La poeta y ensayista Guadalupe Grande, hija única de los poetas Félix Grande y Francisca Aguirre y nieta del pintor Lorenzo Aguirre, ha fallecido en Madrid a los 55 años. "Ella era hija única en una casa abierta, abierta al mundo de los flamencos y de los poetas", ha escrito Antonio Lucas en El Mundo para despedirla. "Un lugar en el mundo donde sucedían cosas sin necesidad de invocarlas. Ese fue el espacio en el que ella comenzó a armar su propio idioma de palabras propias. Y la poesía era la pértiga con la que lanzarse más lejos".
Nacida en Madrid en 1965 y licenciada en Antropología Social por la Universidad Complutense, Grande empezó a escribir poemas desde muy joven y a lo largo de su vida publicó los libros de poesía El libro de Lilith (1995, Premio Rafael Albertí), La llave de niebla (2003), Mapas de cera (2006) y Hotel para erizos (2010). De este último escribía Túa Blesa en El Cultural que poseía un deseo de decir y un sabor poético poco común: "Hotel para erizos viene a ser un refugio para el pasado que revive en el presente, comprimiéndose lo uno en lo otro, una meditación sobre el tiempo, todo es recordar y olvidar, y en ese movimiento lo real, vivido, se transciende en una transfiguración que hace que las palabras ya no sean ellas sino notas de esa música a la que llamamos poesía".
Según sus propias palabras, "la fe en la poesía no puede desfallecer". Autora de una fuerte potencia imaginativa, que se despliega en figuraciones como si se dejase al lenguaje hablar por sí mismo, su muerte ha provocado una gran consternación en el mundo de la poesía española.
Junto a Juan Carlos Mestre realizó la selección y traducción de La aldea de sal, antología del poeta brasileño Lêdo Ivo, y como crítica literaria colaboró desde 1989 en diversos diarios y revistas culturales, como El Mundo, El Independiente, Cuadernos Hispanoamericanos, El Urogallo o Reseña. En 2008 obtuvo la Beca Valle-Inclán para la creación literaria en la Academia de España en Roma. En el ámbito de la edición y la gestión cultural trabajó en diversas instituciones como los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid, la Casa de América y el Teatro Real. Desde ese año, comienza a experimentar con la fotografía y el collage. En sus últimos años fue responsable de la actividad poética de la Universidad Popular José Hierro, en San Sebastián de los Reyes.