Care Santos

Autora de diez novelas, la más reciente, Media vida por la que obtuvo el Premio Nadal en 2017, Care Santos (Mataró, 1970) regresa a la ficción de la mano de Todo el bien y todo el mal (Destino), la primera parte de una bilogía que continuará en 2019 con Seguiré tus pasos. Ambas historias se relacionan y se complementan e indagan en la complejidad de las relaciones familiares y personales.



"En un primer momento pensé hacer con ello una sola novela -explica la escritora que confiesa que el segundo libro nació antes que el actual-. Una historia del pasado y una historia del presente. Pero vi que era demasiado, que no podía condensar tanto en una sola novela y que era desaprovechar ambas historias". De modo que se propuso dividirlas y dejarlo todo en dos libro. "Creo que es mejor idea".



Mientras que en Seguiré tus pasos la autora se centra en la historia del abuelo de la protagonista de Todo el bien y todo el mal, en esta desarrolla el relato de una mujer exitosa que, incomunicada en un aeropuerto por una ola de frío, se verá obligada a enfrentarse a sí misma, después de que una llamada irrumpa en su vida. Reina, así se llama su personaje principal, es una mujer fuerte que lo tiene aparentemente todo, un buen trabajo, una situación familiar tranquila, un hijo ya casi mayor de edad y un amante al que se ha llevado a su último trabajo. "Está en ese punto de que se aburre de que todo vaya bien -explica Santos-. Pero justo cuando está en París por trabajo le llaman de casa para darle una noticia tremenda y es que su hijo se ha intentado suicidar. A partir de ahí tiene que recolocar su vida entera. Primero reconstruirse a sí misma, luego tratar de entender y de enfrentarse a ello".



Confiesa divertida Care Santos que le asombra, no obstante, la poca simpatía que suele despertar, en un primer momento, su protagonista a sus lectores. "No lo había previsto. Sobre todo al principio, luego ya les va conquistando, pero me sorprende estas primeras impresiones que estoy recibiendo, me sorprende que les caiga mal", comenta con una sonrisa.



Sobre Reina cuenta la escritora que ha construido un personaje "muy masculino". "Su misma manera de estar en el mundo lo es. Ella es una mujer que gana mucho dinero, que lleva su casa, que viaja constantemente, que sí, que ha sido madre, pero es una madre que no es abnegada, que viaja con sus hijos y que cuando ocurre un problema cree que lo va a solucionar en dos patadas. Toda su manera de vivir es, no sé si muy masculina -matiza-, o muy poca femenina".



Una maternidad real

Todo el bien y todo el mal es también, además, una vuelta al concepto de la maternidad. "Creo que desde que las mujeres hemos empezado a hablar de nuestros asuntos hemos mostrado su imagen real -analiza Santos-. La maternidad es de todo menos idílica, todas las que somos madre lo sabemos. Es difícil, es incansable con una vida profesional, es difícil de compaginar. Y por tanto las madres somos mujeres a veces histéricas, a veces desbordadas, a veces muy culpables... y esa es la verdad". En ese sentido, añade, "creo que muchas mujeres se van a sentir muy identificadas con el personaje de Reina a pesar de no haber tenido que enfrentarse nunca a un problema tan grave".



Contra las miradas parciales, los juicios injustos, la situación de la mujer en los juzgados y las decisiones de paternidad y maternidad, Care Santos muestra su lado más reivindicativo y subraya que precisamente "novelas como estas ayudan a que algunos magistrados entiendan que las cosas a veces son distintas. Porque otro de los problemas que nos estamos encontrado -indica- es que todos, o la mayoría de quienes están valorando y juzgando a las mujeres, son hombres. Eso es un problema que tenemos en general, en la sociedad, y que tenemos que ir adaptando a un cambio de mirada. Y desde luego quien mejor nos ayuda a cambiar la mirada es la literatura. Para eso sirve. Yo le enviaría un ejemplar a cada uno", señala. "Los escritores predicamos poco en el desierto pero predicamos. No nos cansamos de predicar".



No obstante, aclara que su novela es una historia "llena de hombres por todos lados" y que, de hecho, eso formaba parte del planteamiento inicial, apunta. La reflexión sobre la paternidad está, por tanto, muy presente también. "Tampoco es una paternidad fácil por culpa de ella otra vez. Hay dos padres, cada uno viviéndolo a su manera, y es la paternidad perversa, obsesiva, que lo quiere ser a toda costa, dominante".



Madre de tres hijos, autora también de literatura juvenil, cuenta que "tenía muchas ganas para escribir la novela sobre adolescentes que no pueden leer los adolescentes". La adolescencia, opina, "es una etapa enormemente convulsa donde ocurren muchas cosas y el sentimiento de soledad es una de esas cosas. Es lo que le ocurre a Alberto -el hijo de su protagonista-. Hay un detonante y eso explota".



@mailouti