Sergio Ramírez no puede regresar a su país. El escritor nicaragüense atraviesa, como ha dicho esta mañana en Madrid, “la peor circunstancia que alguien que ya viene de vuelta puede atravesar, que es la del exilio forzado”. La Fiscalía de Nicaragua, país que preside Daniel Ortega, ampliamente considerado un dictador por la opinión pública y la diplomacia internacional, ha emitido contra Ramírez una orden de detención por su postura crítica hacia él y su gobierno, que se ve reflejada en su última y recién publicada novela, Tongolele no sabía bailar (Alfaguara). Según el comunicado que la fiscalía nicaragüense emitió el pasado miércoles, Ramírez es acusado de "realizar actos que fomentan e incitan al odio y la violencia".
Protagonizada por el inspector Morales, a través de este personaje Ramírez interpreta el desencanto de "toda una generación que ha visto a la revolución no solo envejecer sino descomponerse y convertirse en un cadáver que huele mal, que está ahí, expuesto al sol", como explicó a El Cultural el propio escritor en una entrevista publicada el pasado mes de julio.
Ramírez (Masatepe, 1942), con una relevante trayectoria en la política de su país en el pasado, fue compañero de Ortega en el Frente Sandinista de Liberación Nacional y ambos formaron parte de la junta de gobierno que se creó tras el triunfo de la revolución sandinista que en 1979 derrocó al dictador Anastasio Somoza. En 1985 incluso llegó a ser vicepresidente del país mientras Ortega desempeñaba el cargo de presidente. Ya en los 90, Ramírez fue el líder de la escisión del FSLN llamada Movimiento Renovador Sandinista y poco después se consagró por entero a la literatura.
En palabras del propio escritor, hoy tiene en Nicaragua “la puerta cerrada por la mano de una dictadura enemiga de los libros, porque yo no estoy siendo perseguido como dirigente político, que no lo soy —tengo años de no participar en la política activa del país—. Estoy siendo perseguido porque escribí una novela [...] que desnuda los atropellos, la violación de los derechos humanos y el asesinato de decenas de jóvenes desarmados en las calles de Managua y otras ciudades del país en el año 2018”.
Según Ramírez, “esta es la verdadera razón de que primero el libro haya sido prohibido en Nicaragua, retenido en la aduana, y que después sea ordenada esta prisión contra mí, en la cual se listaron todos los delitos posibles que caben en la invención —de todas maneras, mediocre— de una dictadura”.
Ramírez ha pronunciado estas palabras este miércoles durante un acto en el Instituto Cervantes de Madrid, en cuya Caja de las Letras ha depositado un legado in memoriam de Rubén Darío, compatriota y uno de los escritores más importantes de las letras hispanas —el suyo ya lo depositó con motivo del Premio Cervantes que le fue concedido en 2017—. Este legado contiene un poco de tierra de la casa solariega del poeta modernista en León (Nicaragua), así como una primera edición de Cantos de vida y esperanza, “el libro que contiene todo lo que de renovación, de aventura y de excelencia tiene la poesía dariana”, ha asegurado Ramírez.
Muestras de apoyo
El sufrimiento de no poder regresar a su país natal se ve al menos aligerado por “la cantidad innumerable de respaldos” que ha recibido por parte de amigos, escritores, intelectuales y académicos de toda América Latina y de España. Durante el acto ha recibido también el del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que ha afirmado que Ramírez está siendo “objeto de acusaciones absolutamente infundadas”. “Eres un referente literario pero también un referente moral e intelectual por la calidad de tu obra y por tu compromiso incuestionable con la libertad de creación y de pensamiento, pero también por una actividad personal que en un momento dado fue política, hoy ya no lo es, pero sigue siendo personal, marcada por la defensa de la democracia y de los derechos fundamentales. Te garantizo que puedes contar con España y con el Gobierno de España en estos momentos difíciles”, ha asegurado el ministro al escritor.
Por su parte, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha recordado que conoció a Ramírez a finales de los años 70 y 80, una época en la que colaboraron, junto a otros intelectuales y escritores como Ernesto Cardenal, Gioconda Belli y Claribel Alegría en la organización de actividades “en defensa de la consolidación de la democracia en Nicaragua”. “Me conmueve mucho que las mismas razones por las que el gobierno dictatorial de Somoza persiguió a Sergio y a sus amigos sean las razones que ahora utiliza el perseguidor de Sergio Ramírez. Eso significa, Sergio, que seguimos defendiendo los mismos los mismos valores que hemos defendido siempre”, ha afirmado García Montero.
En el acto también ha estado presente el escritor Leonardo Padura, premio Princesa de Asturias de las Letras de 2015, que ha donado a la Caja de las Letras un legado personal compuesto por las anotaciones realizadas por la editora de Tusquets Beatriz de Moura al manuscrito de su obra La novela de mi vida, de 2001 —“en las que da una lección universal de qué cosa es un editor y de cómo debe ser la relación entre un escritor y su editor”— así como ejemplares de la primera edición cubana y la primera edición española del libro. También él ha aprovechado para brinda su apoyo a Ramírez: "Yo no firmo cartas colectivas, pero cuando el viernes pasado me enteré lo que estaba ocurriendo con Sergio, le mandé un mensaje y le dije: "Si hay alguna carta en apoyo a tu persona, a tu obra, a tu figura, esa carta yo sí la firmo. Y la he firmado".
Padura se refiere a la carta pública de apoyo a Ramírez firmada por 250 escritores, artistas, intelectuales y diplomáticos. Los firmantes expresan su rechazo a "la persecución que lleva a cabo el Gobierno de Nicaragua contra el escritor", que han calificado de "atentado a la libertad y un insulto a la inteligencia". La carta está firmada por escritores como el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, Almudena Grandes, Luis Landero, Héctor Abad Faciolince, Elsa Kreiman, José Manuel Fajardo, Manuel Rivas, Guillermo Arriaga, Elvira Lindo, los músicos Víctor Manuel, Ana Belén y Miguel Ríos, la actriz Aitana Sánchez Gijón, conocidos periodistas como Javier Estefanía, Enric Juliana, Juan Cruz o Álex Grijelmo y la directora general de Industrias Culturales, Propiedad Intelectual y Cooperación, Adriana Moscoso, entre otras personalidades.
Por su parte, la Real Academia Española ha emitido este fin de semana un comunicado en el que “protesta con toda energía por la orden de detención cursada por la fiscalía de Nicaragua contra el académico nicaragüense, miembro correspondiente de la RAE y escritor don Sergio Ramírez, uno de los más lúcidos pensadores y literatos del universo hispanohablante, premio Cervantes y valiente luchador por las libertades en su país”.
“La RAE defiende las libertades de pensamiento y expresión como los primeros valores de cualquier sistema de convivencia y lamenta el grave intento de cercenarlas para evitar el debate libre sobre las opiniones e ideas. Las palabras tienen que ser usadas en libertad por todos; evitar la manifestación libre de toda clase de opiniones, muy especialmente de contenido político, es la forma más intolerable de ejercicio arbitrario del poder porque conduce a la opresión de los ciudadanos en beneficio exclusivo de los imperantes”, prosigue el comunicado, al que se han adherido las academias de la lengua de Ecuador, México, El Salvador, Chile, Perú, Costa Rica, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Argentina, Puerto Rico y Estados Unidos.