Con las librerías cerradas, las ferias pospuestas y los lanzamientos aplazados sine die, el sector editorial, teme por su futuro y reclama a las instituciones medidas concretas para paliar el impacto de la actual crisis provocada por la pandemia de Covid-19, como expresaron en El Cultural hace unos días algunos de sus principales representantes —al igual que todas las ramas de la industria cultural—. Ahora, el conjunto de los editores europeos ha hecho piña a través de la Federación de Editores Europeos (FEP, por sus siglas en inglés) y ha lanzado un llamamiento a las instituciones europeas para que adopten medidas.
A través de una carta enviada por el presidente de la FEP, Rudy Vanschoonbeek, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a la Comisaria de Cultura Mariya Gabriel, al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y a la presidenta de la Comisión de Cultura, Sabina Verheyen, así como al resto de miembros de la comisión, ha hecho un llamamiento urgente para reclamar la ayuda de Europa al sector del libro. “El impacto de la actual crisis en la industria cultural no tiene precedentes y es más grave que en otros sectores económicos por una razón muy simple: la cultura se basa en las relaciones sociales en librerías, cines, teatros, museos. Las medidas llevadas a cabo con el fin de limitar la propagación de la epidemia consisten esencialmente en reducir esas relaciones. La industria editorial se ve gravemente afectada por la crisis sanitaria y necesitará una serie de medidas de apoyo para sostener un sector tan próspero capaz de contribuir a la economía y a la sociedad en general”, explican.
Los editores europeos recuerdan que, a pesar de las graves dificultades financieras y logísticas, están apoyando a la sociedad “con muchas iniciativas durante la crisis, como por ejemplo las editoriales comerciales que promueven campañas de "lectura en casa" y apoyan a las librerías o numerosas editoriales educativas que apoyan a los colegios con sus contenidos digitales y plataformas didácticas”, entre otras.
Ante la actual situación, los editores europeos solicitan una ayuda real y urgente. “Pedimos a todos los Estados miembros que apoyen a sus autores, editores y libreros con una serie de medidas. Pero la Unión Europea también tiene un papel que desempeñar. Es esencial actuar con rapidez: el efecto de la crisis es inmediato, ya que las fuentes de ingresos y el flujo de caja se han detenido de manera repentina, lo que implica una grave escasez de liquidez para el sector. Nuestro sector necesita tanto medidas inmediatas, con cargo al presupuesto actual de la Unión Europea, como medidas a medio plazo para permitir que la industria reanude su actividad una vez que la situación cambie”.
Entre las medidas inmediatas, la Federación Europea de Editores apunta la necesidad de renovar rápidamente el actual instrumento de garantías financieras destinado a los sectores creativos para cubrir las necesidades de liquidez de las empresas de la cadena del libro durante este periodo de crisis. “Pedimos al Banco Central Europeo que dé instrucciones a los bancos para que empiecen a conceder préstamos a las editoriales y otros interesados del sector con carácter prioritario”. Asimismo, han solicitado incrementar el presupuesto dedicado al programa ‘Europa Creativa’ al doble de lo que existe actualmente, en línea con lo aprobado por el Parlamento Europeo en la pasada legislatura de la UE, y el dedicado a ‘Horizon Europa’, destinados a la innovación. “Si se deja a las industrias creativas solas en la inversión en I+D+i al principio de una crisis dramática, el riesgo de debilitar la competitividad de la industria europea en el mercado global es muy elevado. Instamos a que se preste un apoyo importante a la innovación, dedicado a todo el espectro de sectores creativos”.
Además, los editores europeos piden una serie de medidas a medio y largo plazo como la puesta en marcha dentro de 'Europa Creativa' de un programa específicamente dedicado al sector del libro con fondos y alcance similar a los del programa 'Media' para la industria audiovisual. “Tradicionalmente nuestro sector nunca ha sido subvencionado, y pretendemos volver a esta situación lo antes posible. Sin embargo, hoy en día necesitamos ayuda para poder sobrevivir y reiniciar las actividades”, señala Vanschoonbeek en su carta dirigida a las altas instancias de la UE.
Otra de las medidas solicitada es la "aplicación plena y justa" de la Directiva sobre los Derechos de Autor: "Es más importante que nunca que no se vean en peligro o comprometidos los objetivos clave de la Directiva por transposiciones no coordinadas que puedan limitar la responsabilidad de las plataformas, impedir el desarrollo de un mercado único digital de licencias en diferentes contextos, ampliar las excepciones más allá de los límites equilibrados establecidos por la Directiva y/o reducir los casos en que se remunera a los titulares de los derechos. Pedimos a las instituciones de la UE que recuerden que necesitamos un Mercado Único Digital que sea justo, en el que las industrias creativas europeas puedan prosperar”.
La pasada semana el sector del libro español, a través de la Asociación de Cámaras del Libro de España, ya expresó su preocupación por los efectos que esta crisis pueda tener sobre el sector. Consideran que existe un riesgo cierto de que muchas de las empresas que conforman el tejido del sector no puedan superar las dificultades económicas que esta crisis sanitaria están creando. El cálculo realizado por el sector del libro señalaba que la paralización de la actividad podría suponer la reducción en un tercio de la facturación del sector del libro en España, entorno a mil millones de euros, 800 provenientes del mercado interior y 200 del mercado exterior del libro. "No obstante, la prolongación del impacto y la lentitud de la recuperación empiezan a dibujar un escenario todavía más alarmante de pérdida de un 50%", señala la Federación de Gremios de Editores de España.