Leonardo Padura y la herida del exilio
Su novela 'Como polvo en el viento' es la más analítica y emocionada recreación de la vivencia del destierro nunca escrita en castellano
30 septiembre, 2020 09:01Una ritual celebración onomástica reúne en 1990 a un grupo de jóvenes amigos en una casa a las afueras de La Habana. Las antiguas raíces de camaradería se fracturarán al poco, cuando un miembro del Clan —según se denominan a sí mismos— muere de forma inexplicable y otro desaparece. De ahí parte la trágica historia de una docena de personajes de ayer a quienes se añaden otros cuantos de nuestros días que Leonardo Padura (La Habana, 1955) teje en Como polvo en el viento. Incontables adversidades y graves conflictos suceden a los actores de un drama coral, de alcance colectivo aunque estén bien individualizados en sus pulsiones particulares.
Profesionales acreditados componen en su mayoría el grupo, pero alguno tiene origen humilde; junto a los técnicos está un artista raro; diversos se manifiestan también en su fogosidad erótica que va de la sexualidad tradicional a la homosexualidad; muestran además actitudes diferentes ante el sistema político revolucionario en que han vivido… La suma de tales rasgos proporciona una imagen generacional que coincide con la promoción del propio autor. Con ello la novela pone de relieve los retos vitales de quienes nacieron al conquistar Fidel el poder en 1959. No restringe Padura, sin embargo, la problemática a ese sector demográfico sino que lo amplía hasta abarcar a los descendientes, los jóvenes en nuestro siglo. No por casualidad comparecen en la novela también los nietos del Clan recién venidos al mundo. De este modo, consuma el autor la gran novela cubana del dilatado tiempo histórico regido por el castrismo.
Este empeño de cuya ambición dan cuenta primera las casi 700 páginas del libro, se ahorma en un relato psicologista y en una historia de intriga que, a su vez, sirven para desarrollar dos asuntos principales estrechamente vinculados, un testimonio histórico social de la dictadura y una indagación en la experiencia del exilio. En el retrato de interiores revela Padura una extraordinaria capacidad para mostrar un amplio abanico de seres conflictivos, de densa problemática, de complejos pensamientos y vivencias. Los desmenuza en delgados matices solo al alcance de un buen observador del alma, de un escritor capaz de ahondar en nuestra naturaleza, de detectar la esperanza, la alegría, el dolor, el miedo, la bondad, la perfidia, la crueldad o la ternura y de saber recrearlo con viveza y plasticidad. Varios de esos seres que se mueven entre la impiedad, el egoísmo, el encanallamiento moral, el fraude, la generosidad o el candor constituyen una galería de tipos literarios memorables.
'Como polvo en el viento' es la más analítica, sentida y emocionada recreación de la vivencia lacerante del destierro nunca escrita en castellano
Unos más que otros, y todos en conjunto, los protagonistas ofrecen un retablo de lo humano magnífico. El cañamazo de personajes de dramáticas peripecias, apoyado en un suspense que mantiene expectante la atención hasta el final, sirve de excipiente a la doble gran cuestión ya señalada. El testimonio sociopolítico es contundente, y refuta las acusaciones contra Padura —la más reciente, la del implacable Antonio José Ponte— de complicidad con la dictadura caribeña. Menudean tanto en la novela los datos de represión, miseria, privaciones, fanatismo ideológico y futuro sin horizonte que valen por un demoledor documento de los resultados del castrismo. Lo que ocurre es que Padura se atiene a señalarlo y evita el alegato.
Consecuencia de tal situación es el exilio, adonde van a parar casi todos los miembros del Clan, diseminados por medio planeta. Quizás sea Como polvo en el viento la más abarcadora, analítica, sentida y emocionada recreación de la vivencia lacerante del destierro nunca escrita en castellano. Trasciende la problemática isleña y tiene el valor de metáfora universal del sentimiento de identidad y pertenencia a un lugar. Para cumplir su monumental empresa, Padura abusa un tanto de la prolijidad anecdótica aunque la novela-río que en realidad es el libro tenga el acierto de dinamizar su excesiva y algo fatigosa materia y de darle una impronta moderna mediante abruptos saltos temporales y espaciales.