Francisco Javier Pérez, Darío Villanueva, Víctor García de la Concha y Ana Rosa Semprún durante la presentación de esta mañana
"En general, un libro de estilo lo tenemos asimilado a la prensa, donde es un código interno de la redacción que tiene la personalidad del propio medio e incluye, además de las pautas de redacción, ciertos principios éticos", ha asegurado esta mañana el exdirector de la Real Academia Víctor García de la Concha en la presentación del primer Libro de estilo de la lengua española, volumen que ha coordinado. "Sin embargo, este volumen tiene poco que ver con esa definición. Nosotros tomamos la de la RAE, que define estilo como manera de escribir o hablar". Por tanto, es para "transmitir a todos los hispanohablantes las directrices de la Academia en lo referido al uso de la lengua" para lo que nace este Libro de estilo editado por Espasa con una tirada inicial de 10.000 ejemplares, "un manual de corrección y estilo del español donde se muestra la evolución que en los últimos años han experimentado ciertas cuestiones gramaticales, ortográficas y léxicas, con especial atención a la escritura digital".Hasta el año 2001 retrocedió García de la Concha para hablar de los primeros pasos de este volumen, que fue propuesto por el académico y escritor Francisco Rico en el II Congreso de la Lengua celebrado ese año en Valladolid. "Pero nos dimos cuenta de que antes era necesario crear un código, unas herramientas, y de ahí los manuales de fonética, gramática y ortografía, o la a 23.ª edición de Diccionario de la lengua española que han sido publicados en estos años". Ahora por fin ve la luz este proyecto en el que han trabajado la lexicógrafa Elena Zamora o los académicos Ignacio Bosque y Pedro Álvarez de Miranda, entre muchos otros. "La lengua es poder del pueblo, de los hablantes, es algo vivo y mutante. Actualmente hay 60 millones de consultas del diccionario al mes, lo que da prueba de la efervescencia de nuestra lengua. Cuando publicamos los grandes códigos, sabíamos que, a expensas de actualizaciones, claro, quedaba fijada la norma", ha explicado García de la Concha, que ve este volumen como un paso más en esta dirección.
También, al igual que el resto de manuales citados, el Libro de estilo "se ha elaborado conforme a la norma panhispánica, siguiendo un principio policéntrico. El español es una lengua con poderosa unidad, pero que tiene modalidades diferentes que deben ser atendidas por igual", ha puntualizado el actual director de la institución Darío Villanueva, que lo ha definido como "un libro muy práctico y didáctico pensado para ayudar a los usuarios". En este sentido de unidad del español se ha manifestado Francisco Javier Pérez, secretario general de la ASALE al decir que "esta obra está hecha para todas las naciones que tienen el español como lengua. Supone el fin del purismo en favor de la discusión, busca plantear o describir usos, nunca sancionarlos. Recomienda, no impone, y si alerta sobre alguna desviación no lo hace de modo dogmático", ha insistido el venezolano. "Es, en fin, un libro que no pontifica, no es dogmático ni purista y recoge las normas como un haber útil y común de todos los hablantes".
Polémicas de actualidad
Por ello, "lo que hace este Libro de estilo es atender a las dudas más frecuentes que existen hoy entre los hablantes", ha explicado García de la Concha. "Por ejemplo, la duda entre sexo y género, muy presente hoy por el auge del feminismo y la lucha por los derechos de la mujer. En este caso, se trata de una contaminación estadounidense, que fue el primer país en hablar de estudios de género. Pero en España, las personas tenemos sexo, que es una propiedad orgánica, y las palabras tienen género, que es una propiedad gramatical", ha mantenido.Tras esta introducción en dudas frecuentes y de actualidad, el Libro de estilo de la RAE continúa profundizando en varios aspectos de consulta rápida como la españolización de extranjerismos o el uso de siglas, símbolos y abreviaturas. "También recoge grandes estudios, como el dedicado a la ortotipografía, la ortografía de la escritura no manual, algo imprescindible en los tiempos actuales donde la mayor parte de la ortografía ya es digital", asegura García de la Concha. Por su parte, el exdirector ha puesto especial énfasis en el apartado de pronunciación y elocución, "que afecta tanto a cuestiones fonéticas como la velocidad, las pausas, el acento o el ritmo de la expresión oral. Dominar todas estas cuestiones dota a la lengua de belleza, armonía y comprensión".
Pero una de las puntas de lanza de este volumen es el apartado referido a la escritura digital, que "está cambiando radicalmente el mundo de la comunicación con multitud de posibilidades nuevas como las imágenes con texto. Las plataformas de comunicación digital han creado nuevas modalidades de comunicación, como los tuits, los wasaps o los posts de Facebook que reclaman orientaciones de estilo que este manual facilita con pautas de redacción. Porque los emoticonos o los memes solo son la punta del iceberg", advierte. Para García de la Concha es imprescindible tener claro que existe un plano coloquial, el de las redes y el wasap, que no debe confundirse con el profesional o el académico. No obstante, cualquiera que sea el registro, entiende que "hay una norma general que la escritura digital debe respetar guardando fidelidad a la gramática, la ortografía y el resto de reglas".
Recuperar la sensibilidad
Este libro supone el primer acercamiento de la Academia a la cultura de internet y la forma que tienen los hablantes de expresarse en las redes sociales, algo que no se había dado antes en ninguna compilación normativa de la RAE. Cierran el volumen, un capítulo sobre cómo aprovechar el diccionario, que "no sirve solo para resolver una duda ortográfica, sino que ofrece mucha más riqueza y además crea norma debido al uso", y otros "aspectos muy útiles de uso cotidiano y no académico" como modelos de conjugación o la tabla de los ordinales.Para finalizar García de la Concha ha justificado la aparición de volúmenes como este asegurando que "en la Academia creemos que la lengua no plantea un problema únicamente de elegancia o de uso social. Hace un siglo, Ortega y Gasset decía que la España caída no necesitaba una regeneración política, sino de sensibilidad, algo que solo se logra mediante el cuidado de la palabra". Esto, con todos los respetos al Parlamento, sea cual sea, pues esta casa tiene por costumbre no entrar en política, es muy pertinente hoy".