Cuentos completos

Armonía Somers

Páginas de Espuma. Madrid, 2021. 656 páginas. 29 E. Ebook: 10,99 €



La escritura de Armonía Somers (Pando, 1914-Montevideo, 1994) no le hace justicia al nombre de la autora. En la definición que el diccionario de la RAE da del sustantivo “armonía”, aparecen referencias a combinaciones concertadas, a la mezcla feliz de sonidos simultáneos o a la “proporción y correspondencia de unas cosas con otras” dentro de un conjunto. Pero nada tan inarmónico, metafóricamente hablando, —por extraño, por atonal— como la literatura de esta escritora uruguaya que desafió a la sociedad de 1950 al publicar La mujer desnuda, una novela erótica que causó conmoción y que todavía hoy sigue estimulando trabajos críticos.

Hay que decir, además, que la obra de Somers es esencial y conscientemente hermética. Baste anotar, para que se entienda, la respuesta que dio en una entrevista sobre la explicación de algunos trabajos suyos: “El cuento, y también la novela, deben llegar vírgenes al lector. A quien no capte, hay que dejarlo en su penumbra mental. Yo tengo muchos de esos con la candileja a media luz”. He ahí toda una declaración de intenciones, expresada, además, con indudable arrogancia. Todavía es posible añadir que nuestra Armonía tiene algo de Elena Garro y de Clarice Lispector, otras dos escritoras inclasificables que también dieron forma a historias abiertas, a menudo chirriantes, pobladas de criaturas inconformistas y poco complacientes.

Como su título indica, el libro que se reseña recoge los cuentos completos de esta creadora singularísima, distribuidos en cinco volúmenes, al que se añade El hacedor de corazones. Tríptico en amarillo para un hombre ciego, un trabajo publicado después de su muerte. Completan la obra unos “Apéndices” con textos de variada índole que incluyen reflexiones de Somers sobre su concepto de lo literario y un guion cinematográfico inédito basado en el relato “Muerte por alacrán”. A ello hay que sumar numerosas reproducciones facsimilares de los manuscritos, que revelan el celo de la uruguaya con la escritura, y un prólogo muy documentado en el que María Cristina Dalmagro, responsable científica del “Fondo Armonía Somers” y gran conocedora de su obra, da cuenta de las diferentes versiones de algunos textos, ofrece claves de lectura y desvela peculiaridades estéticas que facilitan su comprensión.

Armonía Somers escribe argumentos inusitados sobre tipos peculiares en los que se vislumbra la otra cara de la luna

Las creaciones que componen esta colección, dado su elevado número, son muy variadas en temática, estructura, sentido e intención. No obstante, mantienen un cierto aire escritural y algunas características comunes que pueden servir de orientación a quien las desconozca y esté interesado. Para empezar, las historias están libres de prejuicios, de modo que subvierten cualquier acomodación de pensamiento, y tienden a la fragmentación.

La autora ha desmontado los mitos, ha roto los moldes, ha fracturado las imágenes y ha incumplido las leyes de la armonía universal. Somers escribe argumentos inusitados sobre individuos peculiares en los que se vislumbra la otra cara de la luna. Un médico enamorado de otro hombre, unido a un coche y un sepelio; una niña violada que cree navegar sobre una nube; alguien que nace mientras escribe un texto filosófico; una mujer que escribe con faltas de ortografía infames…, personajes de historias que reflejan lo insólito, imágenes surrealistas, relatos metafóricos, transgresores, irreverentes, kafkianos: la realidad de lo imaginario.