El hispanista estadounidense Gabriel Jackson ha fallecido el pasado domingo a los 98 años en Ashland (Oregon), donde residía. Autor de decenas de libros sobre la Segunda República Española y la Guerra Civil, el escritor era una de las máximas autoridades en la materia y, junto a otros historiadores extranjeros como Hugh Thomas o Herbert R. Southworth, ayudó a reconstruir nuestra memoria sobre los pasajes más convulsos de nuestra historia reciente.
Nacido dentro de una familia judía el 10 de marzo de 1921 en Mount Vernon (Nueva York), Jackson se graduó en 1942 con una licenciatura de Historia y Literatura en el Harvard College, donde también formó parte del Consejo Estudiantil y actuó como solista de flauta en la orquesta de la universidad. Fue en esta institución donde recibió una beca que le llevó a México en el mismo 1942 y donde entró en contacto con la cultura española y con los exiliados republicanos.
Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó como intérprete fotográfico y cartográfico en el ejército de Estados Unidos en el frente del Pacífico. En 1950 obtuvo una maestría de la Universidad de Stanford con una tesis sobre las reformas educativas de la República española. Discípulo de Jaime Vicens Vives y Pierre Vilar, se doctoró en la Universidad de Toulouse en 1952 con la lectura de Joaquín Costa et les grands problèmes de l’Espagne moderne, una tesis sobre la figura de Joaquín Costa escrita bajo la guía de Jacques Godechot.
En 1952 regresó a EE.UU., donde fue perseguido por el macartismo debido a sus ideas de izquierdas. Fue profesor para Wellesley College (1955-1960), Knox College (1962-1965) y la Universidad de California en San Diego (1965-1983). Aunque es considerado autoridad en el periodo de la Segunda República Española y la Guerra Civil Española, también reflexionó sobre los problemas económicos de entreguerras, el auge del fascismo y el conflicto entre democracia y totalitarismo. Jackson defendió con tesón la figura de Juan Negrín.
Jubilado, en 1983 se mudó a Barcelona donde pasó 26 años, obteniendo la nacionalidad española en 2005. Cinco años más tarde, regresó junto a su hija a Oregón, donde ha fallecido. "Hay rasgos violentos en el carácter humano y es más frecuente el esfuerzo de manipular la historia que de aprender del pasado", aseguraba en una entrevista en El Cultural en 2001. "La enseñanza de historia en las escuelas de todos los países tiene la tarea de crear patriotas, no seres humanos".
Sus libros más destacados son La República española y la guerra civil, Introducción a la España medieval, Aproximación a la España del siglo XX e Memoria de un historiador. También escribió tres novelas y una breve biografía de Mozart.