horas, de pie ante su escaño y visiblemente aliviado, el eurodiputado popular Axel Voss ha celebrado el resultado de una de las votaciones más encendidas de los últimos años en el Parlamento Europeo: la reforma de la normativa comunitaria sobre los derechos de autor que él ha liderado como ponente, y que pretende otorgar más control y remunerar de manera más justa a los creadores cuyas obras son difundidas a través de Internet, ha sido finalmente aprobada. Si continúa los trámites necesarios hasta convertirse en directiva, será vinculante para los 28 estados miembros de la Unión Europea y sustituirá a la actual normativa comunitaria, en vigor desde 2001, cuando Internet apenas se parecía al complejo ecosistema que es hoy.Con 438 votos a favor, 226 en contra y 39 abstenciones, el texto ha salido adelante después de haber pasado toda la tarde del martes sometido a debate y enmiendas en la eurocámara. Esta era la segunda oportunidad (y probablemente la última, debido a la proximidad de las elecciones europeas de mayo de 2019) de que la propuesta fuera aprobada en el pleno del Parlamento Europeo, después de que el pasado 5 de julio la eurocámara la rechazase por 318 votos en contra, 278 a favor y 31 abstenciones.
Dos artículos han centrado casi todas las disputas y enmiendas. El más polémico, el 13, obliga a las plataformas tecnológicas que almacenan y difunden de manera masiva contenidos subidos por los usuarios, como YouTube (perteneciente a Google), a establecer "medidas efectivas y proporcionadas" para evitar que sus usuarios cometan infracciones al difundir contenidos protegidos por derechos de autor. De lo contrario, estas plataformas serían las responsables de dichas infracciones, lo que en la práctica obligará a revisar los contenidos antes de su publicación mediante filtros automáticos para rastrear posibles infracciones de los derechos de propiedad intelectual.
Recientemente, YouTube puso en marcha una herramienta, Content ID, que analiza automáticamente los vídeos subidos por los usuarios y, en caso de encontrar material protegido por derechos de autor, contacta con ellos para ofrecerles su retirada o una compensación económica. Sin embargo, la reforma abre la puerta a que esa revisión se lleve a cabo a priori y por parte de filtros automáticos que, según los opositores a la medida, podrían pecar de excesivos y bloquear contenido legítimo.
Además, la reforma plantea que las plataformas paguen licencias por la difusión de estos contenidos, como hacen otras compañías, por ejemplo Spotify. En este sentido hay que tener en cuenta que YouTube es la plataforma más utilizada para oír música gratis en internet (como ya determinó en 2016 un informe publicado por la Federación Internacional de la Industria Fonográfica).
Otro artículo controvertido de la reforma es el 11, que permitirá a los medios de comunicación online reclamar compensaciones a las plataformas digitales en las que se compartan sus artículos íntegra o parcialmente, como Google News (que ya optó por cerrar su versión española cuando se implantó en nuestro país la "tasa Google").
Los detractores de la nueva normativa, entre ellos el Partido Pirata, aseguran que la nueva normativa pretende establecer un control excesivo sobre Internet, una suerte de censura previa, y han llevado a cabo en los últimos meses una intensa campaña contra la reforma que incluyó el acoso telefónico o por correo electrónico de los eurodiputados favorables a la reforma. Por su parte Wikipedia, la mayor enciclopedia colaborativa del mundo, cerró su página web temporalmente en las vísperas de la primera votación en señal de protesta y de nuevo ha mostrado en su rechazo a la reforma este mismo miércoles en su versión italiana, con un mensaje en el que asegura: "Wikimedia (empresa matriz de Wikipedia) defiende una ley que salvaguarda el dominio público y no obliga a prefiltrar los contenidos de manera ineficaz". Todo ello a pesar de que Voss, adalid principal de la reforma, haya reiterado una y otra vez que la reforma no afectaría a Wikipedia.
La oposición a la reforma ha unido a grupos políticos y lobbies que normalmente se encuentran enfrentados en el resto de temas. Así, los defensores del llamado "Internet libre", la izquierda europea o el Partido Pirata sostienen la misma postura que gigantes empresariales como Google o Facebook.
En nuestro país, las posturas de los distintos partidos políticos son diversas tanto a izquierda como a derecha. PP y PSOE están a favor de la reforma, mientras que Ciudadanos, Podemos, Izquierda Unida, Esquerra, Equo, PDeCat y PNV se han manifestado en contra. El ministro de Cultura español, José Guirao, ha reiterado estos días su apoyo a la reforma y se ha reunido con los eurodiputados españoles para "intentar unificar el sentido del voto" en medio de una campaña "muy intensa" en la que "ha habido muchas fake news", según declaraciones del ministro recogidas por Europa Press. Además firmó una declaración conjunta con otros ministros de Cultura europeos, entre ellos los de Francia, Alemania y Grecia, en la que pedían el voto a favor.
Tras la aprobación de la propuesta, el texto será sometido a negociación entre el Parlamento, la Comisión y el Consejo europeos para su redacción definitiva como directiva, que tendrá que ser votada de nuevo por el Parlamento.