"Es todo un poco abrumador, no te da tiempo a procesarlo. Entre que te llama el ministro, el jurado, luego los periodistas…no dais un respiro para que uno piense en lo que le ha pasado", asegura entre risas Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966) minutos después de que le anunciaran que es el ganador del Premio Nacional de Narrativa de este 2020 por su novela Totalidad sexual del cosmos (Seix Barral). "Pero estoy muy agradecido y muy feliz, la verdad", resume.
En Totalidad sexual del cosmos Bonilla recupera la figura de Carmen Mondragón, conocida en el mundo cultural como Nahui Olin, una de las mujeres más carismáticas del arte mexicano del siglo xx. Inteligente, intuitiva y con un afilado sentido de la libertad, la pintora y poeta mexicana Carmen Mondragón, más conocida en los círculos artísticos como Nahui Olin, fue una artista excepcional, de enorme carisma y sensualidad. Nacida en México en 1893, vivió en el París de los primeros años del siglo xx, donde conoció a Georges Braque, Henri Matisse o Pablo Picasso. Tras pasar por San Sebastián, se sumergió en la vida artística de México, donde destacó por sus ideas feministas y su actitud provocadora y ecléctica, que la llevaron a interesarse no sólo por la poesía y la filosofía, sino por las matemáticas y las ciencias exactas.
El jurado del galardón concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 20.000 euros, ha elegido la obra del gaditano "por su prosa poderosa y transparente, de rítmica tensión narrativa, y por su análisis sobre la investigación como acto de amor exacerbado", algo que es esencial para el escritor, que "lo que trataba de reflejar era la fascinación de un estudioso que se queda prendado de un personaje al que nadie conoce. La voz que cuenta la novela, la del restaurador Tomás Zurián es tan protagonista como la propia Nauhi Olin".
Como prosigue el acta del jurado, "con el pretexto de recuperar la figura de la artista y poeta mexicana Nahui Olin, el autor habla de su propia condición de letraherido a través de una ficción documental que desdibuja los límites entre cultura y vida". Y es que Bonilla, asegura que le interesaba contar, "no solo la extraordinaria vida de la artista sino también la aventura amorosa que es toda la investigación. Y para eso era indispensable tratar de contagiar esa fascinación por el personaje, una fascinación indispensable, pues sin ella nadie se pasa horas y horas de su vida tratando de rescatar todo lo que hizo otra persona. En toda investigación dirigida por el amor por lo que se está investigando hay un punto de seducción que hace de motor, y se sentimiento es el que me dio el pellizco para escribir la novela", reconoce el escritor.
El arte que vence a la muerte
"Bonilla plantea los diferentes capítulos como renovadas encarnaciones o mudas de piel de Carmen/Nahui, cuyas principales obsesiones son "dejar huella" y tensar al máximo su propia idea de libertad. En el último tercio del libro, descubrimos la verdadera naturaleza de la voz narrativa y así entendemos mejor el tono de enamorado que la caracteriza: en esas páginas, necesarias para que la novela adquiera sentido pleno, la mujer evocada deviene presencia más allá de su propia muerte. Cierro el libro y ando obsesionado con Nahui Olin, y ese es mi juicio definitivo", escribió Nadal Suau sobre la obra.
Esa idea de dejar huella tan presente en la figura de la protagonista de su libro, se cuida Bonilla prudentemente de hacerla extensiva a todo creador. "No puedo hablar en general, porque eso sería pensar que estamos hechos todos de la misma pasta y las mismas obsesiones", argumenta el escritor, aunque sí reconoce que "más allá del yo de cada uno, por gigantesco que sea, sí creo que hay un afán de que el arte o la poesía, como decía los antiguos estéticos, es el único modo que tenemos de vencer a la muerte. Y eso sí creo que está en todas las obras que tengan cierta aspiración de posteridad, esa idea de si no vencer, al menos distraer o burlar a la muerte.
Por último el acta del jurado también destacaba que en la obra del gaditano "la aproximación literaria a un personaje femenino anticanónico e iluminador es modélica y constituye, al mismo tiempo, una reivindicación de las vanguardias que atraviesan la propia escritura a lo largo de toda la obra". En este punto a Bonilla le parece "justo" que los últimos grandes premios como el Princesa de Asturias a Anne Carson o el Nobel a Louise Glück visibilicen la presencia de las grandes escritoras, "especialmente cuando pone de relieve a figuras como Wislawa Szymborska, una poeta imprescindible, o a la cuentista Alice Munro, una de las mejores narradoras del siglo XX", reconoce. "Por ahí se está haciendo una buena labor, que por otra parte tampoco es nada heroica, sino premios evidentes. Discutir la grandeza de estas mujeres es directamente idiota. El momento en que esto deje de ser noticia será una gran noticia".
"Otra cosa muy distinta", puntualiza el autor, "es el pasado, todavía lleno de grandes autoras enterradas de las que se sabe poco o nada. Incluso movimientos tan liberadores como las vanguardias están llenos de mujeres cuyas voces siguen esperando que se las escuche. Todavía hace falta el esfuerzo de ir desentrañando todo ese tesoro enterrado".
Un escritor ecléctico
Licenciado en Periodismo y colaborador habitual en periódicos, revistas de información general y en revistas literarias. Es coordinador de la revista Zut y colabora en El Mundo y JotDown. Es autor de las novelas Nadie conoce a nadie (1996), que fue llevada al cine; Los príncipes nubios (2003), con la que obtuvo el premio Biblioteca Breve, Prohibido entrar sin pantalones (2013) por la que logró el Premio Bienal Mario Vargas Llosa y La novela del buscador de libros (2018), además de la obra premiada.
Y de otra más que está en ciernes, aunque por el momento se niega a dar más detalles, pues "todavía no tengo bien claro hacia donde voy y para qué y creo que mejor no hablar de lo que se está haciendo". Lo que sí publicara en próximamente es un nuevo libro de poemas, que se unirá a la lista que ya conforman Partes de guerra (1994); el libro de poemas para niños Multiplícate por cero (1996); El Belvedere (2002), Buzón vacío (Pre-Textos, 2006), Cháchara (Renacimiento, 2010) o Poemas pequeñoburgueses (Renacimiento, 2016).
Además, ha recopilado sus relatos en los volúmenes El que apaga la luz (1994), La Compañía de los solitarios (1998), La noche del Skylab (2000) y El Estadio de mármol (2005), Je me souviens (2005), Basado en hechos reales (2006), Tanta gente sola (2009) y Una manada de ñus (2013); y ha publicado las recopilaciones de artículos El arte del yo-yo (1991), La holandesa errante (1992) y Teatro de variedades (2002); Academia Zaratustra (1993), un libro de viajes poco convencional; La Costa del Sol en la era pop (2007), un análisis sobre el origen del fenómeno turístico en la zona; El tiempo es un sueño pop: vida y obra de Terenci Moix (2012) o Catálogo de libros excesivos, raros o peligrosos que ha dado a la imprenta Juan Bonilla (2012). Además, ha traducido a A.E. Housman, a J.M. Coetzee, a Edgar Alan Poe y a Joseph Conrad, entre otros.
El jurado, presidido por María José Gálvez Salvador, directora general del Libro y Fomento de la Lectura y actuando como vicepresidenta Begoña Cerro Prada, subdirectora de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, ha estado formado por: Juan Luis Cebrián Echarri, por la Real Academia Española; M.ª Jesús Marina Mayoral Díaz, por la Real Academia Gallega/Real Academia Galega; Juan Luis Zabala Artetxe, por la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia; Sebastià Alzamora Martín, por el Instituto de Estudios Catalanes/Institut d'Estudis Catalans; Luis Gómez Canseco, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Marta Sanz Pastor, por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE); Pilar Castro Pérez, por la Asociación Española de Críticos Literarios; Fernando González Urbaneja, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE); Teresa San Segundo Manuel, por el Centro de Estudios de Género de la UNED; Lorenzo Silva Amador, por el Ministerio de Cultura y Deporte y Cristina García Morales, autora galardonada en la convocatoria de 2019.