"La gente humilde que vive en las grandes ciudades será quien más va a sufrir la crisis, esta es la parte más trágica de la pandemia de coronavirus", asegura la socióloga, economista y ensayista Saskia Sassen (La Haya, 1949), merecedora en 2013 del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, en conversación con el Foro de la Cultura de Burgos, a cuya cuarta edición, dedicada al cambio climático, acudirá entre los próximos 13 y 15 de noviembre. "Los más débiles, los que no tienen vivienda, son quienes, en mayor medida, van a morir y sufrir las consecuencias económicas", afirma.
La ensayista, que acaba de publicar el libro Cities at War (Ciudades en guerra. Columbia University Press 2020) junto con su colega la académica y analista política británica Mary Kaldor, insiste en que "si todas las clases sociales tuvieran el mismo nivel de riesgo, el coronavirus sería un poco más aceptable que si la gran mayoría de los pobres terminan siendo víctimas", pues considera que "casi ningún rico se ve afectado, y eso me parece profundamente triste e inaceptable. La gente pobre ya ha sufrido demasiado". A pesar de todo, Sassen considera que "hay elementos para la esperanza, como la heroicidad del personal sanitario".
A nivel más genérico, Sassen recuerda que "debemos enfrentarnos a un actor invisible que ha entrado en nuestras vidas de forma silencios y por sorpresa, y contra el que no tenemos instrumentos de defensa". Sin embargo, también recuerda que "algunos especialistas dicen que sabían que esto podría pasar, pero no está del todo claro".
Sobre cómo están gestionando la crisis los líderes mundiales, la socióloga afirma que "en China, en Wuhan, lo hicieron bien. En Italia y en España primero dijeron a la población que no se preocupara y mira ahora… Pero lo más triste es lo de Estados Unidos a donde llegó más tarde. Son increíbles las estupideces que dijo Trump al principio, cuando ya sabía de las horribles consecuencias que la pandemia estaba teniendo para otros países".
Finalmente, Sassen, también especialista en urbanismo, señala que la influencia que esta crisis va a tener en las ciudades es, "claramente masiva: ahora estamos todos encerrados y cualquier otro ser humano es una potencial amenaza. Pero también sabemos que esa amenaza no es permanente. Es una curva que tras subir y subir durante un tiempo, en cierto punto se estabiliza hasta ir desapareciendo. Nunca se ha pensado detenidamente en qué estamos haciendo como sociedad, en cómo vivimos. Ahora, el coronavirus, igual que el cambio climático, por ejemplo, nos invitan a pensar globalmente". Y concluye, "¿te imaginas si Alfred Hitchcock estuviera vivo? Generaría un filme extraordinario sobre el coronavirus".