La periodista Anna Pacheco (Barcelona, 1991) debuta en la novela con Listas, guapas, limpias, un relato de iniciación de aparente sencillez que esconde algunas cargas de profundidad en su retrato de la generación millenial y de sus contradicciones. En él, la protagonista se enfrenta con ingenuidad, humor y cierto desamparo a un proceso acelerado de maduración al entrar en la universidad y descubrir un mundo nuevo en el que los compañeros de clase no viven hacinados en minúsculos pisos del extrarradio sino en casas señoriales; las conversaciones giran en torno a películas y bandas de trap cuya existencia ignoraba hasta entonces, y los libros se compran en magníficas librerías y no en el Carrefour.
Implacable en su retrato de una joven que busca su lugar en el mundo, Pacheco recuerda en algunos tramos del relato, por el desclasamiento y la mala conciencia social de su protagonista, al Marsé de Últimas tardes con Teresa y a la Sally Rooney de Conversaciones entre amigos, y, en su feminismo y su mirada a la vida familiar y al pasado, a la Gornick de Apegos feroces pero sin su profundidad ni su nostalgia, aunque resulten impagables los retratos de ese padre serio, “de seis o siete palabras por hora”, de Yaiza, la amiga de la infancia, o de la mejor amiga de su abuela, “Luludearriba”. Un relato que promete al lector horas felices en libros venideros, porque este primero descubre una deasenfadada voz.